v. nunca más

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Mi cabeza palpitaba y los recuerdos de la noche anterior se volvían borrosos. Me froté los ojos, tratando de acostumbrarme a la luz brillante. 

—Joder...—gemí. 

Me senté y estiré los brazos por encima de la cabeza. Mi visión se enfocó, para ver a Mippy de pie al borde de mi cama. Salté, dejando escapar un pequeño grito.

—¿Qué pasa Mippy?

—Mippy lamenta haber sorprendido a la señorita, pero el Amo Malfoy le pidió a Mippy que estuviera pendiente de la señorita—dijo suavemente. 

Mis ojos de dispararon al elfo. 

—¿Estar al pendiente?—repetí en una pregunta. 

—El Amo Malfoy le dijo a Mippy que la señorita se emborrachó anoche y necesitaba que Mippy le trajera un poco de té—Mippy chasqueó los dedos y extendió una taza de té en sus manos.

Rápidamente se lo quité para que no se quemara los dedos. 

—Gracias Mippy—sonreí—¿Tienes ropa nueva?

Le regalé a Mippy una camisa con mamá hace años para que pudiera ser libre, pero Mippy continuó quedándose con nosotros. Mi padre y yo la queremos como a alguien más de nuestra familia. 

—Se supone que Mippy se ocupará de la señorita—Mippy sonrió. 

—Pero no me sentiré mejor si sé que Mippy no está feliz—le indiqué con un dedo. 

—A Mippy le vendría bien una camisa nueva...—dijo vacilante.

Asentí con la cabeza, me levanté de la cama y me acerqué a mi caja de ropa. Saqué una camisa vieja de cuando era más joven. 

—Creo que esto podría funcionar—dije, levantando el pedazo de tela—¿Qué piensas, Mippy? ¿Te gusta?

—Mippy estará feliz con cualquier cosa que la señorita Amelia le dé.

—Mippy, tú también puedes tener una opinión. Hablamos de esto—incliné mi cabeza hacia ella—. Si no te gusta, puedo buscar otra cosa.

—¡No, no!¡A Mippy le gusta!—ella exclamo. 

Me reí entre dientes mientras caminaba hacia mí, quitándome la pequeña camiseta de las manos. Volteé para que pudiera cambiarse, y cuando terminó coloqué mis manos en mis caderas, examinándola. 

—¡Te sienta!—sonreí. 

Ella chilló feliz mientras me daba un abrazo. 

—Mippy está muy agradecida con la familia Nott—besé la parte superior de su cabeza mientras la abrazaba. 

—Mippy, eres parte de esta familia. Si necesitas algo, siempre sabes que puedes pedirlo—la solté y me senté en el borde de mi cama—. Está bien, Mippy. Ahora cuéntame, ¿me deje muy en ridículo anoche?

—Bueno, el Amo Malfoy le dijo a Mippy que entraste a su biblioteca muy borracho y te llevó a tu cama. Quería que Mippy se asegurara de que estuviera allí en el momento en te despertaras—explicó.

—Oh, eso no está tan mal—suspiré con alivio.

Su rostro cambió a una mirada preocupada.

—Mippy... ¿qué no me estás diciendo?

—Mippy siguió a la señorita Amelia después de que se fue a la habitación del Señorito Malfoy...

—¿Está bien...?—tomé un pequeño sorbo de mi té.

underground secrets ─ draco malfoy Where stories live. Discover now