CAPÍTULO 5

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La noche de fuego

En el cielo no se mostraba rastro del sol, únicamente era el cielo, basto, a penas estrellado y con esos tonos ligeramente aclarados que preparaban la bienvenida al nuevo día. Despertó sobresaltando, no resultó difícil saber que nadie más estaba despierto al mirar la tonalidad del cielo por la ventana y no escuchar el graznido del dodrio que comúnmente trae de vuelta a la tierra a todos. 

Sin embargo, esta vez amaneció con temor, con el temido presentimiento de una masacre que pronto rondaría en el lugar. En su inmerso sueño, a lo muy lejano escuchó la voz que advertía del próximo peligro y que se marche del lugar lo más rápido posible. Sin embargo lo tomó como una pesadilla sin mucha importancia. 

Por Arceus rogó que fuese solo una pesadilla y nada más.

(-más tarde-)

El pequeño Ralts fue a los arbustos cercanos a recoger bayas frescas con su madre, Gardevoir.

Los días habían pasado y la nieve casi desapareció en su totalidad. El centro de la aldea se llenó de telas de color llamativo y había una gran pila de troncos que se notaba a distancia. Ir por bayas no solo era distracción sino un encargo para aportar en la fiesta que se organizaba en la aldea.

El pequeño a su vez jugaba entre los arbustos y ramas de los arboles teletransportándose y asustando a Gardevoir, a veces. Para ese momento, el movimiento teletransporte lo había dominado a la perfección.

Gardevoir: ejejejeje Ralts detente un momento y terminemos de cosechar las bayas -Gardevoir amaba verlo jugar-

Ralts: esta bien jajaja -dijo apareciendo a su costado sin darle importancia que unas cuantas hojas estén enredadas en su cabello verde. Gardevoir simplemente rió tiernamente al verlo así-

Con los días, el entrenamiento de refuerzo que le dió Gardevoir rindió buenos frutos para Ralts. Podía levantar una piedra del tamaño de su cabeza sin esfuerzo, para ser un niño de su edad y su especie es un muy buen avance, Gardevoir se sentía orgullosa de ello.

Ralts: encontré uno de bayas zidra -dijo señalando un arbusto-

Gardevoir: No los necesitamos, está bien con solo llevar bayas dulces. Pero, puedes coger una si quieres.

Dicho esto el pequeño alegremente corrió en dirección al arbusto de bayas que vio.

Ralts: una para mí, y otra para mamá -murmuró arrancando dos bayas zidra y guardándolas en una bolsa atada a su cintura-

(-Poco tiempo atrás-)

Durante la madrugada, en lo que la luna llena iluminaba al mundo, en un lugar aparte, pasos, galopes y ruedas se escuchaban con violencia, corrían con desesperación. Se podía oír con claridad un número muy grande de pokemon dando marcha a quién sabe dónde.

...: ¡sigan moviéndose haraganes! -dijo amenazante un scizor montado sobre un rapidash de llamas grises- avísenme si las tropas aéreas ven algún poblado cerca.

...: ¡señor! -dijo un talonflame aproximándose- señor, a lo lejos vemos algo similar a un camino, parece estar dividido por la cantidad inmensa de arboles, puede que se dirija al lugar que afirmó.

Scizor: cómo estas tan seguro? -amenazó con una de sus pinzas sin quitar la mirada de enfrente-

Talonflame: e-el camino es continuo mi señor.

Scizor: ¿Qué quieres decir con "continuo"?

...: quiere decir que el camino a pesar de estar separado es posible que se uno solo alteza -dijo un hipno dentro de un carruaje detrás suyo-

Espera a un Nuevo Hogar  //pokecuento//Where stories live. Discover now