72 horas

Capitulo 8

56 horas.

12:00 PM.

—Marcus, por favor déjame hablar con mi hija —Sofia tenía la cabeza a punto de explotar.

Marcus la tenía amarrada aún a la silla y cuando no la tenía en la silla estaba esposada a una cama. Era toda una tortura, no recordaba la última vez que comió y sentía un fuerte dolor en el pecho, pero ese dolor tenía nombre.

Pascale.

—No vas a hablar con ella —Marcus aprecio con una bolsa de comida. El estómago de Sofía rugió, tenía hambre pero sentía que si comía algo iba a vomitar—. Mira lo que te traje. Estás algo flaca, no importa, cuando estemos lejos de aquí volverás a recuperar ese brillo.

Sofia lo miró, en otras circunstancias le hubiera encantado que Marcus la cortejara, pero no este Marcus. El Marcus que ella había conocido hace mucho tiempo atrás era encantador, amable y todo un caballero con carisma e increíblemente guapo. En cambio este Marcus era un mounstro completamente.

Solo consigues hombres que son mounstros.

El papá de Pascale no es un monstruo, solo que su matrimonio no funcionó. Sofia nunca entendió el porqué, le gusta pensar que tal vez fue porque nunca fueron compatibles, después de ese matrimonio el sentimiento de abandono y soledad se apoderó de ella, pero el que más predominaba era el sentimiento de haber fracasado. Tal vez eso fue lo que la llevó a terminar casada con Anthony y de solo pensar en el sentimiento del fracaso invadiendola otra vez se quedó estancada con Anthony.

Ahora terminó atada a una silla con un psicópata tratando de sacarla del país, con Pascale seguramente preocupada y sufriendo, otra vez.

Eso Sofia, premio a la madre del año.

Respiró. Tenía que mediar con Marcus, tal vez así podría salir de aquí y ver a Pascale.

—Marcus por favor —trató de llamar su atención, pero este aún se encontraba de espaldas a ella, acomodando la comida. Seguro le estaba poniendo más droga, Sofia está cien por ciento segura que él la ha estado drogando desde que está aquí. Tenía siempre el cuerpo pensado y caía inconsciente muchas veces—, podemos llegar a un acuerdo.

Logró que se volteara.

—Me gustan los tratos —comentó caminando hacía ella— ¿Qué tienes para mí?

—Me iré contigo.

—Claro que lo harás, nos vamos en dos días.

—Pero quiero hacer algo antes —él la miró esperando que siguiera—. Quiero ver a Pascale.

Marcus se alejó negando.

—No lo creo, tu mocosa está fuera de mis planes.

—¡Por favor! —le suplicó—. Solo una última vez— le dolía decir esas palabras—, no tengo que hablar con ella, solo tengo que verla, es mi hija. Después de eso no te molestaré más.

Marcus se acercó peligrosamente a ella hasta quedar cara a cara

—Solo la verás de lejos —le susurra— y no quiero trampas.

—Sin trampas...

• • •

—No quiero volver allá —Pascale se queja con su padre.

Van camino a la comisaría otra vez, al haber recibido otra llamada del captor de su madre tienen que ayudar en el proceso, pero el cuerpo de Pascale ya estaba bastante agotado física y mentalmente.