Epílogo.

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Después de un maravilloso y muy necesario fin de semana, en compañía de Louis y su familia, Harry está listo para regresar a la rutina universitaria, con la cual ya se siente a gusto. Anne se sorprende de verlo tan entusiasmado por regresar a clases, usualmente le costaba mucho trabajo convencerlo de salir de casa, pero ahora él está emocionado por salir, y es indudablemente un gran avance, aunque también le da mucha nostalgia el hecho de verlo partir y crecer, valiéndose por sí mismo ahora. Es un sentimiento agridulce, sin duda, se siente muy orgullosa, pero triste al mismo tiempo porque su bebé ya no es más un bebé.

Al recibir un abrazo y un beso de sus padres, Harry sale apresurado de la casa en dirección al carro de Louis sin mirar atrás.

—Te agradezco nuevamente por hacerlo tan feliz, Louis. —Anne observa a Louis con ojos cristalizados, ambos de pie frente a la puerta, listos para despedirse. Louis le sonríe con cariño, encogiéndose de hombros.

—No es nada, él me hace igual de feliz en todos los sentidos. —Confiesa con timidez mientras desvía su mirada en dirección a Harry, quien ya ha subido en el asiento del copiloto. La sonrisa de Louis crece mucho más al verlo ponerse el cinturón de seguridad. Sin duda su actitud ha cambiado desde la primera vez que subió al carro, se muestra mucho más confiado y seguro ahora.

Anne se deleita viendo esa mirada llena de amor en el rostro del ojiazul, y su corazón se llena de alegría al saber que Louis le corresponde a su hijo tal y como es, sin intentar cambiar nada de él.

—Oh, olvidé decirle que tiene cita con su psicóloga mañana. Desde que comenzó la universidad no ha querido ir a sus consultas quincenales. —Dice la mujer con preocupación, llamando la atención de Louis—. ¿Puedes convencerlo de ir a verla esta semana? Tal vez piensa que no la necesita ahora porque estás de vuelta, pero es necesario ayudarlo a mantenerse independiente, ¿Me comprendes? Es importante que tenga metas personales y se esfuerce por lograrlas solo, aunque estés a su lado.

Louis abre la boca con leve asombro, pero asiente de inmediato. Definitivamente no sabía que Harry había dejado de ir a las consultas por su propia cuenta, sólo creyó que lo habían acordado así, y que ya no lo necesitaba.

—Sí, sí. Claro, trataré de convencerlo.

—Muchas gracias, Louis. Que tengan un buen viaje de regreso. —Dice Des, apretando el hombro del ojiazul, quien lo mira con una sonrisa tímida en los labios.

—Gracias a ustedes, la pasé muy bien. Espero verlos pronto. —Le responde con sinceridad, y entonces recibe un fuerte abrazo de Anne.

—Envíenme un mensaje cuando lleguen a la universidad. Estaremos muy pendientes. —Ella se aparta del abrazo, y Louis se sonroja al ver a la pareja frente a él, ambos sonrientes y esperanzados.

—Claro que sí, no les fallaré. —Agacha un poco la cabeza en señal de respeto, y cuando vuelve a mirarlos ellos tienen una gran sonrisa y asienten en respuesta, seguros de que su hijo estará bien con Louis —. Hasta luego.

Louis no lo siente como una imposición, o una obligación, simplemente es responsabilidad afectiva. Se hace responsable de ser buen novio y cuidar los sentimientos de Harry ahora que vive muy lejos de sus padres. Siempre lo tuvo muy presente desde el momento de conocerlo, siempre quiso cuidarlo por voluntad propia, nadie se lo pidió de niño, él prometió ser su guardián y protegerlo del mundo cruel que los rodea, se prometió hacerlo feliz dentro de su burbuja protectora. Y aunque se excedió en ese entonces, Louis todavía ama sentirse seguro para él, nació para eso. Siente que es la misión que tiene en la tierra, que Dios lo mandó exclusivamente para caminar de su lado en las buenas y malas.

—Tardas mucho. —Escucha el reproche de Harry tan pronto como sube en el asiento del conductor, pero sólo es capaz de sonreír ante su desesperación. Le causa ternura.

A little big Crush 💚💙 Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora