i. la carta

9.8K 620 868
                                    

—¡Amelia!¡Levanta el culo!—gritó mi compañero de cuarto—Chienne paresseuse. (Perra perezosa)

—Je vais te montrer qui est une salope—murmuré. (Te mostraré quién es una perra)

—¿¡Qué fue eso !?—gritó. 

Gemí y me senté, frotando mis ojos hinchados. 

—Jaz, en serio, estoy despierta—estiré mis brazos sobre mi cabeza, escuchando el fuerte crujido de mis hombros. 

—Eres repugnante—murmuró.

Rodeé los ojos, quité las mantas, metí los pies en las pantuflas y me dirigí al baño compartido. 

—¡Es natural que tu cuerpo se tense a veces!—grité mientras me miraba en el espejo.

Agarré mi cepillo y comencé a peinarme, hoy era un mal día de cabello. Agarré un mechón castaño, frotándolo entre mis dedos. Mi cabellera siempre fue una combinación entre la de mi padre y la de mi madre. Sobre todo la de mamá. Era una de las muchas cosas que extrañaba de ella.

—¡Amelia!¡Vamos a llegar tarde al desayuno!—gritó Jaz. 

Salí corriendo del tocador.

—Cálmate Jaz.

Rápidamente, saqué el uniforme de mi cajón. El azul nunca fue mi favorito. Era más una chica de color oscuro. Y las faldas largas y el blazer definitivamente tenían que desaparecer. Bueno, ese es el estilo de una princesa Beauxbaton, supongo. 

Abroché el último botón y alisé mi falda. Debatí en atarme el pelo en una coleta, pero sabía que Jaz me mataría si se saltaba el desayuno. Entonces, agarré uno de mis lazos negros y lo envolví alrededor de mi muñeca. 

Tomé mi bolso y mi varita, tiré de la muñeca de Jaz, arrastrándola fuera de nuestra habitación.

Jaz y yo hemos sido mejores amigas desde que comenzamos Beauxbatons. Nunca pensé que encajaría aquí siendo de Inglaterra, pero Jaz me aceptó con los brazos abiertos. Ella me ayudó mucho, especialmente con mi mamá, y nunca podría pedir una mejor mejor amiga

—¡Ahí están ustedes dos!—Emily gritó mientras nos hacía señas. 

Me senté en el banco y balanceé mis piernas debajo de la mesa, colocando una encima de la otra. 

—Lo siento, alguien durmió hasta tarde—Jaz me fulminó con la mirada. 

—¡Oye, estaba cansada!—defendí. 

—Amelia, siempre estás cansada—Emily río.

—Es que estuvo despierta toda la noche hablando con Viktor—Jaz sonrió. 

—¡Oooh!—Emily se le unió a Jaz—¿Cómo está?

—Ustedes dos son ridículas—mascullé—. Viktor y yo nunca sucederá. Solo piensa con su pene. Es un niño, no un hombre.

—Entonces luce como un hombre—Jaz gimió—. Un gran hombro. Apuesto que es grande donde cuenta—guiñó un ojo. 

—¡Jazmine!—Emily gritó—¡Habla como una dama!

Jaz y yo rodamos los ojos, como si se tratara de un acto reflejo.

—Emily, todos saben que nosotras tres no deberíamos estar en esta escuela. No pertenecemos y jamás seremos como la gente de aquí. No sé por qué dejamos Inglaterra, para ser honesta—añadí. 

—Definitivamente deberíamos haber cursado en Hogwarts—Jaz bromeó con una risa, Emily y la imitamos.

¿Pardon, Mademoiselle Nott?—una pequeña voz habló detrás de nosotros. 

underground secrets ─ draco malfoy Onde histórias criam vida. Descubra agora