𝙘𝙧𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙡, robby keene.

𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙞𝙧𝙩𝙮 𝙛𝙞𝙫𝙚; 𝙝𝙖𝙧𝙙 𝙡𝙞𝙛𝙚

(Como ustedes lo pidieron, un poco de sufrimiento para Zara, aunque no es del bueno.)

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- YA ME CONSEGUIRÉ OTRO, TORY. - rodó los ojos Zara mientras hacía un pequeño calentamiento.

- ¿Así de sencillo? Tardaste meses en encontrarte este, al menos consigue uno más. Te aseguro que encontraré otro. - dijo Tory confiada.

- Claro que si, por que con un solo sueldo... - ambas de miraron sabiendo que un solo sueldo, y tan mal pagado no cubriría los gastos. - Pídele trabajo a tu amiguita millonaria LaRusso.

- ¿Siempre debes meterla nada más para cubrir tus malditas inseguridades, Zara? - preguntó Tory disgustada ante el comportamiento de la mayor.

Ali había ayudado bastante a Tory, tal vez no económicamente - pues Tory no lo permitía -, pero le dió apoyo, la recomendó en varios lugares y gracias a ella consiguió uno que otro trabajo y le molestaba que su hermana hiciera ese tipo de cosas.

Después de la jornada en el dojo, Zara tuvo que ir a su trabajo. No era para nada lindo.

- Sasha no vino toda la semana y aún así le pagas. Yo la cubrí. Cubrí todos sus horarios ¡y me descontaste 20 dólares!

- Perdí unas gomas ácidas de una compra, solo cuestan 20. - dijo su jefe sentado cómodamente en su silla mientras contaba efectivo.

- Devuélveme mis malditos 20 dólares. Los necesito y son mi salario. - dijo Zara teniendo la razón, no había faltado, cumplía y era injusto.

- Te puedo correr cuando quiera y perderás más de 20 dólares, teñida. - Zara salió hecha una furia de esa oficina solo para ignorarlo y seguir trabajando. - Si, eso es, maldita rubia.

Zara se sintió mal. Muy mal. Aún así, no podía hacer nada al respecto. Nada que no contuviera violencia. Nada que fuera del todo legal y dejara a su jefe salir ileso.

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- Nosotras nos encargaremos de la liga femenina. Será sencillo. - dijo Amy mientras miraba a Sam y Ali con una mirada cómplice.

- Si, si, exclúyanme, falsas. - bromeó Ron haciendo un fallido acento español.

- Hay trofeo femenino, masculino y para el dojo que obtenga más puntos. - explicó Daniel a sus alumnos, amontonados uno con otro para ver la lista en manos de Sam. - Podremos vencer a Cobra Kai.

Después de la clara separación con Colmillo de Águila, los Miyagi-Do intentaban no prestar atención a eso, si no a competir para hacer a Cobra Kai desaparecer.

Entrenaban duro, usando siempre la defensiva, usando las enseñanzas básicas de Miyagi, además de poses y ejercicios.

Cuando Ali, Daniel, Sam, Amy y Ron llegaron a la casa, todos llegaron sorprendidos a la sala.

- ¿Que hace ella aquí? - preguntó Sam ofendida.

- Tory... ¿todo bien? - preguntó Ali. - ¿Necesitas algo?

- Uhm... no, bueno... es solo que... - La chica titubeaba. No solo había actuado mal ante su amiga, ¿ahora le pedía ayuda? Se sentía mal por eso.

- Si quieres, Ali, podrías quedarte a hablar con nosotras. - sugirió Amanda, sabiendo que Ali tal vez le daría más confianza a la rubia.

Ali aceptó. Amy y Ron, con ayuda de Daniel de llevaron a Sam para tranquilizarla y evitar otra escena.

Resulta que la única intención de Amanda era apoyar a Tory y su familia, con la mala fortuna de que Zara también contaba ahí, pero eso no importaba.

- Sabes que siempre estaré apoyándote, si necesitas algo, cualquier cosa, no creas que te apoyo por lástima, solo pídelo y te ayudaré en todo lo que pueda.

- Gracias Ali. Gracias, señora LaRusso.

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- ¿Me recuerdas que gano?

- Todo el dinero que papá me de. - dijo Anthony al otro lado de la línea.

- ¿Sabes a quien podría encontrar y lo que arriesgo? Más te vale que conquistes a esa chica por que si no, habré venido para nada. - Ali comenzó a buscar las gomitas específicas que Anthony pidió, las cuáles, solo se encontraban en la tienda de al lado de Cobra Kai.

Ali tomo la bolsa con mayor producto y la dejo en caja, mientras esperaba que cobraran.

Detrás de ella apareció quien menos quería que apareciera.

- No traigo tu bufanda hoy... la olvidé. - dijo de repente.

- Robby. Oh, no, no te preocupes. - dijo Ali nerviosa mientras tartamudeaba un poco e intentaba alejarse.

- Y... ¿como están tus hermanos? - preguntó Robby. Quería hacerle plática, pero no sabía cómo o con que.

- Bien, bien. Viven con nosotros, entonces...

- Oh, claro, claro.

Iban a seguir hablando pero Daniel apareció en busca de su hija. Pensó que sería peligroso que la chica estuviese ahí, aunque terminó siendo él el que se quedó discutiendo.

Ali y Robby querían decir tantas cosas, pero, siempre había algo que no los dejaba.

¿Sería Zara? ¿Miguel? ¿Sam? ¿Eli?

No sabían por qué pero estar en compañía del otro era algo mágico, desde antes y en esos momentos. Robby y Ali eran algo especial, siendo pareja o no.

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- Te mandó muchos muchos saludos. - dijo Sam sonriente mientras entraba a la escuela junto a Ali.

- Eso es genial. La extraño bastante, luego la visitaré. - dijo Ali mientras sonreía nostálgica, recordando. Extrañando los tiempos en los que su mayor preocupación era de que se disfrazaría y que peinado usaría.

- Si, de hecho, justo eso pidió. Me dijo que algún día podríamos decirle a Moon para salir las 4, como antes, bueno, como el círculo de antes. - dijo Sam y Ali asintió, queriendo librarse de la escuela para reunirse en ese momento.

- Si, lo haremos.

Sam dejó su mirada perdida y Ali se extrañó, pero luego vio lo que Sam miraba.

Tory estaba en la escuela, como su trato con Amanda y Ali lo decía.

- Tal vez mis padres e incluso mi hermana crean tus mentiras, pero el control lo tengo yo, y seas tú o Zara, si se acercan a mi o a mi hermana, no dudaré en actuar yo también. - amenazó Sam bajo la atenta mirada de varios estudiantes, incluyendo a Ali quien no sabía que hacer.

- Sam, vamos, ya basta.

Ali logro alejarla, pidiendo perdón a Tory con la mirada, mientras jalaba del brazo de su hermana a la clase siguiente.