Capítulo 15.

127 14 0
                                    


Christopher:

- Estás muy callado esta noche, hijo. - dice mi mamá.

- ¿Qué? No tengo ganas de hablar. - juego con la comida.

- ¿Pasó algo que te tenga preocupado? - Yo la miro. - Bueno, además de lo de tu abuelo.

- No mamá. - no quería que siga preguntando. - Ya lo decidí.

- ¿De qué hablas? - pregunta.

- Iré a los Estados Unidos... - suspiro después de decirlo.

- ¿Estás seguro? - pregunta y yo asiento. - Pues hace poco dijiste que no estabas decidido aún.

- Pues ya lo decidí... ¿Ya me puedo retirar? - le pregunto.

Ella quiso que me quedara pero al ver como me comporté decidió dejarme ir.

Apenas entré a mi habitación puse seguro a la puerta, quería llorar con tranquilidad... Nunca me había sentido tan miserable en mis cortos años de vida... Aún no entiendo el motivo, ¿Lo descuidé?

Mantener una relación a distancia es tan difícil, es tan difícil aguantar las ganas de verlo, las ganas de besarlo, de pasar tiempo juntos pero no se lo hago saber, sé que le dolería mas y ahora... ¿De qué me sirvió ocultar el dolor de la distancia? Ya no estamos juntos en ningún sentido.

**************

- Chris, limpia la mesa cuatro.....¡Chris!

- ¿Qué?

- Estás muy distraído hoy, ¿Qué fue lo que pasó? - dice Cristina.

- No es nada... - suspiro.

- Tus ojos no dicen lo mismo. - se acerca.

- Mis ojos no hablan. - respondo serio.

- ¡Hey! Si tienes problemas no te desquite conmigo. - se aleja.

- Disculpa... Tienes razón, no debo desquitarme contigo.

- ¿Es un problema amoroso no? - toma mi mano.

- Si...

- Chris, si es por tu ex... No recuerdo su nombre pero ya sabes de quién hablo, ya ha pasado tiempo y deberías superarla.

- ¿Superarla? - pregunto sin entender.

- Sí, esa chica no es para ti... Nunca lo fue... Expande tus horizontes. - Me hace una señal con la mano.

- Es más complicado de lo que parece. - respondo.

- Hay muchas chicas en este mundo. - toca mi rostro. - Tal vez la chica de tus sueños está mucho más cerca de lo que piensas.

- ¿A qué te... - sin darme chance de terminar mi pregunta, Cristina está pa sus labios a los míos dejándome en shock por su acto. - Espera no...

La suelto cuando pude reaccionar aunque me tomó tiempo hacerlo.

- Lo siento, Chris... - suspira asustada.

- Tranquila... Olvidemos lo que pasó.

Pero... Yo no quiero olvidarlo. - eso llama mi atención. - Christopher tú me gustas... Me gustas demasiado.

No sé qué responder a eso, ¿Cómo decirle que no puedo sentir nada por nadie más que no sea Joel?

- No quiero que confundas el cariño y respeto que siento por ti... Yo amo a otra persona y no es Tatiana.

Me retiro a limpiar la mesa sin decir más aunque noto que ella se esconde en el baño.

Joel:

- Sigues ardida porqué él te dejó por alguien mejor... O sea, yo.

- No me lo quitaste, yo lo dejé. - se defendía Estrella.

¡Que problema tan absurdo!

Camino hacia ellas poniendo mi brazo sobre el hombre de Estrella.

- ¿Sucede algo, amor? - digo con firmesa.

Ellas se quedan en silencio.

- No vuelvan a molestarla, ella hace tiempo que olvidó de él... ¿Por qué molestarla tanto? No me digas que... ¿Estás insegura de la presencia de Estrella?

Ella se queda en silencio.

- ¡Descuida! No tienes que temer... Ella no va a dejarme a mi por un idiota como él... Deberías tener cuidado de otras, si lo hizo una vez lo hará dos veces. - verla remorderse de la rabia era único. - Vámonos amor. - digo rozando mis labios a los de Estrella lo cual provocó que todas las miradas estuvieran sobre nosotros.

Cuando llegamos al aula nos reímos juntos.

- ¡Wow! Que bien hueles, Joelin. - dice ella.

- Eso sonó muy perturbador. - le digo.

- Gracias por salvarme, estoy cansada... La verdad, ya no quiero más problemas... Entendí que él no vale la pena. - escucharla decir eso me hizo sentir bien.

- Pero... ¿Tú estás bien? - pregunta.

- Terminé mi relación. - suspiro triste.

- ¡Mi Joel! - dice abrazándome. - De ees estar destruido.

- Destruido es poco, aunque quise continuar con esto sabía que no era lo correcto... Tal vez mi ex pueda ser feliz con otra persona... Alguien que pueda controlar sus emociones y no sea tan inseguro como yo. - le digo al oído.

- Es por eso que le hablaste de inseguridad a Rosangela. - Yo asiento.

Necesito distraer mi mente, no quiero pensar en eso, me costó pero ahora bloqueé el contacto así ya no me llamará.

- No sé si hice bien, por ratos me arrepiento... Recuerdo sus ojos mirándome con dulzura cada vez que me llamaba "amor".

- ¡Hey! Ya tomaste una decisión. - pone su mano sobre mi hombro. - Y no fue una decisión espontánea, fue algo en lo que has estado pensando desde que volviste a México.

Ella tenía razón, aunque me arrepienta de lo decidido no puedo hacer nada... Así lo decidí.

- Podemos salir hoy para distraernos... Vamos a ver una película o hagamos algo divertido. - yo solo asiento a su propuesta.

Al llegar a casa me sentí tan deprimido, en la escuela a podía fingir no acordarme del tema pero al llegar a casa y ver la soledad en la que me encontraba me hacía sentir cada vez más desorientado.

Esta tarde no leí mangas porque no podía disfrutarlas como antes, al ver un manga me acordaba de nuestro accidentado primer encuentro... ¡Dios! Creo que me volveré loco si sigo así.

Busqué música con la que podía entretenerme, comencé con músicas alegres y sin darme cuenta ya estaba escuchando la balada que canté con Christopher... "Entra en mi vida".

Lloré hasta más no poder, y aunque pensé en detenerme quise terminar de llorar... Tal vez si lo hacía luego dejaría de hacerlo.

Era la quinta vez que la escuchaba y está vez la canté... Hice pausas en las partes en las que cantó Christopher y continuaba con las demás, así pasaron mis días... En las mañanas en la escuela, algunas tardes en compañía de Estrella y cuando tenía tiempo de estar solo me ponía a cantar y ver videos sobre artistas... Empecé a amar las canciones de Ed Sheeran y así nació mi amor por la música. Ese amor que estaba ahí y que aunque tuve oportunidad antes de estar en contacto con instrumentos musicales nunca sentí algo tan grande como hoy... Pasión.

El hilo rojo // JOCHRIS - Virgato. Où les histoires vivent. Découvrez maintenant