Recuperando una vida 1/2

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En la ciudad de Tokyo, dentro de una habitación de un hotel, el teléfono sonaba incansablemente, no había nadie que lo levantara y éste continuaba repicando, hasta que, finalmente, alguien respondió.

—¿Bueno? —preguntó la mujer de ojos claros, eran casi tan blancos como los de Hinata y su hermana, pero tenían un ligero destello violáceo.

¿Señora Hanako? —se escuchó una voz masculina, ligeramente temblorosa—. Habla Yamato Kinoe, el abogado recomendado por el señor Namikaze para encargarme de su caso —dijo el hombre, que parecía algo nervioso, lo que provocó que la mujer frunciera un poco el ceño, ¿realmente Minato había recomendado a un abogado asustadizo?

—Me alegra escucharlo —respondió, mintiendo un poco al respecto, pues en realidad estaba bastante ansiosa—. ¿Podemos vernos hoy mismo? —añadió.

Claro —dijo el abogado, poniendo más ansiosa a Hanako.

—Muchas gracias, señor Kinoe, entonces quedaremos en este lugar —dijo, señalando una dirección en donde se encontrarían ya mismo, luego de eso colgó—. Por fin... después de tanto tiempo podré volver a ver a mis hijas, después de todo lo que he pasado...

Ella sonrió complacida, al fin tendría la oportunidad de recuperar a sus hijas, luego de haber pasado una eternidad lejos de ellas, sin siquiera saber de sus vidas o que ellas supieran de su existencia.

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Afuera de la habitación de Sasuke, él y Sakura estaban juntos, ella sonreía muy ampliamente, pero él, a pesar de sentirse reconfortado, continuaba mostrándose tan serio como siempre.

—Sasuke-kun, aún no puedo creerlo —dijo la peli rosa, que tomó con cuidado la mano del azabache, éste finalmente dibujó una suave sonrisa en su rostro, estaba bastante seguro de que no era algo que mostraría muy seguido a otras personas.

—Deberías dejar de ser tan incrédula... —dijo, le era complicado usar palabras lindas o expresarse correctamente como él quería, pero sabía que Sakura entendía sus "mensajes indirectos" de cualquier forma—. Oye... —la llamó—. Dime una cosa, ¿qué es lo que te ha tenido tan rara últimamente?

Sakura abrió un poco sus ojos, era cierto, se suponía que en poco tiempo se marcharía de la ciudad con sus padres, tenía que decírselo a Sasuke, tal vez él la mandaría al demonio, su sueño no habría durado más que un par de minutos, pero era lo justo.

—Verás, Sasuke-kun... —justo cuando estaba por contarle lo que le pasaba, vieron pasar a Hinata corriendo y llorando como si no hubiese mañana, parecía destrozada, ni si quiera los miró al pasar junto a ellos—. ¿Qué le pasa a Hinata? —se preguntó, realmente preocupada, pues la expresión en el rostro de la ojiperla no era cualquier cosa.

Sasuke también estaba sorprendido y, claro, le preocupaba, puede que las cosas entre él y Hinata no se hubiesen dado del modo en el que él quería en un inicio, pero eso no significaba que no apreciara a la chica, eran buenos amigos, al fin y al cabo.

—No sé... pero será mejor que vayamos a ver.

—Sí —la Haruno asintió con la cabeza y, sin soltar la mano de Sasuke, ambos persiguieron a Hinata.

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—No puede ser, pero si yo no recuerdo nada, me dormí, es todo lo que recuerdo —decía el rubio totalmente frustrado, estaba sentado sobre la cama, ya vestido y aun cubriendo su rostro con sus dos manos, casi llorando de la desesperación, Hinata lo había visto y se había ido corriendo, pensando lo peor de él, ¿qué iba a hacer ahora?

Amores de Secundaria (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora