Agridulce verdad Parte 1

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Advertencia: Este episodio fue modificado de acuerdo a las nuevas reglas del sitio, por eso es tan corto, sin embargo, si quieren leer la versión completa sin ninguna censura, pueden enviarme un mensaje. <3

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Había pasado ya un rato desde que Gaara y Matsuri regresaron al hospedaje para buscar el teléfono del chico, pero estaban tardando bastante tiempo sólo para hacer algo simple. Itachi miró la hora en su celular, bien, tampoco es que fuera demasiado y quizá todavía no encontraban el aparato, por eso no habían vuelto todavía.

—Sensei, por favor pruebe esto —dijo una de las estudiantes, pasándole una "brocheta" de malvaviscos al profesor, quien sonrió y lo tomó con amabilidad.

Desde donde estaba sentado Sasuke, simplemente frunció el ceño, cuando Itachi estaba cerca, él nunca era el centro de atención, tampoco es como que le gustara, pero se sentía eclipsado por su hermano mayor de todas las formas posibles.

—Quita esa cara, Sasuke-kun, lo estamos pasando muy bien —dijo Sakura, que acababa de sentarse a su lado y le tomó la mano, mostrándole una dulce sonrisa. Con su otra mano le ofreció una bolsa de malvaviscos, para que los pusieran al fuego.

Al escucharla y ver su expresión, él no pudo evitar sentirse más relajado, tal vez estaba exagerando un poco sobre lo de Itachi, tampoco era como que él hubiese venido a propósito para arruinarle el viaje, ni siquiera estaba pendiente sólo de él, sino de todos.

—Tienes razón —contestó el azabache, apretando un poco más el agarre de la mano de su novia.

Apoyando su espalda contra un árbol, un poco alejado del grupo, Naruto estaba mirando a Hinata, ella sonreía como si nada hubiera pasado, ¿tal vez no le afectaba tanto después de todo? Bueno, eso no importaba ahora, él no quería ver a Hinata sufriendo tampoco, de sólo imaginarlo sentía que le dolía el pecho.

—¿Por qué tan aislado? —escuchó la voz de Kiba, quien se acercó a donde él estaba.

El rubio se encogió de hombros.

—Sólo quería pensar un poco.

—¿Tú pensando? —rio el castaño—. Oye, eso es nuevo —terminó, provocando que una venita se marcara en la frente de Naruto, que apretó el puño de rabia, pero entonces Kiba siguió hablando—. ¿No piensas hablar con Hinata? —al escuchar la pregunta, instantáneamente un aura negra rodeó el cuerpo del Uzumaki.

—No tengo por qué —respondió, mirando al suelo—. La verdad es que no hay nada que ella y yo debamos tratar.

Kiba frunció el ceño, estaba un poco desconcertado con todo esto, a él realmente solía gustarle Hinata, pero decidió dejar eso de lado por lo que –era evidente– sentían Naruto y Hinata el uno por el otro, entonces, ¿qué podía ser tan malo como para que ni siquiera pudieran arreglarlo?

—Naruto, eres un tonto, en serio —fue todo lo que dijo, suspirando.

—Ya sé... —murmuró Naruto, no pensaba negarlo, porque sabía que había tenido la oportunidad de solucionar sus problemas con Hinata, que ella misma se acercó a él y dijo que sólo lo quería a él, pero el problema era que Naruto tenía miedo, estaba asustado de no ser lo suficientemente bueno para Hinata. En el pasado eso era algo que no le habría importado, que habría superado sin importar nada, pero ahora que sabía bien cómo era la vida de una chica como ella, él simplemente no tenía nada que ofrecerle.

Era mejor que se olvidara de Hinata ahora que podía, antes de que le fuera imposible.

—Temari, no sé, hace rato se fueron a buscar el celular de tu hermano y no han vuelto —decía Shikamaru al teléfono, parecía un poco fastidiado, pues su novia no dejaba de preguntarle por qué Gaara seguía sin responderle, si se suponía que él le había avisado—. Ah, estás así porque es su cumpleaños, pero bueno, cálmate —suspiró—. Fue con Matsuri, seguro lo encuentran pronto y regresan luego, sí, sí.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora