Mafia

La ceremonia IV

Advertencias: Capítulo Corto.

............................................................................................

I.

—(...) Thor... ¿Puedes oírme, Thor?

Estaba bajo una ducha, sentía el agua fría golpeteando sobre su cabeza y una insoportable sensación de pérdida. Había una luz molesta yendo de un lado hacia otro y una desagradable mano le aferraba del mentón mientras otras varias le enjabonaban con profesionalismo.

—¿Qué pasó?— masculló logrando enfocar el rostro del hombre contrario.

—Al fin reaccionas— gruñó el doctor Strange, su cara decorada con un llamativo cardenal en el ojo y un labio lastimado, a unos metros más allá Heimdall yacía en una camilla de emergencias siendo atendido por personal médico, su brazo estaba fuera de lugar y su estómago al descubierto enseñaba los primeros signos de un feo golpe.

Pese a la extraña imagen que se presentaba ante él, la necesidad y el recuerdo de haber estado bebiendo con gula del néctar entre los muslos de su omega en celo aún palpitaba en su lengua y el hormiguear de sus manos.

—¿Y Loki? ¿Dónde está mi omega?

Strange detuvo su análisis al mismo tiempo que el agua era cortada y le envolvían en una suave bata de baño. Éste se giró en redondo e indicó que lo sentaran a la fuerza en la camilla que Heimdall acababa de desocupar.

Hasta ese minuto Thor no se había percatado de lo empapado y herido que lucía el pobre doctor o lo cabreado que estaba, pero a fin de cuentas no era algo que importara demasiado.

—Te enfrentarás a la primera prueba— le dijo tomando una jeringa, elevándola al aire y dejando salir un poco de líquido —Loki está bien, Fandral lo ha llevado hasta el hotel. Tuvimos que separarlos, diste una gran pelea por eso ¿no lo recuerdas?

—No...

—Fracturaste el brazo de tu guardián.

—Yo...— murmuró encontrándose con la serena mirada de Heimdall —lo lamento.

—E intentaste matarme al alejar a Loki de ti.

—Eso... no lo lamento del todo.

Thor ofreció su brazo para recibir la inyección, pero Strange con verdadera saña la aplicó con fuerza sobre su cuello a modo de venganza.

—Da igual— pero su fiera expresión no señalaba lo mismo.

Poco después, fue ayudado a vestirse con ropa deportiva para cualquier clase de combate. Thor se sentía impaciente, mareado y con las ideas mezcladas a causa de las drogas y la pequeña probada que había tenido de su omega.

No era suficiente, jamás tendría suficiente de él.

Con dificultad fue guiado desde los camarines hasta la zona donde su equipo le esperaba. Su cabeza palpitaba al mismo tiempo del resonar de la audiencia expectante por su aparición.

—Recuerda que éste es un duelo en que no es importante el ganar— le aconsejó la Valquiria a su encuentro, ofreciéndole una botella de agua en vez de la tradicional de alcohol y le ayudó a estirar cada músculo tenso por el celo durante largos minutos.

—¡Hermano!— exclamó Darcy lanzándose sobre él, acompañada de Sif quien traía sus manos repletas con toda clase de comidas y bebidas para consentir a su omega —Escuché que lloriqueaste como un crío cuando te separaron de mi maestro— le dijo a bocajarro con burla.