Capítulo 1: Luto Acompañado

796 51 3
                                    


Neville se encontraba al frente de una gran reja de hierro negro con una elegante G en oro. Una parte de si le decía que no tenía nada que hacer ahí, en la mansión Greengrass, pero antes de darse cuenta se había puesto su traje negro y había pasado por la florería cerca de la casa de su abuela para comprar un hermoso ramo de rosa blancas, no sabía si era lo más adecuado, pero eran las únicas que le habían llamado realmente la atención. Suspiro. No podía irse de ahí, ya no. Lo hacía por Astoria, una amiga que jamás había pensado hacer en medio del duelo.

Recordaba estar corriendo de un lado hacia otro por los pasillos de San Mungo, entre llevando a heridos, llevando pociones y sabanas limpias no tenía descanso, ni siquiera sentía que no había dormido hace más de 60 horas ni que tenía más de una herida, pero eran lo mínimo a diferencia de otros pacientes que estaban sumamente heridos. Se estremecía al pensar en el estado que había llegado Fred, la pierna derecha la tenía destruida, incluso había escuchado a una de las sanadoras que era muy probable que perdiera la pierna. Trago seco al pensar en eso, no se imaginaba a Fred de esa manera mutilado.

-Neville-la voz de Luna lo saco de sus pensamientos. Su amiga también había estado de un lado a otro trayendo y atendiendo a los heridos, traía el cabello sucio y amarrado. -Acaban de traer al profesor Lupin y a su esposa-informo.

- ¿Cómo se encuentran? -pregunto enseguida.

-Los sanadores no le dan muchas esperanzas, aunque dicen que es más probable que se salve Nymphadora que el profesor, pero solo fue un diagnostico apresurado.

-Espero que se salven, Harry no soportaría perder a Lupin-comento Neville pensando en su amigo. A quien por cierto no había visto hace mucho rato. Sintió una punzada de preocupación, sabía que a pesar de que haber vencido a Voldemort, Harry debía estar muy mal. Esperaba que Hermione y Ron lo ayudaran.

Ya entrada en la noche por fin se habían calmado las cosas, quienes se encontraban más graves estaban siendo atendidos como correspondía y los menos graves se encontraban en sus casas o en los pasillos. Sentía el cuerpo completamente tenso, por hoy había terminado sin embargo sabía que aún quedaba mucho trabajo por hacer. Debería ir a casa, darse una merecida ducha, tal vez comer algo e intentar descansar lo más posible. Con eso en mente decidió buscar a Luna, quien se quedaría en su casa por mientras reconstruían la suya.

- ¿Nos vamos? -pregunto al encontrarla sentada, en una habitación, al lado de un paciente inconsciente.

-Me gustaría quedarme un rato más, Nev-dijo sonriéndole, -está muy solo como para dejarlo aún más solo.

- ¿Quién es? -pregunto entrándose en la habitación, se detuvo en seco al ver la marca tenebrosa en el brazo del paciente.

-Es Theodore Nott-contesto Luna mirando al inconsciente Slytherin. -Huyo con su padre, pero al llegar a su mansión decisión que era mejor entregarse y su padre enloqueció, quedo así porque lo empezó a torturar hasta que llegaron los aurores.

-Aunque estuviera en bando contrario no se merecía algo así-comento sinceramente. Nunca hablo con Nott y era el único de los amigos de Malfoy que no se metía con él.

-Deberías irte y descansar-dijo Luna mirándolo, -me quedare un poco más y te alcanzó.

-Está bien-le dio un beso en la cabea y se retiró.

Pensándolo bien no había sabido nada del Cuarteto de Plata. Recordaba vagamente a Malfoy durante las horas de tregua y había visto a Parkinson luchando, pero nada más. Aunque se imaginaba que debían estar detenidos o si no estarían con Nott, algo que había aprendido en todos esos años era que la amistad de esos cuatro era más fuerte que cualquier lazo que él hubiera visto antes.

Camino hacia un futuro mágico inesperadoWhere stories live. Discover now