VI

12.9K 2.4K 416
                                    


Que lo disfrutéis bellas florecillas!!!!

Pasamos el resto de la velada estableciendo una excusa razonable para hacer creer a nuestras familias que nos habíamos visto después de siete años y el amor había surgido entre nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasamos el resto de la velada estableciendo una excusa razonable para hacer creer a nuestras familias que nos habíamos visto después de siete años y el amor había surgido entre nosotros.

«Patético y difícil de creer» pensé.

Pero mi madre era una romántica empedernida desde que se casó con papá y a este le dio igual lo que exigiera su familia para su esposa e incluso el hecho de no tomar más esposas era todo un logro en nuestra cultura, así que no tuve duda de que si jugaba bien mi papel, ella se lo creería.

Solo tendría que fingir poco tiempo, puesto que aceleraríamos la boda para calmar la situación y me iría a vivir a Londres, donde estaría cerca del radar de mi madre que podría darse cuenta realmente de que el amor en ese matrimonio era inexistente.

Lo aceptaba.

Podía asumir que seríamos simples compañeros que compartían casa y se toleraban, incluso quizá con el tiempo podríamos llegar a establecer algo así como una amistad, aunque probablemente pasáramos muy poco tiempo juntos para que eso sucediera.

Aquella noche contra todo pronostico según Hassan e incluso yo misma habría llegado a creerlo, Alexander D'Angelo no intentó seducirme, ni halagarme y ni tan siquiera tuvo un comentario agradable hacia mi. ¿Tal vez no fuera su tipo?, ¿Le gustarían las mujeres más... inglesas? Rubias con la tez clara y ojos azules.

Yo había heredado la tez bronceada de papá, así como sus ojos, mis rasgos eran una mezcla perfecta entre la sangre árabe de mi padre y la europea de mi madre, de la que podía agradecer haber heredado su figura.

La cuestión es que no ser atrayente para D'Angelo no me resultaba contraproducente, sino todo lo contrario, podía estar tranquila en ese aspecto sabiendo que no tendría que entregarme a él solo porque se convertiría en mi marido.

—¿Y bien? —La voz de Hassan me asustó cuando entré por la puerta de la habitación de hotel.

Mi hermano estaba sentado en uno de los sillones del pequeño salón con una luz cálida como única compañía. Al parecer no tenía intención de irse a su dormitorio hasta saber que había sucedido en esa cena.

—Nos casaremos —dije dejando mi bolso sobre la pequeña mesa de té y quitándome los zapatos de tacón para sentir la sensación de confort al posarlos sobre la mullida alfombra.

—¿Ha aceptado sin más?, ¿No quiere nada a cambio? —preguntó confuso.

¿Se suponía que tenía que pedir algo ha cambio? Era rico, es más, las tierras que había heredado de nuestro bisabuelo valían una fortuna y no le interesaban en absoluto. Si algo podría decirse de Alexander D'Angelo es que no era avaricioso, ni interesado.

—Hemos llegado a un acuerdo entre nosotros a nivel personal, pero nada más —Aseguré no queriendo entrar en detalles de lo que sería mi vida marital, después de todo ese asunto sería nuestro y de nadie más—. Por cierto, para mamá y papá, este matrimonio se supone que será por amor, así que tú serás nuestro cupido y colaborarás en ese asunto.

La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora