Todos nos dicen que el blanco y el negro son contrarios. Antónimos absolutos, pero tienen algo en común, representan el vacío la falta de color. Esta historia nos contará sobre dos individuos que sienten ese vacío por dentro. La vida les pondrá prue...
Y su angustia reflejada cuando me devolvio la mirada.
Me llamaba....
Se asustaba...
Aún así, solo nos queda una cosa por hacer...
Una cosa...
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PoV William
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El interior de la casa de Lucy tenía un tono hogareño. Las paredes de la casa eran de madera y parecía dar la impresión de estábamos dentro de una pequeña cabaña en el bosque.
Me era imposible pensar que habia un lugar como este en medio de una ciudad repleta de edificios y grandes empresas.
Apenas ingresamos un distintivo olor chocó contra mi sensible nariz. Era un aroma bastante reconfortante, sin duda se trataba el olor bastante característico que emanaba de las flores. Hacía mucho tiempo que no olía algo tan agradable, sin duda mi olfato me agradecía por sentir ese aire tan dulce.
Creo que se dieron cuenta que el olor de las flores son de las pocas cosas que podría decir que son mi debilidad.
Suspiraba ligeramente de lo relajante que se sentía oler este tipo de aromas, pero recordé que mi hocico y nariz apuntaban la espalda de Benson por lo que dejé de oler con fuerza para no incomodarlo más de lo que ya estaba al estar cargándome.
Lucy: vengan, siéntense aquí.
Lucy señaló un gran sofá algo polvoriento. Sentía como la espalda de Benson estaba temblando y desde mi posición podía ver una mueca de nerviosismo en su rostro.
