Se lleva lo que amamos y nos deja aquí.

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-Pensé que te habías rendido ya.

-Solo fueron unos días, Tobirama.- Inuza estaba inusualmente...diferente, eso hizo que el peliblanco tuviera cuidado en acercarse de más.

-Saldré y podrás entrar.

-Entra, debemos termina nuestra partida.

Algo no estaba bien, y es que Izuna si se veía diferente, algo en su rostro, en sus ojos, brillaba más y era extraño. Un leve color rojo en sus labios, eso había notado a primera vista, no quería mirarlo más o el Uchiha pronto le iba a recriminar.

Sacó las damas, cuidándose la espalda, arreglo todo.

-Esta vez se cuidadoso al enojarte, es un regalo de mi padre.- amenazó y comenzaron a jugar.

Pero el aura de Izuna era tan pesada, con olor a rosas...¿olor? Realmente Tobirama ni quería verlo, quería que se fuera, pero algo era diferente. Ese olor le molestaba un poco, y su mirada a cada rato chocaba con esos ojos negros que le veían diferente, esos labios rojos le molestaban todavía más y los sutiles cambios, por ejemplo de voz arrogante a una voz seductora por parte del Uchiha. Hizo que el Senju perdiera por completo la partida.

-Haz hecho trampa.

-¿Cómo?

-Venir así, con ese olor, me miras con coquetería.

-¿Y no te gusta, Tobirama?

El peliblanco se sonrojo levemente, nadie se había atrevido, hombre ni mujer, en coquetearle, ni siquiera en sonreírle.

-¿Por que lo haces?

-Me di cuenta en que, si nuestros hermanos se llevan bien, deberíamos hacer lo mismo nosotros.

-Solo así, vienes como una cualquiera...

-No soy cualquiera, soy un Uchiha.

Tobirama se sonrojo aun más, pero que le pasaba.

-Si te molesta tanto, me voy, claro sin antes decirme que he ganado, por que lo hice por las buenas y eso lo sabes muy bien.

-Si de eso se trata, ¿qué quieres?

-Cierra los ojos.- ordeno Izuna.

-Si quieres algo solo dime, te lo daré, me enojaré mucho si te robas algo.

-Pedirás que robe más, anda cierra los ojos.

Senju estaba tan confundido que no hizo más que otra cosa, que cerrar los ojos, entonces el olor a rosas se hizo más intenso y una calidez de algo que nunca supo explicar Tobirama, le recorrió el cuerpo, en busca de ... hubo un choque con sus labios, aquello que besaba era tan suave y carnoso, primero con miedo, luego timidez, y poco a poco esos labios extraños buscaban abrir los suyos, dándose por vencido, Tobirama permitió que una lengua cálida fuera intrusa en sus labios.

Buscando el quedar de pie por la intensidad del beso, el demonio blanco se aferro a aquel cuerpo delgado, tomándolo con fuerza lo llevo al escritorio empujando aquel preciado juego de damas que le dio su padre. Se trataba de separar no iba a aguantar tanta pasión, y su raptor lo sabía. Pronto Izuna busco algo más que besar, siempre y cuando estuviera en Tobirama, su cuello por ejemplo.

-¿Qué haces?- preguntó jadeante.

-Llevándome bien contigo.- Izuna regreso a los labios del albino, ya pintados por los suyos, fundidos con la piel roja de las mejillas del Senju.-Vamos, de cierto modo dejaré que me sometas, solo tu...

-Basta Izuna.- trataba de alejarse pero su cuerpo pedía más, una parte de él quería saber hasta donde llegaría el menor de los Uchiha y esa propuesta de someterlo, le encantaba.-Aquí no puede ser.

COMO UN LADRÓN (TOBIMADA-TOBIIZU)Where stories live. Discover now