Todos nos dicen que el blanco y el negro son contrarios. Antónimos absolutos, pero tienen algo en común, representan el vacío la falta de color. Esta historia nos contará sobre dos individuos que sienten ese vacío por dentro. La vida les pondrá prue...
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PoV William
Era bastante extraño, pero me he tenido que acostumbrar a que se dirijan a mí por mi nombre verdadero, especialmente por las personas que atienden a mi madre. Por supuesto que no en presencia de Jenny, pero aún así se siente bastante raro escuchar de nuevo ese nombre.
Cada vez que lo escucho me recuerda varias cosas que sencillamente me gustaría olvidar.
Ha pasado una semana desde el incidente en el parque y las noticias que he recibido no han sido nada alentadoras.
En resumen, el estado de Jenny solo ha ido empeorando. Un algunas ocasiones se despierta y reacciona de una manera más violenta e irritable, incluso pareciera ser otra persona.
Quiero pensar que sucede esto porque detesta estar en el lugar, y no saben lo horrible que se siente cuando veo que a veces la adormecen para que pueda descansar unas horas antes de iniciar el día nuevamente con la misma historia.
Yo la visito cada vez que puedo, normalmente cuando termino de trabajar, pero tengo un enorme miedo a que sepa que yo estoy aquí en el hospital, quizás solo empeore su situación si es que me mira nuevamente por eso solo la observo desde una ventana del exterior de su habitación sin que ella sepa que yo estoy aquí para hacerle compañía a mi manera.
Ahora mismo la estoy viendo sin que ella se diera cuenta.
- ¿cómo estás el día de hoy, Jenny? _le preguntó una enfermera que dejaba su medicación_
Jenny: terrible... señorita ¿Ya me puedo ir? Quiero ir a casa con mi esposo, Robert. Hace tiempo que no lo veo.
-Lo lamento, pero todavía no puede irse. Tiene que permanecer en reposo hasta que su estado de salud mejore.
Jenny: entiendo... solo quiero ver a mi esposo. Debe de estar preocupado por mí _dijo antes de empezar a llorar_
Al ver esa escena no pude evitar sentirme culpable. Realmente quería entrar para que no esté preocupada, decirle que realmente no estaba sola en esto pero tenía miedo de solo empeorar las cosas con mi presencia.
-Joven, el horario de visitas está a punto de terminar _me decía amablemente la otra enfermera que estaba en el pasillo_
William: está bien _le decía sin despegar la mirada de la ventana_
