La noche de Bodas (Armetty)

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Pudo sentir como la levantaba del piso en un ágil movimiento para hacer su entrada triunfal a la habitación.
Podía notar en los ojos de él esa chispa de deseo y necesidad que brotaba de su alma.

Suponía que ella reflejaba lo mismo,pues sabía que desbordaba un candente deseo porque el se adueñara de su cuerpo una vez más. Quería revivir todas esas sensaciones,que aunque pudieron ser parte de un engaño, no dejaban de significar un placer indescriptible y una ola de emociones arrollantes.

Ambos pudieron notar la necesidad del otro de marcarse como propios en la intimidad,pues estaban inmersos en esa rítmica danza de sus lenguas. Armando aprisionaba a Beatriz debajo de él mientras sus traviesas manos comenzaban a recorrer su cuerpo,maravillándose una vez más con esa preciosa mujer a la que ahora podía llamar su esposa.

Se vieron interrumpidos cuando por un momento la consciencia de Beatriz apareció,y detuvo los besos de su ahora marido con pequeños golpes el en pecho:

-Doctor,tenemos que cuidarnos. No quisiera resultar embarazada tan pronto...- dijo con un deje de nervios. Por supuesto que lo deseaba,imaginaba su vida a su lado con hijos,pero por ahora tenían varias preocupaciones con respecto a la empresa y al inicio de su vida de casados como para sumarle un embarazo.

Armando siempre había sido sumamente cuidadoso con respecto a sus relaciones,por lo que jamás había experimentado el sexo sin condón. Creyó que era oportuno,al ser su mujer, experimentarlo por primera vez. Así que la convenció, él estaba seguro de que nada pasaría, pues sabía controlarse. Simplemente terminaría fuera de ella y no habría mayor problema ¿Cierto?

Después de este pequeño percance, Armando volvió a apagar la luz,aunque tenía planeado algo más tarde,por ahora quería la comodidad de su mujer antes que todo.

Anteriormente había conocido a esa Beatriz que aunque tímida,era una mujer sumamente pasional que se dejaba guiar. Era su pequeña aprendiz,y aunque solo dos veces habían estado en la intimidad,Armando pudo sentir como ella aplicaba lo que él le enseñó.

Ésta vez,se trataba de complacerla a ella,así que la inmovilizó con el peso de su propio cuerpo. Desabotonó uno a uno los pequeños ojales del vestido de novia mientras regalaba sutiles caricias y besos que hacían que todo en Beatriz se electrizara,podía sentir como con cada caricia vibraba y soltaba pequeños suspiros que lo enloquecían. Armando se deleitaba descubriendo los puntos que la hacían estremecer ante el más mínimo roce o húmedo contacto.

Una vez que terminó de desabotonar aquellos fastidiosos botoncitos, liberó un poco la cadera de Beatriz para permitir que el vestido cayera por su propio peso. Pudo sentir como ella acariciaba su espalda con tranquilidad, disfrutando cada parte de su fornido cuerpo a través del traje. Una vez que Armando le quitó el vestido,ella le siguió deslizándole el saco y comenzando a desabotonar su camisa,regalándole caricias que encendían cada vez más esa chispa que se instaba en el corazón de él.

Era sorprendente el poder que Beatriz tenía sobre Armando,con unas simples caricias lo hacía sentir fuera de este mundo, se estremecía ante su cálido contacto. Lo podía dominar con una simple mirada. Y a Armando no le molestaba admitir ésto,es más,lo gozaba por demás.

Después de un rato,la vista de ambos se acostumbró a la poca iluminación que daban las velas en la habitación. Había un ambiente apacible,romántico y misterioso. Esa poca luz les permitía descubrir una vez más esos cuerpos que antes habían admirado.

Ésta vez,como marido y mujer,existía la confianza y el tiempo para llenarse mutuamente sin límites, sin remordimientos. Ambos estaban ansiosos por conocerse a profundidad,por descubrir cada rincón de sus cuerpos sin prisa. Querían llevar al otro al éxtasis,al paraíso,recordándose cuanto se amaban.

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