Un Amor Adolescente

6, Mamá Llegó

           10 de Junio
 
      Adara

— Hija que bueno que aun no te duermes, quiero decirte algo.

— ¿Pasa algo? —pregunté un poco angustiada.

— Sí, pero no te preocupes, es algo bueno— respondió sonriendo— tu mamá llega mañana a las 9 am.

— ¡¿De verdad?! ¿Ya lo saben Brenda y Leo?

— Leo si, pero Brenda ya esta dormida, así que no pude decirle, pero creo que será mejor que sea sorpresa para ella —me guiñó un ojo— descansa hija, mañana será un buen día.

— ¡Por fin!

En cuanto me despedí de papá le mandé mensaje a Alejandro, para contarle lo de mi mamá.

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— Así que ya podré hablar con ellos, después de tantos meses de verte a escondidas.

— Parece que sí, aunque aún sigo pensando que no nos darán permiso — le contesto un poco triste— primero debo platicar con mi mamá, sé que ella puede ayudarme a convencer a mi papá.

— Avisame en cuanto hayas platicado con mi suegra.

Sonreí como idiota solo por ver que dijo "mi suegra".

— Claro, hasta mañana, te quiero.

     A la mañana siguiente

En la entrada de la escuela ya me estaba esperando la loca de mi amiga.

— ¿A ti qué te pasa? — me preguntó Ama con duda— te veo muy felíz, ¿pasó algo con Alejandro? —movía las cejas de arriba a abajo como insinuando algo, que evidentemente no pasó.

— Claro que no idiota, no soy una perra fácil.

— Oh Claro, se me olvidaba que tú, virgen hasta el matrimonio.

— ¿Qué tiene de malo querer esperar al amor de mi vida?.

— No tiene nada de malo, solo digo que adquirir experiencia no estaría nada mal, no crees —y volvió a mover sus cejas como de costumbre.

— Mi felicidad no tiene nada que ver con las puercadas que estas pensando Amairani —fingí enojo.

— Entonces si no trabajaste en adquirir experiencia, ¿qué te tiene tan felíz?.

Yo solo la vi con ojos de huevo, como decimos nosotros, cuando volteamos los ojos y se ven blancos como el emoji 🙄

— ¡Pues mi mamá llega hoy!— contesté con mucho entusiasmo.

—¿En serio? Por fin doña Lara regresará — dijo también con alegría ya que quiere mucho a mi mamá.

— Sí, me lo dijo mi papá ayer en la noche, por eso es que estoy tan felíz. Tú mejor que nadie sabe cómo la he pasado sin ella, en casa no me quejo y me hago la fuerte, pero la verdad es que la he extrañado demasiado y sin ella ha sido una carga muy pesada tener que encargarme de la casa, la ropa, la comida, y aparte mis tareas, ayudar a mi hermana con la suya, darles de cenar a mi papá y a Leo cuando llegan de trabajar.

— Lo sé Ady, ha sido bastante pesado para tí. ¿Y cómo se siente don Julián de saber que estará con su mujer? Debe extrañarla mucho.

— Está muy contento, le brillaron los ojitos cuando me estaba diciendo la noticia. Sabes cómo se aman y fue difícil para los dos estar separados por tanto tiempo.

— Me alegro mucho por ustedes. Ya sonó el timbre vámonos.

Ya eran las 2 de la tarde, estaba por llegar a mi casa, al doblar la esquina, lo vi parado, haciendo como que trabaja, pero sabía que solo estaba perdiendo el tiempo para esperar a que yo llegara. Lo vi y solo negué con la cabeza ya que había visto a mi papá salir por la puerta.

Al entrar me recibe mi mamá en la sala.

— Hola mi niña — saludó mientras me abrazaba.

No pude evitar llorar, estar en sus brazos hizo que sintiera que todo el peso que sentía en mis hombros, se desvanecía.
Le dije cuanto la había extrañado y todo lo que pasé mientras ella no estuvo.
Le platiqué de la conversación que tuve con Brenda, todos los deberes que quedaron a mi cargo y como fue que aprendí a cocinar.

También le platique de Alejandro y me dijo que si él estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa que le dijera mi papá, que ella me apoyaría.
Así que quedamos en que él fuera en 3 días a hablar con ellos.

Decir que estoy nerviosa, es poco a comparación de lo que estoy sintiendo en estos momentos, es la primera vez que haré algo así.
Obviamente jamás le había presentado a mis papás, un chico que quisiera ser mi novio, y aún menos siendo mayor que yo.

¡Dios, si estás por ahí, ayúdame!