12-... Aislamiento.

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Aislamiento, casa, cuatro paredes,
y tantos encierros.
Hay muchas cosas que no entiendo
de los demás,
pero esta es una que ni siquiera puedo
imaginar.

No sé cómo sería vuestra vida antes,
lectores, gente que añora el pasado,
cuando nadie sabía qué era
estar en sus casas de modo
permanente.
Cuando nadie,
nadie,
nadie
(absolutamente nadie)
me comprendía.

Vosotros no sabíais comprar por
Internet,
la mayoría.
Vosotros no sabíais lo que era tener
miedo
y arriesgar la vida
cada vez que os aventuráis
más allá de la puerta de vuestros
hogares.
Vosotros no sabíais
(¡Por supuesto que no sabíais!)
cómo era ir con mascarilla antes de
esto.
Vosotros no teníais ni idea
de que esto iba a ser así,
y solo con la excusa de una pandemia
habéis aprendido a no salir.
Pero yo ya sabía todo eso,
lo llevo sabiendo mucho tiempo.
Es por eso que no entiendo el mundo.

¡No lo entiendo!
No te entiendo, lector.
No os entiendo, personas sanas.
No os entiendo.

Mi vida lleva siendo así siempre.
¡Y no quiero otra existencia!

No busco una nueva normalidad
en la que nadie se acuerde
de lo que es vivir como yo.

No quiero.
No quiero que la gente me vuelva
a mirar raro por no querer salir.

¡No quiero, no lo entiendo!
Reconozco que sí,
me gustaría sentir la montaña
bajo mis pies.
¡Pero eso depende de mí, no del virus!

Solo he salido de casa una treintena
(vez más,
vez menos, tal vez cuarenta)
de veces en varios años,
desde mucho antes del 2020.

Hace tiempo que no toco a mis
amigas,
pero ¡¿Cómo podría?!
Mi mejor amiga está al otro lado del
país,
y las dos a las que de veras
sinceramente quiero abrazar
están al otro lado del océano.
¿Cómo podría?
Los kilómetros nos separan mucho
más
que los años.
Yo no viajé fuera de mi país desde
hace mucho más de un lustro.
¡No veo la necesidad!

¡No entiendo la necesidad de ser
normal!

Cuando vives así,
cuando eres una persona así,
cuando vives con tanta sensibilidad...
Cuando vives así, y no tienes
forma de evitar que los sentidos
griten,
no entiendes.

¿Alguien podría intentar entenderme
a mí?
¿Por favor?
El 2020 ha sido un año increíble,
increíblemente bueno.
Cuando ya lo haces todo online
desde la niñez,
cuando prefieres la soledad...
cuando ya tienes más de una
enfermedad...
El aislamiento es una bendición.

No entiendo el anhelo.
Ahora mi vida es incluso mejor
que
antes.
Ahora todo es con una pantalla,
ahora no es necesario salir de casa
para nada
si no quiero.
Ahora la información está en línea,
y se conversa por zoom,
ahora ya no hay riesgo
de pillar piojos.
¡Ahora puedo ser feliz!

Pensad en Frozen. ¿Recordáis?
Esa escena donde se sale del castillo.
Pensad en Enredados, incluso.
Yo soy más como Gothel
que como Rapunzel,
aunque adore mi cabello.
Pensad en todos esos cuentos
de aislamiento roto.
¿Qué pasa si mi felicidad
pasa por no verse obligada a
romperlo?
¿Qué pasa si yo soy Rainbow?

¿Y qué si hace dos años que no veo
el mar?
No me gusta la playa, tampoco.
No me ha gustado nunca.

¿Y qué con todo,
con lo que me he
perdido?
Me lo perdería de todas formas.

Ojo,
no quiero sonar cínica.
Respeto muchísimo esta pandemia.
Respeto a los que han perdido familia.
No hablo de eso.

Hablo de las experiencias,
de los viajes,
de las fiestas,
y de los bares.
De los fines de curso.
De ser unos ilusos,
de ser irresponsables,
de no comprender el miedo.
De transmitir bacterias.

¡Ahora al fin somos todos conscientes
de que podemos enfermar a alguien
sin querer!

Eso lleva pasando siglos,
para aquellos
que son
como nosotros.
¡No es nada nuevo!

¡Por favor, ¿podéis entender?!
Para quienes somos outsiders,
para quienes vivimos aislados
en nuestros
hogares,
quien nos define es Sebastian
en la canción Under The Sea,
Bajo el mar,
como se llama donde yo vivo.
Parecéis Ariel,
todos.

¡Os prometo que trato de entender
qué puede haber allá afuera
que cause tal emoción
como para añorar dos mil diecinueve!
Ese fue el peor año de mi vida,
así que me es difícil saber
por qué alguien querría salir a
cualquier cualquier parte,

cuando For the first time in forever,
o al menos Por primera vez en años,
ahora que todos me entienden,
solo puedo hacer que agradecer,
solo puedo pedirte que pienses en,
lo maravilloso que nos trajo
el aislamiento.


(Dedicado a AxJulieta ,
porque esto es lo que inspiró
en mí leer "los viajes pasados",
uno de los poemas,
de su nuevo poemario:
"Hace dos años que no veo
el mar".)

Poemas para los poetas sin poesíaWhere stories live. Discover now