XXXVIII

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Uyyy cuanto sin pasarme por aquí flores? No me matéis... jejejeje es que a veces me quedo durmiendo con el teclado encima, jejejeje

Tras aquella ducha en la que afloraron verdaderamente mis sentimientos y en la que me percaté de que no podía seguir escondiéndolos, al menos conmigo misma porque indiscutiblemente no pensaba revelárselos a Alexander bajo ningún concepto, él se ma...

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Tras aquella ducha en la que afloraron verdaderamente mis sentimientos y en la que me percaté de que no podía seguir escondiéndolos, al menos conmigo misma porque indiscutiblemente no pensaba revelárselos a Alexander bajo ningún concepto, él se marchó alegando que debía hacer un par de gestiones en su despacho, así que me quedé absolutamente a solas en el apartamento.

¿Qué esperaba oír si le decía que me había enamorado de él?, ¿Qué también me correspondía?

Eso nunca sucedería.

Él quería ser libre y había accedido a esto precisamente para serlo, probablemente cuando todo acabara y cada uno tomara su camino, solo necesitaría un parpadeo para sustituirme por otra en su cama.

Yo me iría con el corazón encogido y él regresaría a su vida en la noche, a sus salidas, a sus incesantes amantes que siempre eran distintas. Ni siquiera sabía porqué me martirizaba con ello, tal vez para ser realista y asegurarme de que aunque mis sentimientos por él hubieran cambiado, eso no modificaba nada de lo que habíamos acordado.

Decidí centrarme en algo para evadirme de la realidad o me machacaría mentalmente sobre lo estupida que había sido por enamorarme de él.

¿Tal vez solo era una ilusión? Quizá, alejándome de él podría verlo todo desde otro punto de vista.

Si. Debía ser solo eso... una vaga ilusión que yo creía que era amor... pero si solo era una ilusión, ¿Porqué había deseado besarle?, ¿Por qué me había sentido tan dichosa al hacerlo?, Por qué de algún modo deseaba que él me respondiera y ser un matrimonio real, no aquella fachada que éramos.

No quería alejarme, no quería marcharme, no quería otra cosa que no fuera estar allí con él de ese modo. Sentirme deseada entre sus brazos, querida, amada, ser todo para él y que Alexander fuera todo para mi.

Ilusión.

Solo era una triste y vaga ilusión, como esperaba fervientemente que lo fuera mi amor.

No quería, ni debía tener esperanzas. Menos aún me aferraría a algo que sabía que no existía, así que con ahínco comencé a preparar las cosas de clase, tenía muy claro que al día siguiente asistiría, ya había perdido dos semanas después de todo aquel escándalo y era tiempo suficiente para pensar que las cosas se habrían calmado, aunque estaba claro que me enfrentaría a las miradas acechadoras, cuchicheos y al hecho de que todo el mundo sabría quien era realmente.

Pero podría con ello.

Existía la opción de renunciar, después de todo si realmente estaba embarazada podría condicionarme el curso, por no decir que no podría terminarlo, pero necesitaba evadirme aunque solo fueran unas horas y eso era lo único que tenía en aquellos momentos.

La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora