CAPITULO 1

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Rayo de luna

En algún lugar...

Gardevoir: ¡Ralts! ¡¿en dónde estás?!

En algún tiempo...

Ralts: un poco más y... ¡perfecto!

Un pequeño fulgor de luz caminaba de regreso a su hogar mostrando en todo el camino su sonrisa con la que siempre convivía, aunque la nieve era espesa y el viento soplaba por culpa de la temporada el pequeño sonreía sin mas caminando tranquilamente, observando el paisaje que se formaba por la nieve, las rocas, los arboles, incluso los arbustos que mantenían pocas hojas estaban cubiertas por esos copos amontonados. Totalmente un paisaje agradable de ver. 

Caminó hasta llegar a un refugio de buen y noble aspecto, con paredes de madera de diferentes grosores y tejado de ramas y hojas grandes. Fuera de este su madre, una Gardevoir de mirada gentil, lo esperaba con angustia pero luego aliviada de verlo llegar.

Gardevoir: ¿dónde estabas?, fuiste a recoger leña hace media hora, ¿por qué tardaste? -dijo con tono de alivio acompañado de un abrazo de preocupación al saber que su hijo no estaba perdido o herido-

Ralts: lo lamento mamá -correspondió- pero mira, encontré mucha leña esta vez, creo que puede alcanzar para una semana entera

En realidad alcanzaba para dos días como máximo, tres si racionaban

Ralts: además te hice esto -mostró a su madre un atrapa sueños del tamaño de la palma de una mano, hecho de ramas unidas con hilo de spinarak y hojas colgando de él que lo adornaban- ¿te gusta?

Gardevoir: -lo observó por un rato y le dio un beso en la frente como en respuesta de gracias- me encanta, eres un niño bueno, entremos rápido que hace frío.

Por la tarde era grato ayudar a su madre en cualquier cosa, limpiar la casa, buscar provisiones, jugar y contar historias, él es feliz con eso. 

Por la mañana no es tan agradable que digamos, tiene que ir a la aldea que está a unos pocos metros detrás de su casa a ayudar a su madre a cargar y conseguir comida, pero... ¿qué podría tener eso de malo?

Es él de nuevo... que miedo ... que desagradable ... ¿sigue aquí? ... ese demonio solo trae desgracias a nuestra aldea

Oh, eso. 

Los pokemon aldeanos, aunque eran pocos, tiraban su mirada de desprecio y pavor. De solo verlo decían que era una criatura sacada de las pesadillas, uno que otro se se lo habrá dicho a la cara, por ende nadie tenía el gusto de acercarse a él y su encargo era recoger leña con su madre dentro del bosque para toda la aldea. 

Por la noche su deber es dormir con los cantos de la naturaleza hasta que la ultima llama de la hoguera en la chimenea se apague. Cada noche su madre le cuenta historias acerca de su difunto padre, historias en las que contaba cuan amable y poderoso era en ese tiempo. 

Ralts sabe perfectamente que su padre ya no está en éste mundo, pero como nunca pudo conocerlo  prefiere hacerlo a través de lo que su madre le cuenta.

Ralts: mamá, ¿crees que papá este viéndonos ahora?

Gardevoir: él siempre está con nosotros, nunca nos ha dejado y jamás lo hará

Ralts: ¿cómo era él?

Gardevoir: -suspiró- era el pokemon más cariñoso, fuerte y valiente que haya conocido en ese entonces, era demasiado apuesto y siempre fue amable con todo el mundo.

Espera a un Nuevo Hogar  //pokecuento//Where stories live. Discover now