Capítulo 7

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- Plagg no lo soporto, ¡ella no está bien, tengo que ir a verla!

- Muchacho pero viste cómo te trató la última vez, ¿crees que querrá verte?

Adrien daba vueltas por su habitación sin descanso. Sabía que el comportamiento de Marinette no era normal, la conocía, sabía que por nada del mundo dañaría a alguien, mucho menos a propósito, siempre prefería poner el bienestar de los demás antes que el de ella. Sus constantes desplantes y rechazos no hacían más que sorprenderlo y lastimarlo, ella nunca lo había tratado de esa manera tan brusca y descortés.

Después de que ella lo echó de su balcón, sus sentimientos estaban muy confusos. Siempre supo que amaba a Ladybug, pero tener a su compañera de clase tan cerca le hizo acelerar el corazón como nunca antes le había pasado y le hizo replantearse su cariño hacia ella. Toda la semana había intentado acercarse para hablar con ella, no solo para saber cómo seguía, sino porque quería estar cerca, no seguiría negando que se sentía muy atraído hacia ella.

- No me importa Plagg. Algo extraño le sucede, ¿es que no lo entiendes?

El pequeño kwami se masajeó la cabeza con impaciencia, ¿que si lo sabía? ¡Pues claro que sí! ¡El miraculous de Ladybug y su kwami estaban en su habitación DESDE HACÍA UNA SEMANA! ¡Él mejor que nadie sabía lo que le pasaba! Le estaba matando no poder contarle nada, pero el maestro Fu así lo había ordenado y no podía fallarle. Por esta vez debía tomarse en serio lo que le pedían.

- Muchacho, entiendo que estés preocupado pero por favor piénsalo bien, si esa chica quisiera hablarte no te trataría de esa forma... - Adrien lo interrumpió.

- Pero si ni siquiera he tenido la oportunidad de hablar con ella como Chat Noir, ¿cómo quieres que tenga punto de comparación?

"¡Porque ella sabe quién eres!" Las palabras se agolpaban en su garganta casi rogando que las dijera, pero lograba contenerse. Plagg suspiró y lo miró cansado, ya no tenía aliento para detenerlo sin revelar la verdad.

- Bien. Si en serio quieres verla, vamos. No me opondré más

El chico lo miró sorprendido y una chispa de ilusión apareció en sus ojos.

- ¿Me estás hablando en serio Plagg? ¿No te molestarás? Te daré un queso completo cuando volvamos, lo prometo

El gato solo sonrió un poco al oír el soborno de su dueño, pero no se negó.

Al llegar al balcón de la panadería, Chat Noir no sabía qué hacer exactamente. La última vez que la visitó como super héroe la vio rompiendo sus cuadernos de diseños sin ningún remordimiento y, aunque no era la primera vez que la visitaría en su casa por la noche, sentía que esta vez estaba a punto de ver a una persona completamente diferente.

Se acercó a la ventana para ver si estaba adentro. La vio acostada sobre su cama dibujando algo, por lo que golpeó en el vidrio para llamar su atención. Cuando ella levantó la vista, notó cómo sus ojos cambiaron de un fuerte tono morado a su azul de siempre. Chat parpadeó asombrado y se pasó las manos fuertemente por los ojos. ¿Había visto mal o en serio sus iris cambiaron de color en segundos?

Marinette le señaló la trampilla del balcón y él asintió. Cuando llegó nuevamente arriba, la puerta estaba abierta. Saltó y cayó sobre la cama, justo frente a su amiga. Su corazón comenzó a latir con fuerza y una sonrisa se formó en su rostro. Era un logro que lo hubiera dejado entrar, ahora su objetivo era que no lo echara.

- Ya te estaba extrañando, gatito

El chico se sonrojó y su sonrisa se hizo más grande.

Secretos mortalesWhere stories live. Discover now