Secretos mortales

Capítulo 9

Alya y Nino hablaban en susurros muy emocionados sobre la reunión que tendrían esa tarde cuando vieron entrar a su rubio amigo con las mismas ojeras de un panda. Estaba pálido y tenía la mirada completamente perdida.

- Viejo, ¿pero qué te pasó?

- ¿Tu padre en serio te tiene trabajando tan duro como para que no tengas tiempo de descansar?

Adrien los miró apesadumbrado y les dio una de sus sonrisas forzadas.

- No chicos, la verdad es que he tenido problemas de insomnio estos días, en realidad mi padre ha quitado cosas de mi agenda porque ha notado que no estoy muy bien

Se sentó en su asiento e inmediatamente apoyó sus brazos en su escritorio, no quería que todos vieran lo mal que se sentía.

Para su buena suerte (o mala teniendo en cuenta que debía vigilarla), Marinette no llegó a clases ese día. Fue como un pequeño respiro para todos, pues la negatividad y la agresividad de la chica no hacía más que volver completamente tenso el ambiente de su salón. Si bien era cierto que su cambio físico le sentaba muy bien y atraía toda la atención, su actitud lograba todo lo contrario.

Algunos sintieron que el día de clases había pasado muy rápido, pero para los portadores de los miraculous pasó extremadamente lento. Cuando ya era hora de irse a casa y esperar a la hora de la reunión con el maestro, todos salieron casi corriendo por culpa de la ansiedad.

Adrien entró a su habitación agotado, se tiró encima de la cama y esperaba quedarse así por un buen rato, hasta que Plagg acabó con su fantasía.

- Chico, no puedes dormirte ahora, creo que olvidé decirte que tienes que reunirte con el maestro Fu en una hora - el kwami se rascaba el cuello casi con vergüenza, pero no podía evitar sonreír.

- ¿De qué hablas? - preguntó en un tono cansado y fastidiado - ¿No podías avisarme un poco más tarde? Por poco y me dices cuando ya debía estar allí

- El sarcasmo no es lo tuyo cuando estás despierto, mucho menos cuando estás medio dormido, así que deja de quejarte y escúchame - Plagg voló hasta la cabeza de su portador y empezó a jalar mechones de cabello. - Esto es extremadamente importante, hoy vas a tener las respuestas que tanto quieres.

Adrien se sentó como si se tratara de un resorte. - ¿Es en serio?

Su kwami asintió y se sentó en una de sus piernas. - A decir verdad, creo que hoy recibirás demasiada información de un solo golpe.

Él solo pasó una mano por su cabello en un tic algo ansioso. - No importa. Necesito saber qué ocurre para saber cómo ayudarla y poder planear algo con Ladybug, si es que algún día vuelve a aparecer.

- Sobre eso... Creo que debes saber algo.

Tikki se acercó a ambos con el miraculous de Marinette en sus manos. - Hola Adrien, creo que puedes adivinar por qué no has vuelto a ver a Ladybug...

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Todos llegaron puntuales al sitio de reunión. Viperion, Riuko, Queen Bee, Caparace y Rena Rouge estaban sentados frente al maestro conversando animadamente cuando llegó Chat completamente decaído.

- ¡Ah, muchacho! Te estábamos esperando.

Adrien levantó la vista y notó que no eran solo él y el maestro. - ¡Chicos! ¡Es una sorpresa verlos a todos!

Su semblante se volvió un poco más animado y se sentó entre la tortuga y la serpiente.

- Muy bien, creo que ya podemos comenzar. Estoy casi seguro que todos saben por qué están aquí.