Capítulo 8: Click.

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8.
CLICK

En la segunda persecución del día, esta vez era como si jugaran a las atrapadas. Cinco perseguía, Melanie huía. Aunque al principio no había notado que la seguían, la joven había corrido en ésta ocasión con mucha fuerza, la fuerza que había recuperado luego del experimento.

Mientras la perseguía, Cinco reía ligeramente, pues aún sabiendo que podía teletransportarse frente a ella y llevarla de vuelta a la Academia, había decidido jugar a su nivel.

Ambos muy rápidos, Cinco por los entrenamientos y Melanie por la práctica al huir de quien fuera que quisiera golpearla por su rareza.

Sin saberlo, estaban dando vueltas sobre las mismas calles, hasta que Melanie dobló por error en un callejón sin salida. Se quedó de pie sin darse la vuelta y evaluó las posibilidades: no había escaleras, ni algunas ventana cerca del piso; no podía gritar, no podía correr de vuelta, tampoco sería conveniente tratar de atacar al chico que la perseguía.

De pie en la entrada del callejón, Número Cinco se cruzó de brazos y sonrió con sarcasmo, satisfacción y curiosidad. Se quedó por unos segundos mientras Melanie se daba la vuelta para mirarlo desde lejos. El callejón era algo angosto pero largo.

—¿Te vas a quedar ahí, pastelera? — gritó Cinco haciendo un ademán con la cabeza.

Melanie no respondió. Al instante en que quiso moverse, Cinco se puso en acción: se teletransportó detrás de ella y la tomó por sorpresa. Aunque era lógico que Melanie no se defendería, no sabía nada de pelea. Solía huir.

Número Cinco tomó a Melanie por los brazos y se los puso en la espalda, luego la acorraló en la pared. La cara de la joven estampó contra el frío muro de ladrillo y se raspó la mejilla.

—Lo siento, órdenes de papá — dijo él.
—Ya veo que todos tienen una especie de daddy issues en esa mansión — susurró Melanie, sonriendo.

El chico la miró extrañado, ¿por qué sonríe?, pensó. Decidió soltarla al ver que ella no se defendía y la joven se dio la vuelta quedando frente a frente con él.

Entonces algo extraño ocurrió. Acostumbrado a que su vida no era exactamente lo más común que se podría imaginar alguien, Cinco pensó que estaba delirando. Por su parte, Melanie creyó que estaba imaginándose alguna escena otra vez.
Cuando Melanie quedó de frente a Número Cinco, ambos borraron sus sonrisas narcisistas y relajaron sus expresiones de superioridad. Hubo un instante, un segundo que contuvo toda una eternidad, en el que los ojos de ambos se hundieron en un brillo tan difícil de explicar que ni siquiera podría ser gráficamente representado.

Click. Fue la palabra que se les vino a la mente a ambos en ese instante de delirio y locura.

Durante los segundos que prosiguieron, ambos pensaron qué decir, pero nada se les ocurría. Número Cinco no era de los que "se queda sin palabras", sin embargo, había algo en ella que lo hacía dudar.

—Hay que volver — dijo el chico al fin.
—No, gracias — dijo ella volviendo a sonreír cínicamente.
—Deja de hacer eso.
—¿Qué? ¿Negarme a sus órdenes? — dijo Melanie acercándose — ¿a ustedes los niños ricos les gusta que les obedezcan? — susurró.

Cinco sonrió burlonamente y empujó a Melanie lejos de él. No le gustaba el contacto físico.

—No me importa golpear a las chicas, así que no dudaré contigo — le dijo el joven en una sonrisa casi tan diabólica como la de ella.
—Vete al carajo.

Reginald habría dicho que ambos perdían el tiempo, de pie, inmóviles, retándose el uno al otro con una simple pero loca sonrisa.

—No me hagas lastimarte — dijo Cinco tomándola del brazo para teletransportarse con ella.

Y entonces, por primera vez en su vida, Melanie atacó.

Fue un golpe débil, algo torpe, pero definitivamente él no se lo esperaba. El puño de la joven golpeó contra la barbilla de Número Cinco, haciendo que él se alejara poniendo sus manos en el lugar lastimado.

Ella quedó inmóvil, sorprendida de si misma y algo asustada por lo que sabía que estaba por venir. Número Cinco rio con la cabeza gacha mientras su presa lo miraba aún sorprendida. Se dio la vuelta y se acercó a ella rápidamente. La joven retrocedió entre torpes pasos hasta que su espalda chocó contra la pared.

Ahora era Cinco quién estaba al mando. Peligrosamente cerca de Melanie, él la miraba con la mayor seriedad que le era posible, aguantando las ganas de devolver el golpe. Había mentido cuando había dicho que no le importaba golpear chicas. La verdad era que sí lo hacía, pero sabía que "Número Cero" tenía evidente desventaja.

Lo qué pasó después sorprendió aún más a Melanie: Cinco tomó su mano con delicadeza y le sonrió con descaro, acercándose aún más.

—¿Acaso vas a besarme o algo así? — se burló la chica.
—Ni siquiera lo pienses — respondió Cinco antes de teletransportarlos a ambos de vuelta a la Academia.

Ha sido un capítulo un poco más corto, pero ¡espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!Buenas noches, queridxs

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Ha sido un capítulo un poco más corto, pero ¡espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!
Buenas noches, queridxs.☂️
—Sami

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐀𝐊𝐄𝐑𝐘 ; 𝘕𝘶𝘮𝘣𝘦𝘳 𝘍𝘪𝘷𝘦Where stories live. Discover now