Capítulo 1.

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- ¡No puedes estar tranquilo ni un solo día! ¡Eres tan inquieto y desobediente! - grita la señorita Torres mientras me sostiene del brazo.

- ¡Suelteme! - trato de soltarme pero me es imposible.

- Sr. Director... ¿Se puede? - dice tocando la puerta.

- Si claro. - al verme entrar con la señorita Torres ya ni se sorprende. - ¿Otra vez aquí? Esta vez que hiciste...

- Déjeme decírselo señor... El alumno Vélez estuvo conversando en clases y no contento con eso empezó a hacer mucha bulla que no pude ignorar y aunque se lo repetí en tres oportunidades, no se quedó en silencio. - la bruja no deja de gritar.

- Está bien señorita, continúe con su clase.

- ¡Ay diablito! Me gusta recibir visitas pero no cuando se trata de castigos. - él señor Zúñiga es un buen tipo, no cómo la bruja de mi profesora.

- Discúlpeme... - él solo me sonríe.

Escuché el sonido que indicaba el inicio del receso.

- Tengo hambre... - susurré con la intención de que me escuche.

- Puedes ir al recreo ahora pero te voy a pedir algo... Ya no vengas tan seguido ¿si? Hoy es tu cuarto día aquí y hoy es jueves... Espero que no vengas mañana. - yo solo asiento.

Al salir de la dirección veo a un niño solo en la banca que se ubica al lado de la puerta.

- Ya puedes entrar. - le digo.

- ¿Qué?

- Dije que ya puedes entrar a la dirección.

- Yo no quiero entrar a la dirección. - contesta él.

- ¿Entonces que haces aquí? Aquí los estudiantes esperan para entrar a la dirección. - él se niega a responder. - ¿Por qué no vas a jugar con tus amigos?

- No tengo amigos. - responde triste.

- ¿Qué? ¿Cómo no vas a tener? - me siento a su lado.

- Soy un estudiante de intercambio... Llegué hoy.

- ¿Estudiantes de intercambio? - me sorprende.

- Sí, mi escuela tiene un convenio con la tuya y es por eso que unos cuantos alumnos estaremos aquí por tres semanas.

- Ahhh ya. - nos quedamos en silencio, tenía la opción de dejarlo solo pero sentía pena por él. - Oye...¿Te gusta leer?

- No mucho... Prefiero las matemáticas. - Responde él.

- Es que yo conozco un lugar aquí donde podemos leer cómics y mangas japoneses...

- Eso suena bien... Tengo curiosidad.

- ¿Entonces? ¿Vamos? - le pregunto.

El duda, tal vez no confía en mí.

- No te lo dije, mi nombre es Christopher. - le extiendo la mano.

- El mio es Joel. - él hace lo mismo.

- ¿Ahora si vamos? - él asiente.

- Este lugar es genial te va a encantar... Llegamos... - le digo mostrándole el lugar.

- Así que hablabas de la biblioteca. - dice riendo.

- ¿Así se llama? Que nombre tan feo para un lugar tan bello.

Entramos y nos dirigimos a la sección de cómics y mangas... Él tomó un manga japonés y yo un cómic.

- Ese ya lo leí... Te va a gustar. - le digo con una sonrisa.

Sonó la campana, el receso ya había culminado y nosotros salimos corriendo como en maratón hacia el patio.

- Espera... Antes de que te vayas, ¿Cual es tu aula? - le pregunto.

- Aula 206.

- ¿Tienes nueve años?

- No, tengo ocho pero me adelantaron un año por mis buenas calificaciones. - él se sonroja al decir eso.

- Yo tengo diez. - Le grité mientras lo vi alejarse y yo hice lo mismo.

Los siguientes días fui a buscarlo a su salón apenas comenzaba el receso para leer comics y mangas, fueron las mejores dos semanas en una escuela hasta que sucedió.

- Disculpe sr. Zúñiga... - digo tocando su puerta.

- ¿Vélez? ¿Qué te trae por aquí? - pregunta sorprendido, habían pasado dos semanas desde la última vez que estuve aquí.

- Vengo a preguntar por los estudiantes de intercambio, hoy faltó uno a clases y quiero saber si está enfermo o algo.

- Los estudiantes de intercambio ya regresaron a su escuela... En la última junta de directivos acordamos reducir el tiempo de estancia y se lo comunicamos el sábado que acaba de pasar.

- ¿Entonces ya no lo volveré a ver? - pregunto triste.

- Tal vez venga tu amiguito en el próximo intercambio... Solo es cosa de esperar.

Y es lo que hice, esperé y esperé, lo busqué y busqué en los grupos de intercambio que venían cada año pero él ya no volvió.

***********

Christopher:

- Apúrate hijo, se te hace tarde. - gritaba mi mamá.

Este es mi último año es esa cárcel llamada escuela. Siendo sincero, nunca entendí el porqué desperdicié tantos años ahí... Mi mamá dice que es para que tenga un buen futuro pero no me inclino a ninguna de las carreras que podría obtener con los cursos escolares.

Mi gran sueño es estudiar música en Argentina y muy pronto se va a cumplir... Después de largos y duros meses trabajando como mesero en un restaurante, logré juntar lo necesario para mis gastos.

Lo que más me apasiona es la música, lo descubrí hace unos años cuando vi a un grupo de estudiantes tocar en un festival al que asistí.

Hoy, a tres semanas de terminar el último año de secundaria, me alisto para ir a la escuela, tarde como siempre.

Hoy mi hermano me lleva en su auto hacia la escuela.

- Estudia mucho, ya no te queda mucho tiempo en la escuela.

- No me des consejos que no necesito y estaciona te que voy a llegar tarde por tu culpa.

- ¿Mi culpa? ¿Quién fue el que se levantó tarde?

Bajé del auto sin responder y ahí estaba ella, la chica más guapa de la secundaria... Mi enamorada.

- Hola preciosa. - Me acerco a besarla.

- Bebé... Te extrañé mucho. - Tatiana es muy exagerada.

- Ya estoy aquí. - digo tratando de calmarla.

- Yo te quería ver el fin de semana.

- Mi amor sabes que estoy trabajando y los sábados y domingos son los días en los que hay más comensales.

- Esta bien bebé, te entiendo... Vamos al aula.

Como era de esperarse, estabamos en semana de evaluación.

Matemática no es mi curso favorito, digamos que las matemáticas y yo no nos llevamos bien. Hoy doy un examen de matemáticas y aunque está complicado doy todo de mi para no jalar el curso.

- ¿Cómo te fue amor? - le pregunto a Tatiana al terminar el examen.

- Creo que me fue mal... Casi no respondí el examen.

- ¡Ay chiquita! Te dije que no fueras a esa fiesta y te pongas a estudiar.

- ¿En serio? En vez de apoyarme me vas a regañar... - otra vez apareció la dramática.

- Mi amor no...

- No me hables que no quiero hablar contigo.

Salió del aula dejándome solo, aveces ya no la soporto.

El hilo rojo // JOCHRIS - Virgato. Where stories live. Discover now