Capítulo 33: Enterrar a un amigo

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33.
ENTERRAR A UN AMIGO

Durante aquel atardecer en la comisión, las cosas se estaban dando justo como la Encargada las había planeado. No podría explicar cuánto le enorgullecía ver a Melanie atacando a la Academia Umbrella: había derrotado a Klaus, luego a Ben, y ahora seguía con Cinco.

Sabiendo que Número Cinco era el más hábil de los siete, los hermanos supusieron que le ganaría a la pequeña Mel, pero aún no estaban enterados de lo mucho que ella lo distraía. Claro que eso no significaba que Número Cero fuera mejor en pelea que él, pero esos ojos oscuros en su totalidad eran una perdición. Agregando el factor sorpresa: fue tan inesperado que Melanie se lanzara a atacarlos que ya habían bajado la guardia cuando la vieron.

La única que sabía que era lo que corría por las venas de la joven en ese momento era la mujer que ahora disfrutaba del show. Era un líquido traído de Nueva York, enviado por un extraño hombre obeso llamado Dino, quien afirmaba que inyectándoselo a cualquier persona, le obedecería en lo que ella le pidiera. Así, la Encargada se arriesgó usándolo con Melanie, pues la verdad era que no lo había probado con nadie antes.

Y en ese momento, todo había salido a la perfección.

Cinco no quería golpear a Melanie, así que prácticamente iba perdiendo; por su parte, Diego y Luther estaban perdiendo contra Lila mientras Alisson y Ben perdían contra las gemelas y Klaus perdía contra Richie.

Hubo un momento en que Cinco bajó la guardia y terminó en el suelo, casi inmóvil. Sin más opciones, con Melanie encima de él amenazando con ahogarlo hasta que muriese. Y entonces pensó...

¿Va a matarme?

—Ven aquí — susurró ella. Él se acercó.

Silencio.

—Dilo, escúpelo — ordenó el otro.
—Estoy... — balbuceaba ella con la mirada perdida al frente.
—¿Qué es exactamente? — insistía el joven.
—Estoy pensando en las cosas que son mortales — murmuró volviendo a su sádica sonrisa.

Cinco no se movió, tenía un plan mejor que pelear. Dejó de forcejear, como si se rindiera ante ella. La dejó hablar y ella soltó:

—La forma en que te estoy bebiendo... — parafraseó la joven — como si quisiera ahogarme.
—¿Vas a matarme, maniática?
Ah... — chilló ella, dolorosamente.
—¿Vas a enterrar a un amigo? — gritó — ¡Trata de despertar!

La Encargada se dio cuenta de la escenita de Cinco, así que envió ayuda de inmediato. Hizo una seña con la cabeza a las gemelas y ellas se lanzaron sobre Cinco para alejarlo de Melanie.

—Quiero acabar conmigo... — dijo Número Cero en un susurro audible para todos. Las luces parpadearon cuando ella cayó de rodillas y el suelo se movió haciendo que los demás resbalaran también.
—¡Melanie! — gritó Klaus.

En algún lugar de la mente de Melanie resonó ese grito. Y se reprodujo el recuerdo...

"¡Salvé a Melanie! ¡Yo!"

La oscuridad aún complicaba las cosas para la Encargada y sus hijas mientras Melanie se salvaba a sí misma.

"¡Gané la apuesta...!", oyó en su mente.

¿Sería el plan de la Encargada más fuerte que el poder de Melanie?

—Hemos matado a grupos de 20 policías ¿y no podemos salvar a Melanie de 3 niñitas? — jadeó Diego cuando por fin Lila lo había paralizado.
—Ni siquiera... — dijo Klaus — tienen poderes...

Las gemelas soltaron una risa que pareció provenir de una sola persona.

—Nunca necesitamos poderes para ser especiales y poderosas. Es sólo que ustedes fueron criados en el ambiente más egocéntrico que cualquiera podría imaginar. Eso los hace débiles — dijeron ambas con esa voz hipnotizante. Todos las miraron un poco asustados; sabían que ellas tenían razón.

Toda su vida los Hargreeves fueron alabados por "salvar el día" y elogiados por el simple hecho de tener poderes aún cuando la mayoría no sabía controlarlos. Fueron irresponsables, malcriados, traumatizados...

Pero Mel no.

—Ustedes son las débiles — jadeó en un susurro. Ellas y la Encargada la miraron, sin entender cómo había superado la inyección, casi temiendo que ella, inexperta y asustadiza, pudiera vencerlas —. Están tan... solas...

Las luces aún no volvían y todos estaban inmóviles esperando que alguien hiciera algo. Quién sea. Lo que fuera.

—Ellos se tienen unos a otros — continuó Melanie mientras intentaba ponerse de pie. Sus ojos seguían oscurecidos por los efectos del líquido que la Encargada había puesto en ella, pero nadie gobernaba su mente mejor que ella —, y ustedes... ni siquiera su madre los quiere...
—Melanie... — susurró Alisson, intentando acercarse.
—Nunca imaginé que alguien arriesgaría su vida para salvarme... — Número Cero miró a Cinco con los ojos llorosos —, pero ellos lo hicieron.
—Ellos no te quieren, Melanie — irrumpió la Encargada cuando ninguno de sus cuatro hijos habló —. No te entienden.
Son mis hermanos — dijo ella en un tono amenazante —. Y si me salvan, yo los salvaré a ellos.

Los seis hermanos sonrieron ante el discurso de Melanie. Entonces las luces volvieron y los ojos de la joven se aclararon.

Lo que sea que fuese aquello que la mujer le había inyectado a Melanie, había activado sus sentidos. Sentía que podía recordar toda su vida en un parpadeo. Y entonces el recuerdo de su entrenamiento con las hijas de la Encargada se transmitió en su mente como una película en cámara lenta; y fue como si ella pudiera ver todo lo que las gemelas y Lila pensaban y hacían en ese momento.

Así que cuando se acercaron para derribarla, ella reaccionó con rapidez y agilidad. Había sido un grave error poner a Melanie a entrenar con ellas, porque ahora conocía sus técnicas, fortalezas y debilidades. No solo de las gemelas, sino de Lila, Richie, e incluso la Encargada.

Las gemelas no actuaban una sin la otra. La clave era separarlas lo suficiente.
Lila era demasiado rencorosa. Mientras lograras esquivarla una vez, la harías enojar y enojar hasta que se distrajera.
Richie era un nivel fácil. Aunque Melanie no lo sabía, él estaba perdido en sus labios, entonces pudo noquearlo rápidamente.

Ante la mirada de perplejidad de la Encargada, inmediatamente ella corrió con los demás. Al lado de "los buenos"... o al menos al lado que no quería acabar con la humanidad.

En el fondo Melanie sabía que las gemelas y Richie tampoco querían que el Apocalipsis matara a todo el mundo —de Lila dudaba un poco—, pero no había forma de hacer que ellos dejaran la comisión para huir con ella y sus hermanos.

Así, con un poco de ayuda, los ahora siete hermanos se pusieron de pie haciendo frente a la Encargada y sus hijos, quienes ya estaban algo cansados y empezaban a asustarse de la confianza que habían cobrado los otros.

Para sorpresa de todos — sobretodo de Richie —, Melanie tomó la mano de Cinco. Él la miró frunciendo el ceño y estuvo a punto de recordarle su acuerdo de "no-contacto físico", hasta que ella habló de nuevo.

—Fue un honor — se dirigió a la mujer —. Pero no tenemos tiempo para esto.

Ustedes saben que los quiero mucho, pero se vienen cosas tristes :(, ni modo jajsjdj

Aún así, espero sus votos y comentarios uwu

También tengo una pregunta, quisiera su ayuda:

¿Cómo sería su cita ideal con Cinco?

—Sami

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐀𝐊𝐄𝐑𝐘 ; 𝘕𝘶𝘮𝘣𝘦𝘳 𝘍𝘪𝘷𝘦Où les histoires vivent. Découvrez maintenant