Capítulo 8

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Marinette estaba viviendo un completo infierno. La visita de Chat Noir fue uno de los momentos más angustiantes de su vida, podía verlo, se oía a sí misma decirle puras mentiras y no podía decirle nada de lo que le sucedía. Su mente era su propia cárcel.

Cuando logró por fin pedirle ayuda a su compañero, sintió un dolor terrible en la cabeza, como si hubiera sido castigada por ir en contra de los deseos de Hawkmoth. Pero había valido la pena. Él ya sabía que algo estaba mal, era probable que no hubiera entendido de primera mano que era causado por un akuma, pero bueno, en un mundo donde un montón de criaturas miniatura le otorgan poderes a la gente todo puede pasar. Era cuestión de tiempo que salvara a París y la salvara a ella. Mientras tanto, tenía que idear alguna forma de poder comunicarse con él y con los otros portadores sin poner en riesgo si identidad. Lo único con lo que estaba algo tranquila, es que el poder del portador de la mariposa se limitaba a leer las emociones, no los pensamientos, por lo que la identidad de Chat Noir estaba segura. Por ahora.

Hawkmoth en su guarida no estaba de muy buen humor. La chica a la que él consideraba su obra maestra estaba intentando poner resistencia y no lo podía permitir, donde ella lograra tener algo de control sobre su cuerpo estaría acabado. Después de todo, ella era Ladybug, había aprovechado el momento de vulnerabilidad de la joven pero sabía que su fuerza de voluntad y su deseo de mantener a los demás a salvo podrían ser un gran problema. Pero estaba tan cegado por su sed de poder que no había caído en cuenta de un detalle extremadamente importante: Marinette ya no tenía los aretes.

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Adrien llegó a su habitación y no tuvo que ordenar su destransformación porque Plagg lo hizo por sí mismo. Estaba tan angustiado como su portador. Aunque él ya supiera lo que pasaba con ella, nunca pasó por su mente que el rubio se enterara tan pronto. Necesitaba hablar con Tikki y con el maestro Fu, urgente. Voló directo al plato donde tenía su queso y cogió solo un pedacito, lo suficiente como para recargar energías y salir de ahí apenas Adrien se durmiera.

- Plagg, amigo, ¿te encuentras bien? - el chico miraba preocupado a su kwami, pues nunca se había comportado así.

El gato solo lo miró y asintió. - No te preocupes, chico, creo que estoy algo sorprendido con el comportamiento de tu amiga, es todo.

- ¿Qué crees que tenga? Estoy casi seguro que se trata de un akuma, pero tengo muchas dudas, ¿por qué se sigue viendo como ella? ¿Por qué no es como los demás akumatizados? - Adrien pasó sus manos por su cabello en un gesto cansado, como intentando quitar parte de la frustración que sentía - lo único que me hace creer que está akumatizada es su cambio de comportamiento, nada más.

Plagg suspiró cansado y derrotado, sabía que no podía ocultarle la verdad a su portador por mucho tiempo, sabía que el chico le tenía gran estima a su amiga y se preocupaba de forma genuina. Además, el chico estaba enamorado, más temprano que tarde notaría que a Ladybug le había pasado algo, nunca se había ausentado de esa manera.

- Chico, vamos a dormir por hoy, ¿si? Te propongo algo: vigílala mañana en la escuela y después de tus clases vamos a hablar con el maestro Fu.

El muchacho lo miró pensativo y sin más remedio aceptó, sabía que no había mucho que pudiera hacer en ese momento. El pequeño kwami fue hacia el cajón donde Tikki permanecía escondida junto a los aretes.

- ¿Cómo está ella, Plagg? Me preocupa demasiado y me desespera no poder hacer nada para ayudarla.

- Ella es sorprendente, Tikki. Encontró la forma de pedir ayuda.

Lo miró sorprendido y se acercó a su cara esperando impaciente a que le explicara. Cuando le contó todo por lo que había pasado esa noche, la kwami fue lentamente otra vez junto al miraculous de la buena suerte. Lo tomó entre sus bracitos, lo abrazó y empezó a llorar en silencio. Su compañero solo pudo acercarse y abrazarla intentando darle fuerzas.

- Todo saldrá bien, ya lo verás. Por ahora necesitamos ver al maestro Fu lo antes posible, necesitaremos toda la ayuda que nos pueda dar.

Con todo el cuidado de no hacer ruido y llamar la atención del chico, salieron por la ventana en dirección a la casa del guardián. Cuando los vio entrar, de inmediato llamó a Wayzz y fueron al salón donde tenía la caja de los miraculous.

- ¿Qué sucedió? 

- Parece que está atrapada dentro de sí misma maestro, encontró la forma de comunicarse con Chat Noir 

El viejo portador los miró en silencio, si las cosas eran así, había una gran posibilidad de salvarla y permitir que aún tuviera su miraculous. Todo dependía de como sucedieran las cosas. 

- ¿Cómo lo hizo? 

- El muchacho fue a verla esta noche y cuando estaba por irse ella logró pedirle ayuda. Hay un cambio en sus ojos cuando ella toma consciencia de su cuerpo, duró unos segundos pero pude verlo.  

Wayzz se acercó hacia Plagg con preocupación. 

- ¿Chat Noir ya notó lo que sucede?

El kwami de la destrucción negó casi decepcionado por la ceguera de su dueño. 

- Supone que la chica está akumatizada, pero está confundido. No entiende por qué se sigue viendo como siempre y no ha atacado realmente a nadie. A veces me desespera que sea tan lento para algunas cosas 

El maestro Fu soltó una pequeña risa por el comentario, relajando un poco el ambiente pesado que había desde que llegaron los kwamis. Tomó aire profundamente y soltó un suspiro. Se puso de pie y fue hacia la caja de los miraculous. 

- Muy bien. Hay algo de lo que podemos estar seguros y es que Marinette es fuerte. Seguirá intentando ponerse en contacto con cualquiera que ella sepa es de su entera confianza, eso significa que... 

- Intentará avisar a los portadores que ella ha elegido 

- Exacto Tikki. Esta noche iré a dejar las joyas en las casas de los jóvenes, pero necesito que me hagan un favor: necesito que con mucho cuidado empiecen a dejarle pistas evidentes al joven Adrien, es necesario que para la reunión que haré mañana en la tarde con todos los portadores él ya tenga una idea más clara de lo que sucede. No quiero que al muchacho le pase algo si le doy la información sin previo aviso. 

- No va a decirle únicamente que su amiga está akumatizada, ¿verdad, maestro? 

- Así es. Necesito que todos entiendan que esta vez Ladybug no llegará y necesito que sean conscientes de la razón. Ella no es cualquier civil. Posee una fuerza de voluntad increíble, si ella logra romper la conexión con Hawkmoth podría ser un gran problema. Ellos merecen saber a lo que se enfrentarán esta vez. Además, el miraculous de la mariposa le permite a su portador castigar a su subordinado en caso de que le desobedezca. 

- ¿Marinette será lastimada cada vez que intente comunicarse con alguien? - Tikki sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas al pensar que su mejor amiga sufriría por intentar salvarse y salvar a los demás. 

- Lo lamento Tikki, pero así es. Serán pocas las ocasiones en las que podrá hacerlo, así que es necesario que todos lo sepan para que cuando vuelva a suceder, puedan poner en sobre aviso a  los demás. 

Los dos kwamis asintieron y cuando ya iban a irse, ella recordó algo que podía ser crucial para lo que viniera de ahora en adelante. 

- Maestro, hay algo más. Creo que debe avisar también a los chicos sobre Lila Rossi. Le ha hecho la vida imposible a Marinette desde que la enfrentó y no me extrañaría que intente empeorar las cosas. 

El viejo portador asintió lentamente mientras meditaba su sugerencia. Finalmente salieron de la casa de su guardián. Esa noche, cinco jóvenes recibieron nuevamente los miraculous con los que debían salvar a una amiga, mientras un pobre chico daba vueltas en su cama con los ojos rojos por las lágrimas al no saber qué hacer. Se sentía confundido, angustiado y abandonado por su compañera. Nunca cruzó por su cabeza que en realidad, su deber no solo era salvar a su mejor amiga, sino que debía salvar al amor de su vida.   

   

Secretos mortalesWhere stories live. Discover now