Capítulo 3

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Joel:

- ¿Ya aterrizamos? - pregunta con los ojos cerrados mi hermano, Israel.

- Deja de aplastarme la mano... Duele mucho. - Gabriel trata de quitar su mano pero Israel no la quiere soltar.

Por alguna razón, a mi hermano Israel le caen mal los vuelos, supongo que le teme a las alturas.

- Respira... Ya vamos a llegar. - digo tratando de calmarlo.

- Yo no quería viajar. - se queja.

- ninguno quería. - dice agonizando de dolor Gabriel.

- Calmados los dos, ya estamos por llegar. - en ese momento la aeromoza confirma lo que yo digo diciendo que nos abrochemos los cinturones ya que estamos a punto de aterrizar.

- Es un alivio. - dicen ambos.

Bajamos del avión y en aeropuerto estaba mi tía esperándonos con un cartel que decía "Bienvenidos familia".

Apenas vió a mi madre la abrazó muy fuerte.

- ¿Cómo has estado, hermanita? - le preguntó mi mamá.

- Bien, todo normal aquí. - en ese momento nos miraba los tres. - ¡Wow! Que grandes y guapos están los chicos.

- Israel... Gabriel y Joel... - dijo mi mamita.

- Hace mucho no los veo... En especial a ti Joel. - dice abrazándome.

Como dije antes, yo no recuerdo casi nada de él último viaje.

- Tía, tengo hambre. - dice mi hermano Gabriel siendo imprudente.

- Yo no quiero comer nada hoy. - dice con náuseas Israel.

- El baño está por allá. - le grita mi tía.

Esperamos a que Israel salga del baño para poder ir a comer a un restaurante.

- ¿Que tipo de comida desean? - pregunta mi tía.

- Pues... Uno de comida típica de la región. - contesta mi mamá.

- Conozco un restaurante muy bueno que está cerca de mi casa.

Subimos al auto de mi tía y nos dirigimos al lugar.

- "El buen sabor" buen nombre para un restaurante. - comento mientras entramos al lugar.

Nos ubicamos en una de las mesas y como eramos varios, tuvimos que juntar un par de mesas.

- Buenas tardes, bienvenidos a El Buen Sabor... Aquí está la carta del menú. - dice una señorita de buena presencia.

- Muchas gracias. - Dice mi tía compartiendo la carta con nosotros para poder elegir.

No demoramos en ordenar y ella se apresuró a anotar nuestros pedidos.

- Oye... Esa chica no dejaba de mirarte. - Me dice Israel.

- Al parecer ya estás bien... Por si acaso, el baño está al fondo.

- Ja ja que gracioso, tú sabes que me caen mal los viajes.

- Si tú no la quieres, yo si. - dice Gabriel metiéndose en nuestra conversación.

- ¿Y tú crees que ella se va a fijar en un niño como tú? - le pregunto.

- Dime algo al menos, se ve que le interesas. - dice Israel.

- ¡Callense! que ya está por venir con nuestra comida. - les digo.

El hilo rojo // JOCHRIS - Virgato. Where stories live. Discover now