—No lo entiendo —confesé, mirando a Cristina como si hubiese apagado todas las estrellas.
¿Cómo que Gabriel no era el verdadero padre de Daniel? ¿Y por qué me miraba como si aquello fuese mi culpa?
Cristina preparó un chocolate con leche caliente, y dejó dos tazas humeantes con un paquete de galletas a su lado antes de continuar la conversación.
No entendía nada.
—Em, cuando accedimos a que vinieras aquí, a nuestra casa, temimos que Daniel no te aceptara —comenzó, rodeando con sus manos la taza.
Aquello no me extrañaba. No fuimos precisamente buenos amigos nada más vernos. Pero, ¿por qué comenzaba aquella historia?
—¿Por qué no iba a hacerlo?
Cristina tragó saliva.
Y entonces lo dijo:
—Emily... Daniel no sabía nada hasta este verano, justo como tú. Pero Gabriel no era su padre biológico.
Yo misma había llegado a esa deducción, porque Daniel se lo había recriminado. Lo que no llegaba a entender era qué tenía que ver yo en todo aquel asunto.
—Juan, Gabriel y Néstor —completó Cristina—. El trío fantástico.
Sus palabras hicieron eco en mis oídos, porque yo ya había escuchado aquellos tres nombres muchas veces más. En el pasado. Y sabía quiénes eran.
Juan era mi padre. No le llegué a conocer nunca realmente, pero todos decían que era su viva imagen.
—Gabriel, mi marido —continuó Cristina—. Y Néstor, el padre biológico de Daniel.
Mi corazón se detuvo, porque algo dentro de mí repetía aquellos nombres.
Juan, Gabriel y Néstor. Los conocía.
Mi madre me había hablado de ellos. Recordaba haber visto alguna foto en mi casa, hace tiempo.
Mi padre, con el cabello castaño rapado y los mismos ojos dorados que yo tenía. Gabriel, con una mano sobre su hombro. Su pelo rubio también estaba rapado.
Y Néstor, moreno, sonriendo a la cámara a su lado.
—Tu madre le dijo a Juan que estaba embarazada, pero yo quise esperar... No sé, era la guerra, y no quería más presión sobre él de la que ya tenía.
Cristina colocó las puntas de sus dedos de una mano sobre las de otras, y tomó aire. Aquello era difícil de contar.
—Pero la guerra no era fácil, y se llevó a Néstor —confesó Cristina, demasiado fácil—. Hubo un ataque, y él no se lo pensó dos veces. Quería proteger a tu padre, porque sabía que iba a tener familia.
Sentí un tirón en mi estómago. ¿Acababa de insinuar que el padre biológico de Daniel murió para salvar al mío? Que lo hizo... ¿por mi culpa?
Yo sabía que mi padre murió cuando yo era un bebé, luchando. Fue apenas unos años después de aquel día.
—Mi bebé nació —continuó ella—. Lo llamé Daniel, y mientras Juan criaba a su niña, Gabriel decidió ayudarme y hacerse cargo de mi niño.
Esos éramos nosotros.
Maldita sea.
—Con el tiempo nos enamoramos, pero Dani era muy pequeño. Quisimos ocultarlo, que pensara que Gabriel era su padre en todos los sentidos. Pensábamos decírselo cuando fuera más mayor, pero el tiempo pasó y no nos atrevíamos. Y cuando por fin lo hicimos, fue este verano, cuando todo sucedió. No podíamos dejarte sola, a pesar del enfado de Daniel.
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Hazme Olvidar ©
Teen FictionHISTORIA +18 || Emily ha sufrido mucho. La muerte parece acecharla, y solo quiere escapar de ella. Pero cuando no lo logra, es enviada a vivir con los Black. Y con el estúpido, prepotente e idiota de su hijo, Daniel Black. Sin embargo, Daniel parec...