DETRÁS DEL FAN SERVICE -OffGun-

56. Uno más.

Traté de ser el mejor de los hombres para él pero me olvidé de mi openente; de mi rival que era él mismo. Él mismo, pues el cielo exacto era estar entre sus brazos y ser preso de todos sus cargos antinaturales.

Yo no imaginaba ser ni la mitad de lo que él era conmigo pues simplemente no se podía. Mi Gun era hermoso de manera sencilla. No habían manchas en él, no había un corazón negro ni mucho menos uno vacío. Las estrellas, las demás estrellas le envidiaban. Lo hacían pues tal belleza fue robada de ellas y puesta en él por los máximos dioses. Yo le diría siempre lo mismo. Le diría lo feliz que estaba yo por ser suyo. Y lo alegre, lo malditamente alegre que estaba yo por esta vida.

Esta vida que era él. Él mi cielo hermoso y mi lucinante atardecer.

Me desperté luego de Gun.

¿Me desperté? No. Me despertó. Me aplastó con su cuerpo y me besó la cara. Me besó la sombra de bigote que tenía bajo mi nariz. Me mordió la oreja y me dijo algo tan bajo que no le entendí si quiera. Me despertó y entonces me besó de nuevo.

—¿Qué haces? —le pregunté aún con los ojos cerrados. Gun sin hablar, sin intención de hacerlo volvió a besarme. Recordé entonces que era mi cumpleaños, que estabamos de viaje, en la cabaña, solos los dos. Qué nadie en este mundo sabía lo nuestro y que el gato de la planta de abajo era el único que nos miró entonces. Cumple muchos más. No sé que haría si no estuvieras tú en este mundo me dijo. Qué perfecto sol tenía a mi lado. Yo no le hablaba a nadie de él solo porque no podía. Porque si pudiera me burlaría de todos y riendo les daría mi pésame. Y tomaría la mano de él y entonces la besaría. Y entonces con melancólia les confesaría la verdad. Qué no era libre, que era mi amante y que casi casi me tenía en su mano. Qué yo era arrogante, qué yo era grosero, qué casi no me gustaba la cercanía pero que le amaba a él tanto que aquello se esfumó y mi niño hermoso había echo de mí alguien mejor. Qué no pararan, qué yo sabía muy bien lo ácido que podía ser verlo a él conmigo; un ser celeste con un mortal. Vaya unión, vaya preciosa unión. Y después solo así me detendría pues un Gun muy molesto pellizcaría mi brazo para que me callara e hiciera silencio.

Nos di la vuelta y lo tumbé bajo mi cuerpo. Sus ojos negros me saludaron y me marié mucho por aquella belleza.

—¿Te imaginas yo sin ti? —pregunté—. Una tontería sería pensar que puedo estar sin tu compañía mi niño.

Tomé sus labios con mis dientes y le besé. Cerré los ojos pues aquello era como un sueño. Gun me llenó de un placer precioso y le quería. Y él sabía que le quería, y que yo estaba muy enamorado. Tan loco y profundamente enamorado que todo lo podía hacer por él.

Más tarde empacamos. Me bañé con él, besé su nariz y su sonrisa y después le ayudé a secarse el cabello.

—Tu mamá ha llamado. Deberías hablarle Off.

—Yo lo sé. No me regañes.

—No lo hago —sonrió—. Me iré a llamar a casa, ya regreso.

Pim habló antes. Su abuela preguntó por Gun; era hora de dar señales de vida.

Como quedé sólo tomé el telefono y entonces le hablé a ella. Tenía muchas llamadas de mi portero hablándome de la cantidad de bolsas y regalos que estaban fuera de mi apartamento y recepción. Llamé a mi madre y le escuché. Deció felicidad en mi vida y me dejó de regañar por aquella mentira del otro día. Estoy con Gun le dije cuando me invitó a ir a su casa. Cocinaré para ti me dijo. Traelo contigo si deseas, realmente me agrada hablar con él.

Subí muy feliz hasta Gun. Quería preguntarle, quería que dijera que sí e ir a casa con él. Y que comiera en nuestra mesa. Y que entrara a mi recámara de niño. Y que viera mis fotos de pequeño y que sonriera. Y que me llamara bonito o gordo y que tomara en secreto una fotografía y la robara. Y que me besara en la cama, que me pidiera parar pues era una falta de respeto hacer el amor bajo el techo de mis padres. Y que me dijera te amo en voz baja y que tomara mi mano a la mañana siguiente y que en su cabeza pasaran las ganas de escucharme decir que él era mi amante y que lo amaba frente a ellos. Y que entonces lo aceptaran. Y que se convirtiera en un hijo más y en mi amor bonito.