Capítulo 32.

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Christopher:

- ¿De qué quieres hablar? - le pregunto. - Si vienes a hablarme de Jenny de una vez te digo que no me gusta la manera en la que miras a mi enamorada.

- No vengo a hablar de ella... Me queda claro que no tengo oportunidad con ella, yo respeto su relación contigo. - suspira.

- ¿Entonces de que quieres hablar, Israel? - le hago una señal para que entre.

- Gracias. - dice al ver mi acto. - Pues... - hace una pausa incómoda.

- ¿Por qué me miras tanto? ¿Sucede algo?

- Christopher, hablé con Joel de ustedes. - suspira.

Escucharlo decir eso hizo que mi corazón lata a toda prisa.

- ¿De qué? No sé de lo que me hablas. - dije sin más.

- No quiero que me mientas, hablemos con la verdad. - dice directamente.

- Yo no tengo nada que hablar contigo. - me exalto.

- Tranquilo, mi intención no es asustarte ni reclamarte nada... - hace una pausa. - Mi intención es ayudarte.

- ¿Ayudarme a qué?

- A que seas feliz al lado de mi hermano.

- ¡Estás loco! ¿Qué pretendes?

- Christopher, lo que les pasó ustedes fue un acto fortuito pero no te has puesto a pensar que encontrarse aquí puede darles una segunda oportunidad de amar.

- Tú no sabes nada. - continúo.

- Yo solo sé lo que mi hermano me ha contado.

- Entonces no sabes nada. - me volteo.

- Sé que no solo es importante su versión, también es importante la tuya y aquí estoy, quiero escucharte. - sonríe.

- Ja ja ja. - no entiende el motivo de mi risa. - No quiero ser grosero pero no tengo porque decirte nada, tú no sabes nada y no quiero que lo sepas.

- A mi también me dió cólera. - dijo al ver mi negativa.

- ¿Cólera? - pregunto.

- Sí, es absurdo como a un chico le faltan pantalones para afrontar su realidad... Un chico que ama a otro pero que teme a su actuar y sus propios sentimientos... Que incoherente suena eso.

No sé que decir ante eso, solo sé que habla de su hermano y que de un modo u otro expresa lo que llevo dentro.

- Pero... ¿Acaso el mundo no es incoherente? - encoge sus hombros. - Y hasta absurdo en algunos casos... En realidad el mundo es más simple de lo que parece, somos nosotros quienes nos complicamos tanto.

- Yo no me compliqué. - refuto.

- Y eso lo sabe Joel... El del problema fue él, desde que eramos pequeños siempre ha tenido ese problema. Siempre se le hacía difícil todo. - sonríe. - Socializar, por ejemplo, no tenía amigos y hasta ahora su círculo social es muy cerrado.

- ¿Por qué me cuentas esto? - le pregunto.

- Déjame terminar. - no respondo. - Él siempre veía un problema para todo, es por eso q no tenia amigos, por temoe a lo que pensaran de él. - ríe. - Joel fue a un intercambio escolar y creo que eso fue lo mejor que le pasó. Cuando volvió de su viaje de Ecuador

- Espera... ¿Joel estuvo en Ecuador? - lo interrumpí al escuchar eso.

- Sí, por tres semanas, yo estaba muy pequeño así que mi mente no lo recuerda muy bien. Lo que si recuerdo es que volvió con un cambio impresionante, al volver al colegio tuvo su primer amigo y conversaba más con sus compañeros de clase... También volvió leyendo comics y esos libros japoneses o algo así.

- Se llaman mangas. - dije. Estaba en shock, mi mente divagó, tenía una sensación extraña en mi pecho.

De un momento a otro pude recuerdar claramente un momento de mi niñez.

- Era él... - suspiro.

- ¿Qué?

- ¿Tu hermano les dijo por qué cambió su actitud?

- Pues no la cambio del todo pero tuvo un progreso, pequeño pero progreso al fin y al cabo... Si mal no recuerdo dijo que conoció a alguien que se volvió su amigo de inmediato y que lo acompañó en esas semanas... Le estaba muy agradecido.

No seguí preguntando, solo lo miré.

- Christopher, mi hermano es un tonto que aún no ha dejado esos miedos de lado y eso le impide avanzar pero últimamente está decidido a dejar sus miedo de lado por ti.

- ¿No crees que ya es un poco tarde? - ruedo los ojos.

- Nunca es tarde cuando hay amor y voluntad.

- No creo que lo hará ... Yo hice de todo y... - Me detengo para no hablar de más.

- Que me haya contado todo, ¿No te dice nada? Uno de sus temores era lo que pensaría su familia y aquí estoy yo, hablando contigo del dolor que lleva mi hermano por dentro.

- ¿Por qué todos dicen eso? - me exalto. - Todos piensan en Joel pero, ¿Quién piensa en mí?

- Te equivocas... Yo vine a querer saber tu versión de los hechos pero no has querido contarme, vine sabiendo que mi hermano te causó este dolor... No te juzgo por lo que estás haciendo, es más, yo haría lo mismo si estuviera en tu lugar. Pero, ver la lucha de mi hermano contra él mismo me hace pensar que se merece una segunda oportunidad, él también la pasa mal.

- No quiero continuar con esta conversación. - lo invito a retirarse y el asiente.

- Solo piensa en lo que te dije, no solo lo lastimas a él con tu negativa, el mayor daño te lo haces tú... Construye una relación amical al menos... Piensalo. - se despide dejándome solo.

No sabía como sentirme, en realidad estaba sorprendido, de un momento a otro más recuerdos invadieron mi mente y sin darme cuenta estaba sonriendo.

Ese niño era Joel... Nos separamos pero no una vez como había creído... Fueron dos veces... Y lo volví a encontrar, esta es la tercera vez que la vida lo vuelve a poner en mi camino.

Las palabras de Jenny e Israel saban vueltas en mi cabeza... Estoy cada cez más confundido. ¿Estaré desperdiciando la oportunidad de ser feliz al lado de la única persona que he amado verdaderamente?

Joel:

- Entonces, ¿Solo tenemos que avanzar con esto? - yo asiento. - Gracias Joel.

-No te preocupes, estamos aquí para ayudarnos. - mantuve una pequeña charla con un compañero del programa mientras se incorporaban los que faltaban por llegar.

Lo vi entrar a la habitación, se veía tan bien como siempre, vino a iluminar la habitación.

- Hola Yohan. - lo saluda. - Hola Joel.

Era la primera vez que me dirigía la palabra sin tener que obligarlo por presencia de los demás. Aunque fue solo una palabra la que pronunció, hizo que me emocionara.

- Hola Christopher. - le sonrío.

El hilo rojo // JOCHRIS - Virgato. Where stories live. Discover now