Sentimientos que florecen 1/2

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Un nuevo lunes acababa de terminar, había sido largo, pesado y tedioso, pero finalmente eran libres de irse a casa. Matsuri estaba saliendo de la escuela, iba pensando en cosas poco académicas, las cuales no se podía sacar de la mente.

—Al final tampoco lo vi hoy, ¿qué pasará con él? ¿Acaso estará enfermo? —susurró bajando la mirada, pues nuevamente, Sasori no había venido a la escuela y no sabía nada de él. Al pasar junto a la puerta, su ceño se frunció, recordando otra cosa que también la tenía desconcertada—. Y, además de todo, Gaara...

Esa mañana, Matsuri entraba al salón, estaba llegando un poco tarde, pero como era de costumbre, el profesor también estaba atrasado.

—Cielos... me di prisa para nada otra vez —suspiró la chica por la decepción de haberse esforzado tanto en correr, sólo para darse cuenta de que había sido en vano.

—Hola, Matsuri —sintió una grave voz que la saludaba desde su espalda, haciéndole dar un salto, pues lo escuchó muy cerca de su oído.

Ella se volteó sorprendida, Gaara la miraba con natural tranquilidad, con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro, aunque era casi invisible, pero seguía notándose para ella. Parpadeó para comprobar que era cierto, pues no lo podía creer.

—¿H-hola?

Él la miró con confusión, no esperaba un saludo tan poco efusivo.

—¿Por qué me saludas así? Creí que habíamos arreglado nuestras diferencias —cuestionó, no parecía molesto ni fastidiado, pero era obvio que no estaba contento tampoco.

—B-bueno... si... supongo —Matsuri se sonrojó al ver como Gaara volvía a sonreírle y decidió mirar al suelo, de alguna forma, esa sonrisa comenzaba a gustarle mucho y su corazón latía muy fuerte cuando la veía.

No podía creer que ahora eran amigos, o algo así.

—¿Qué será lo que sucede conmigo? —se preguntó, porque se sentía confundida, se suponía que le gustaba mucho Sasori, pero ahora que ya no estaba peleando siempre con Gaara y que él había decidido cambiar su actitud con ella, no lograba dejar de pensar en él.

—¡Matsuri-chan! —alguien la llamó.

—¿Eh? —la chica se volteó y sonrió al ver a su amiga, la cual corría hacia ella para darle alcance—. Ah, Hinata-chan, ¿qué sucede?

—Venía a invitarte a tomar un helado, todas vamos a ir, menos Sakura-san... Naruto-kun dijo que tenían un asunto pendiente —esto último lo dijo en un tono un poco más bajo, pero Matsuri pudo darse cuenta de inmediato que algo le afectaba, ella no era nada boba y, durante aquel paseo del fin de semana, se había dado cuenta de muchas cosas.

—Tranquila, por lo que se ve, tú le gustas mucho a Naruto-san —Hinata se sonrojó enormemente por el comentario, aunque trató de ignorarlo, ella no quería hacerse ilusiones, a pesar de lo que había pasado entre Naruto y su persona.

—B-bueno, ¿vienes? —insistió.

—Sí, vamos.

Hinata sonrió y las dos chicas se encaminaron a la heladería, donde las estaban esperando el resto de sus amigas.

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Naruto y Sakura habían salido de la escuela, buscaron un buen lugar en donde poder hablar, aunque ambos permanecían callados, mirando hacia el suelo, aunque fue él quien se atrevió a romper ese incómodo silencio.

—Sakura-chan, yo...

—Naruto, no es necesario que te pongas tan serio —Sakura le sonrió, mientras Naruto la observaba algo confundido—. Ya sé lo que sucede entre Hinata y tú, no tienes que explicarme nada.

Amores de Secundaria (Editada)Where stories live. Discover now