Volver A Amar (Marcetty) P2

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🌻

A la pelinegra le brillaron los ojos de emoción ante tal propuesta. Estaba dispuesta a soportar la cantaleta de su papá con tal de no desperdiciar esa oportunidad, así que rápidamente llamó a su casa para avisar que por "problemas de trabajo" tendría que trasnochar y se quedaría en casa de doña Marcela porque era muy inseguro salir a esas horas.
Su papá le hizo problema como siempre, sin embargo al final cedió, ya que sólo estaría con doña Marcela y nada podría pasar.

Emocionada fue a comunicarle la noticia a la ejecutiva , la cual, tratando de ocultar su nerviosismo ante la presencia de su amada, le dedicó una sonrisa y se volteó buscando evitar la dulce mirada de la pelinegra.

—En ese caso, sígame por favor. La llevo al cuarto de huéspedes.— Dijo Marcela tratando de desviar la mirada alegre y curiosa de Beatriz. Dejó su copa de vino en la mesita y se levantó decidida a llevar a Betty a la habitación.

Recorrieron el pasillo, llegando a una puerta con un precioso marco de madera. Marcela podía sentir la cercanía de Betty caminando detrás de ella, y al llegar a la puerta, chocó, haciendo que Marcela la tomara de la cintura para evitar que se cayera.

Por un pequeño momento sus miradas se cruzaron, dejando una tensión en el aire que fácilmente podría cortarse.

Beatriz buscó calmar el ambiente dedicando una de sus clásicas risas y musitando un "Lo siento doña Marcela."A la ejecutiva esto solo le generó ternura y un sentimiento que hace años no reconocía.

—Bueno Betty, aquí está su habitación. En el baño puede encontrar toallas, jabón, shampoo, cepillo de dientes nuevos y todo lo que pueda llegar a necesitar. En un momento le traigo varias pijamas para que usted decida cual usar. Si necesita algo más estaré en la habitación de aquí al lado.— Dijo Marcela dedicándole una sonrisa sincera. Algo en ella le daba tranquilidad.

—Muchas gracias Doña Marcela. Creo que tomaré un baño, la verdad es que estoy agotada y necesito relajarme.— Respondió Betty.

La ejecutiva salió de la habitación dirigiéndose a la suya para ir por la ropa que le había prometido a Betty.

Mientras tanto, Beatriz entró en el cuarto. Era una habitación modesta pero elegante. Había un pequeño pasillo que conectaba la entrada con otra puerta que parecía ser el baño. En el centro de la habitación había una cama matrimonial perfectamente tendida y lista para recibir visitas. A ambos lados de la cama había una mesita de noche con una pequeña lámpara y frente a la cama se encontraba una cómoda con un televisor.

Betty dejó sus cosas sobre la cama y se dispuso a relajarse.

Entró al baño y lo contempló . Era grande y sobrio, pero tenía detalles que lo hacían fascinante. Betty estaba maravillada por el gusto de Marcela, era impecable, como ella. Tenía un piso cubierto de azulejos blancos. El lavabo era de mármol blanco con detalles en dorado y tenía un gran espejo. A ésto se le sumaban pequeños muebles y cajoneras de madera color chocolate que contrastaba de manera muy linda. Al lado se encontraba una tina y una regadera.
Ya que quería relajarse, optó por la tina.

Mientras la puso a llenar, se dedicó a explorar el baño. Encontró una bata de baño, toallas y sales relajantes, mismas que agregó a la tina.

Al tener todo listo, comenzó a desnudarse, dejando su ropa en la cama y entrando poco a poco al agua caliente. Pudo sentir como todos sus músculos se relajaban ante la sensación tan placentera del hidromasaje que le proporcionaba la tina combinada con la temperatura del agua. Estaba tan concentrada en ello que olvidó cerrar la puerta del baño.

Marcela entró a la habitación sin tocar y cual fue su sorpresa al ver ahí a su ángel, tan perfecta, relajada, con los ojos cerrados y recostada en la tina. Sus senos sobresalían un poco del agua y su precioso cabello negro flotaba.

One Shots YSBLFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora