XLIV

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Buenas florecillas bellas, he visto cuanta crispación y ganas de darle una bofetada a Azhar por su imprudencia (yo también se la daría de buena gana hahahaha, pero me encanta saber que ante su situación vosotras reaccionaríais como se debe, así me gusta!) Está claro que esto es ficción, que en la vida real ya habría dado constancia de lo que le sucede, pero por desgracia siguen existiendo las personas que no le dan importancia a las advertencias, que no ven o no quieren ver las alarmas y por eso después suceden tragedias echándonos las manos a la cabeza y preguntándonos porque no actuaron a tiempo cuando debieron hacerlo.

Para todas ellas: ¡Nunca dejéis que os manipulen, amenacen o metan miedo!

Diciendo esto... ¡Que disfrutéis del capítulo!

No supe si emití un grito silencioso o un alarido porque realmente no fui consciente de la reacción de mi cuerpo, pero aquello no me gustaba nada y por más que me decía que solo era una tentativa de llamada de atención puesto que ese individuo ser...

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No supe si emití un grito silencioso o un alarido porque realmente no fui consciente de la reacción de mi cuerpo, pero aquello no me gustaba nada y por más que me decía que solo era una tentativa de llamada de atención puesto que ese individuo sería incapaz de hacerme nada, no restaba importancia al hecho de que se hubiera atrevido a enviarme aquel mensaje.

Mis opciones eran tres y ninguna de ellas me agradaba.

La primera era ir a la policía con aquella caja y nota, la cual seguramente tendría huellas que incriminaban al profesor Magnus, aunque no había implícitamente una amenaza escrita y lo más probable es que todo quedase en nada, pero ello supondría que la denuncia se filtrara a la prensa y era lo que menos deseaba, así que esa opción quedaba descartada por completo.

La segunda opción era avisar a mi hermano Hassan y que él se ocupara de todo, pero entonces obtendría una enorme reprimenda por no avisarle con antelación antes de llegar a ese punto y seguramente terminaría enterándose toda la familia, lo que supondría el hecho de que Alex también lo hiciera y después de la noticia en la prensa sobre mi supuesto idilio con el profesor, prefería no correr ese riesgo, gracias.

La tercera y última opción era avisar a Alex, la misma razón por la que no le conté mi encuentro con Magnus en la escuela salía a relucir de nuevo y es que no deseaba que él pudiera hacer conjeturas inexistentes o creer que realmente entre nosotros hubo algo cuando no es cierto. Eso añadido al hecho de que no deseaba ser una carga para él hacían que esta tercera opción fuera la menos elegible.

Debería salir e ir a clase, tendría que estar en aquellos momentos de camino y segura en un taxi, pero mis pies no eran capaces de dar un solo paso y me había quedado completamente bloqueada por primera vez en mi vida.

¿Cómo fui tan ilusa de creer que lo dejaría estar?, ¿Tanto le importaba su trabajo en la universidad? La verdad es que no me había preocupado por el profesor Magnus o su vida en general. No sabía si aquella era su única fuente de ingresos o no, si aquel trabajo era su pasión, aunque por sus conversaciones lo cierto es que su verdadera vocación era pintar y no tanto enseñar, pero disfrutaba ilustrando a otros el verdadero arte.

La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora