Efectos de omitir Parte 2

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El lunes llegó nuevamente, parecía ser un día tranquilo, eso pensó Matsuri cuando vio que –por fin– Temari caminaría con ellos al colegio, había estado queriendo hablar con ella desde el cumpleaños de su madre, pero no tuvo la oportunidad, por eso, apenas la vio, dijo que tenía unas cosas que consultarle y se sentó con ella en el autobús, en lugar de hacerlo con su novio.

—¿Qué dices? —cuestionó la rubia, apretando los puños de la rabia que le había entrado al escuchar lo que Matsuri acababa de contarle—. Pero ¿en serio tu amiga hizo tal cosa? Mocosa desgraciada...

La castaña bajó la mirada, ella se sentía igual de enfadada, pero también estaba triste, le costaba comprender el comportamiento de Sari, ¿acaso había hecho eso para acercarse a Gaara?

—Intenté llamarla el fin de semana, pero apagó su celular, ella sabía que cuando me enterara, le preguntaría... —explicó, su podía notar en sus ojos la decepción que sentía, había creído en Sari, en que iban a ser las amigas de antes, pero a la primera oportunidad, ésta le clavaba un puñal por la espalda.

—Le voy a partir la cara —sentenció Temari, pero Matsuri rápidamente negó con la cabeza.

—No, por favor, Temari-san —rogó—. Déjame hablar con ella primero, quiero entender por qué hizo lo que hizo, no tiene ningún sentido...

Temari suspiró, le sorprendía el buen corazón de Matsuri, era evidente que Sari hacía todo esto por llamar la atención y, aun así, ella planeaba darle el beneficio de la duda.

—No cabe duda de por qué le gustas tanto a Gaara —comentó.

—¿Eh? —Matsuri se puso roja al escucharla, aquel comentario ni siquiera venía al caso, pero no pudo evitar buscar a su novio con la mirada, él estaba sentado con su hermano Kankuro, ambos charlaban de algo que no parecía ser importante, lo único que a Matsuri le importaba era que él ya no lucía tan preocupado, eso era algo bueno.

Cuando llegaron a la escuela, lo primero que hizo Matsuri fue buscar a Sari con la mirada, la vio desde el otro lado de la calle, atravesando la entrada de la institución. Gaara también la vio y apretó la mano de Matsuri con fuerza, él no sabía cómo la iba a enfrentar, había sido tan odioso, ¿estaría muy dolida?

—¿Qué hacen ahí parados? —los llamó Kankuro, empujando a ambos para que volvieran a caminar.

Mientras tanto, Temari se adelantó, se había mentalizado durante todo el fin de semana en que nada malo sucedería una vez que viera al profesor Itachi, que todo iba a estar bien, pero apenas lo observó desde lejos, sintió que le temblaban las piernas.

No seas cobarde, Temari —se dijo a sí misma, inhalando un buen poco de aire, para luego entrar a la escuela con la frente en alto, ella no era una chica patética que se la pasaba llorando por un ex –aunque sí había llorado–, no pensaba mostrarle que era débil.

Las clases iniciaron ese día con normalidad, en el grupo de segundo año, el primer maestro era Itachi, él lucía un poco extraño esa mañana, pero nadie le tomó importancia, ni siquiera su propio hermano. Mientras el profesor explicaba la clase, Matsuri no dejaba de ver a Sari, la cual la ignoraba totalmente, como si ella no existiera, pero, de vez en cuando, miraba a Gaara y le sonreía cuando éste se daba cuenta de que ella lo estaba observando.

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Temari se sentía bastante mal durante la clase, tenía náuseas y la cabeza le daba vueltas, ni siquiera podía escuchar lo que decía el maestro al frente de la clase, sentía que la vista se le ponía borrosa, así que se llevó una mano a la sien.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora