Capítulo 3.

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La doctora le recomienda a Anne que lo anime todos los días con la idea de ir a la escuela, pero honestamente Harry tuvo una muy mala experiencia la primera vez que asistió al Kinder y se ha negado a volver desde entonces. Anne no lo quiere obligar a ir a la escuela, prefirió abandonar su trabajo y quedarse en casa con Harry para cuidarlo y educarlo allí, de esa manera evitaba exponerlo a malas experiencias.

Aunque muchos psicólogos recomiendan que los niños con Asperger deben ser tratados con igualdad y nunca ser excluidos de la sociedad para fomentar una vida próspera, Harry prefiere estudiar en casa y nunca salir de allí. Su casa es su lugar seguro.

Cuando Anne le preguntó qué sucedió en la escuela que le causó tanto temor, no obtuvo ninguna respuesta de su parte. Cuando lo llevaron a varios doctores por el mismo motivo, tampoco lograron saber nada. Se negó completamente a contar lo sucedido. Asumieron que él sólo sintió vergüenza de contarlo, y por eso prefirió quedarse callado. Las maestras tampoco rompieron el silencio, afirmando que el niño simplemente no se adaptó a las normas del salón. Anne se molestó mucho porque la escuela no tenía las herramientas necesarias para educar a un niño autista y diferente, todos los representantes odiaban que Harry estuviera en el mismo salón que sus hijos porque les causaba un retraso en su aprendizaje y las maestras tenían que prestarle más atención a él que al resto de los alumnos, y eso le molestó demasiado Anne, tanto que decidió retirarlo de la escuela definitivamente.

Ahora que finalmente comienza a ver cambios positivos en su hijo, desea que se entusiasme con la idea de iniciar en una nueva escuela donde pueda sentirse aceptado.

Harry ha compartido con Louis durante casi dos semanas, ya que sus madres acordaron que se encontrarían al menos tres veces a la semana en el McDonald's para jugar. Le gusta Louis porque no lo fuerza a nada, le deja su espacio y siempre le pregunta las cosas antes de actuar. Louis intenta descubrir lo que Harry está pensando y trata de mantener una conversación fluida con él sin perder la paciencia como todos, poniendo atención a todo lo que tiene que decir, aunque hable de temas poco comunes que tal vez no entienda ya que Harry es demasiado culto para su edad.

Se mira en el espejo mientras se coloca su chaleco azul y no puede evitar pensar en Louis mientras aprieta la tela entre sus pequeñas manos, sintiéndola bajo sus dedos. Puede ver los ojos de Louis en su chaleco, sonríe ante sus pensamientos.

—¿Estás listo, corazón? —Pregunta su madre tocando la puerta de su habitación.

Harry deja de mirar su reflejo en el espejo y camina rápidamente hacia la puerta para encontrarse con su madre. Ella le sonríe en cuanto lo ve. Él siempre escoge su ropa, y le gusta combinar los colores, nunca repite un mismo color en la semana.

—Ese color te queda muy hermoso. —Le dice con cariño. Harry sólo asiente con la cabeza y camina hasta la puerta de la casa para salir, ansioso por su encuentro con Louis. Anne suspira derrotada antes de seguirlo.

Al llegar al parque Harry ve a Louis jugando con otro niño, los mira con atención sin acercarse. No quiere jugar con otros niños, tal vez Louis ya no quiera jugar con él. Se queda de pie en la entrada hasta que su madre llega con la bandeja y la cajita feliz.

—¿Qué sucede, corazón? ¿Por qué no vas a jugar con Louis? —Pregunta curiosa viendo que Johannah llegó temprano. Desde aquella vez que fue testigo de la rabieta del niño no volvió a llegar tarde. Es una buena persona, sin duda.

Harry se mantiene inmóvil, sin dejar de mirar a los niños que se divierten.

—Tiene otro amigo. —Responde señalando a los niños mientras saltan en la piscina de pelotas. Anne hace una mueca, rezando para que su hijo no se altere demasiado.

A little big Crush 💚💙 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora