El hilo rojo // JOCHRIS - Virgato.

Capítulo 7.

Joel:

- ¡Hijo! - grita a mi madre. - Ya llegó, Christopher.

- Ya bajo... - grité desde mi habitación.

Estos días he tenido la oportunidad de conocer a Christopher a fondo, es un chico transparente y puedo decir que lo conozco más de lo que él me ha podido conocer a mi... Este es el séptimo día que salgo con él.

En estos días hemos salido a montar skateboard y ya puedo mantener el equilibrio sobre una de esas, también fuimos a comer hamburguesas a un pequeño restaurante cerca de aquí... Las mejores hamburguesas que he probado.

Hace dos tardes fui a su casa a ver una película, ahí conocí a su bella mamá, una señora muy simpática, además, fuimos a la tienda de comics donde lo conocí a comprar nuevos mangas... Y hablando de eso, hoy acabé el volumen que le iba a prestar.

Es muy raro que me haya demorado mucho en leerlo pero la pasé tan bien estos días que no tuve tiempo de leerlo.

Termino de atar mis zapatillas y bajo pero antes de hacerlo, tomo el volumen que le iba a prestar, ya era hora de hacerlo.

- ¡Hola Chris! - exclamo bajando las escaleras.

- ¡Hey! ¿Listo para la aventura de hoy?

- Depende de lo que tengas preparado para hoy.

- ¡Hey! Yo nunca preparo las cosas... Solo fluyen. - dice con una gran sonrisa.

- Esta bien... ¿Qué fluirá hoy?

- Pues... Hay una festival de anime, mangas y todo eso... ¿Alguna vez has asistido a uno de esos? - pregunta.

- Pues si, en México hay muchos casi todo el tiempo.

- Ahh bueno... Hoy tendrás la oportunidad de acompañarme. - saca de su bolsillo un folleto sobre el evento.

- ¡Genial! ¿Cuánto cuesta la entrada? - pregunto.

- Para ti es gratis. - dice riendo.

- ¿Cómo? ¿Vas a pagar mi entrada?

- ¡No! Te diría que pagues la mía pero hace dos días un amigo me contacto y...

- ¿Y?

- Reemplazaré al guitarrista de una banda que se presentará ahí.

- ¿Sabes tocar? - me sorprendo.

- ¡Claro que si! Hay mucho que no sabes de mi. - sonríe. - En realidad... Eso es lo único, lo demás ya lo sabes.

- Si tu vas a tocar con ellos, ¿Yo puedo entrar gratis? - pregunto.

- Así es, por ser mi acompañante irás gratis.

- ¡Vámonos! - grito.

Nos despedimos de mamá y salimos en dirección a casa de Christopher.

¿Por qué? Pues... Olvidó su guitarra.
¡Ay Chris!

- ¡No sabía que tenías una guitarra tan cool! - digo rozando la.

- Si, fue un regalo de mi padre... Me gusta mucho la música y en realidad pensé que sería muy difícil de tocar pero es super fácil.

- ¿De verdad? - pregunto intrigado.

- Si, ¿Nunca has tocado algún instrumento?

- No, la música no es lo mío. - digo entre risas.

- ¿Ah no? - niego con la cabeza. - ¿Cómo sabes que no es lo tuyo?

- Pues no lo sé, no me veo tocando en un escenario.