𝙘𝙧𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙡, robby keene.

𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙛𝙤𝙪𝙧𝙩𝙚𝙚𝙣; 𝙩𝙝𝙚 𝙜𝙖𝙢𝙚𝙨 𝙗𝙚𝙜𝙞𝙣

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ALI FUE POR AISHA, pues la de cabello rizado le habló para salir ese mismo día. Ambas se encontraban en una tienda al lado del dojo.

- ¿A quién le gustan estos dulces? Cuando los comes sientes que se tapan tus arterias. - dijo Ali dejando una bolsa de dulces en la estantería.

- Lo sé, son muy malos. - dijo Aisha y vio su celular soltando un pesado suspiro.

- Déjame adivinar, foto de un pene. - dijo una chica rubia llegando al lado de otra chica del mismo tono de pelo.

- Eres una asquerosa. - dijo la otra rubia volteando los ojos.

Aisha y Ali rieron. - No, mi mamá quiere que vayamos al club de playa. - dijo Aisha.

- Oh, cielos, eso suena tan miserable. - dijo la rubia 1, como le dijo Ali en su mente.

- No es eso, es que probablemente ahí este Samantha, una amiga, no estamos en buenos términos. - dijo Aisha.

- ¿Un chico? - preguntó la rubia 2.

- Karate, en realidad. - dijo Ali.

- Soy Aisha y ella es Ali. - dijo Aisha.

- Tory y mi hermana, Zara. - dijo Tory, alias la rubia 1.

- Bonito brazalete. - dijo Ali a Tory.

- Ah, ¿esto? No es solo un adorno. Un tipo aterrador en el centro comercial intentó atraparme una vez, pero logré bloquearlo y le dejé un regalo que jamás olvidará. - dijo Tory mostrando su brazalete en alto.

- Wow, parece que ya sabes patear traseros, ¿para que necesitas Cobra Kai? - preguntó Aisha. Resultaba que ambas rubias habían entrado en el dojo.

- Tomé algunas clases de kick boxing pero siempre he querido romper tablas con los ojos vendados. - dijo Tory.

- Viste eso, el secreto es hacerle agujeros a la venda. - dijo Aisha y todas rieron.

- Genial. - dijo Tory.

- Oigan, ¿les gustaría ir a la playa con nosotras? Serían un buen refuerzo. - dijo Aisha y así las dos rubias, la pelinegra y la pelirroja decidieron ir al club de playa.

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Las 4 mujeres llegaron al club de playa, todas con una camisa holgada y debajo, un bikini. Aisha usaba otro traje de baño.

- Oye, esto no es el club de playa. ¿Dónde están los vagos con patines y los chicos que te hacen demostraciones de hip-hop? - preguntó Tory haciendo reír a las chicas excepto a Zara, quién tenía la vista muy acomodada en el chico Keene.

- Oh, no te preocupes, llegarán cuando repartan los entremeses. - dijo Aisha.

Ali notó que la vista de Zara no se despegaba de su novio, pero, no le tomó mucha importancia, las Nichols le daban cierta confianza. O al menos Tory.

Las 4 bajaron las escaleras del balcón en el que se encontraban.

- Siento que te conozco. - dijo Zara.

- ¿A mi? - preguntó Ali.

- Si, ¿eres modelo o algo así? - preguntó Zara con la confianza de que LaRusso dijera que no.

Ali notó la intención de su pregunta y con la cabeza en alto respondió con brevedad. - Soy modelo. - dijo yendo a donde su madre y novio se encontraban, si, su familia ya sabía de su noviazgo.

Ahí Ali y Zara se dieron cuenta, que no serían amigas.

La pelinegra LaRusso y la pelirroja Robinson fueron por comida para repartir con sus nuevas amigas, en eso, la segunda LaRusso se acercó.

- Hola. - dijo Sam.

- Hola. - dijo Ali con una sonrisa mientras que Aisha no respondió.

- ¿Estás enojada? - preguntó Sam y derramó el vaso.

Después de que ambas chicas se "arreglaran" las Nichols volvieron con dos botellas, una de vodka y otra de vino tinto.

- ¡Hola! - dijeron Ali y Aisha emocionadas.

- ¡Hola! - respondieron las Nichols.

- Miren lo que tenemos. - dijo Tory.

- ¿De dónde las sacaron? - preguntó Ali sonriendo al ver ambas botellas.

- Las tomamos de la barra. - dijo Zara.

- Oh relájense, los adultos se están embriagando. Nadie se dará cuenta si nos divertimos un poco.

- Devuélvanlas o se meterán en problemas. - habló Sam. Zara y Ali notaron la tensión entre sus hermanas.

Tory rio. - ¿Y tú eres? - preguntó riendo.

- Oh, ella es mi hermana, Samantha LaRusso. - dijo Ali.

Tory miró a Alisha, y con su cara, supo quién era exactamente. - Oh, la famosa Sam. Vamos, nadie notará que falta una botella de vodka o de vino.

- Podría... robar los cubiertos y nadie se daría cuenta. - habló Zara haciéndole eco a su hermana.

- No deberían robar nada. - respondió Sam.

- ¿Qué? ¿Eres una monja? - preguntó Zara. - Vamos, si eres modelo debes beber algo de vino.

Ali miró a su hermana la cuál asintió lentamente haciéndola entender que no diría nada. - Claro que sí. - dijo Ali.

- Aisha, ¿un sorbo? - preguntó Tory colgando su brazo en el hombro de Ali, se notaba que ambas serían buenas amigas.

- Un sorbo. - dijo Aisha y se fue con las 3.

Mientras Aisha y Tory hablaban de lo que pasó en la fiesta del cañón, Zara y Ali platicaban de sus trabajos como modelos, algo que para Ali era aburrido. No le gustaba hablar de su trabajo, menos dejar a Aisha o a Tory solas.

- Oigan, a mamá le falta la billetera. - dijo Sam.

- ¿Qué? - preguntó Ali.

- Que mal por ella. - dijo Tory poniéndose al lado de Ali.

- Alguna de ustedes, ¿no sabrán nada al respecto? - les preguntó Sam a las Nichols.

- ¿Qué mierda dijiste? - preguntó Zara.

- Sam, ellas no fueron. No las culpes. - dijo Ali.

- Denme la billetera y no llamaré a seguridad. - dijo Sam.

- ¿Acaso es una broma? - preguntó Tory.

- Sam, basta. - dijo Ali.

- No le robamos nada a tu madre, perra. - dijo Tory. - ¿Saben que?, salgamos de aquí. - Sam jaló a Tory de su bolso intentando hacerla caer, lo que fue peor para ella pues Sam cayó en los platos de comida.

Tory se fue seguida de Aisha. - Sam, ¿estas bien? - preguntó Ali.

- Simpáticas amigas te conseguiste. - dijo Sam viendo a Zara, la que seguía ahí.

- No las debiste culpar así. - dijo Ali yéndose seguida de Zara.