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Se removió entre las sábanas, esta vez estirando su brazo hacia el lado donde se encontraba el peli-rojo. O bueno, estaba.

Se sentó en la cama mirando hacia su costado, y al no mirar nada sólo se levantó. Y dirigiéndose hacia el baño, tomó una ducha algo rápida.

Se despojó de sus prendas, esta vez entrando a la ducha para así comenzar a lavar su cuerpo aún delicado. Mantenía moretones en todas partes, y por ello, tenía que lavarse con cuidado a no sentir dolor.

Minutos después salió, dejando su cuerpo empapado y dirigiendo su mirada hacia aquel espejo que se encontraba frente al lavabo. Se recargó en este y miró su rostro detalladamente.

Si anteriormente era pálido, ahora lo era mucho más, su labio ya no estaba roto, y podía abrir su ojo el cual mantenía un color verde semi transparente. Debajo de sus grandes ojos, dos bolsas pequeñas y de un tono oscuro se hacían presentes. Suspiro frustrado por su apariencia y salió del baño para vestirse.

Se colocó ropa holgada como era costumbre y un poco de maquillaje en su ojo, tratando de ocultar ese con su flequillo y tomando su mochila para salir de ahí. Se dirigió esta vez hacia el autobús para tomar camino hacia su trabajo, teniendo tiempo exacto para no llegar tarde.

— Alto, tomemos un descanso —. Murmuró el de cabellos rubios, dándole un largo trago a su soda mientras daba vueltas en su silla giratoria. El pelirrojo solamente suspiró y dejó los cascos en su cuello, pasando una de sus manos por su rostro y así rascar su cabellera.

— Qué mierda me pasa, por Dios —. Murmuró para el mismo, soltando un bostezo y saliendo del cuarto de grabación para así sentarse en el sofá que había en el estudio.

Estaba ahí desde las 4 de la mañana, hora en la que Mark le había llamado ya que tenía en mente una canción.

— Deberías anotar algo, Tae. No lo sé, algo que te guste o molesta —. Comentó el canadiense con brazos cruzados, mientras miraba su móvil revisando algunos mensajes y sonriendo al ser su novio que le texteaba.

— ¿Y cómo qué?, ¿el amor que se transpira de ti y HaeChan? —. Preguntó con una ceja alzada, mirando hacia otro lado molesto por no tener la inspiración necesaria.

— mh, de mí no —. Negó el menor levemente, esta vez teniendo una idea.— ¡oh, ya lo tengo!, ¿y si escribes sobre Yuta y tú? —. Preguntó el chico entusiasmado, riendo algo nervioso al ver al coreano mirarle algo incómodo.— es decir, ustedes dos se aman. Pero invierte todo ese amor en odio y obtendrás lo que necesitamos para esta canción—.

TaeYong lo pensó, lo pensó demasiado. Porque exactamente es lo que estaban viviendo ambos, una relación tóxica qué tal vez no se acabaría nunca. Se encogió de hombros segundos después, restándole importancia y asintiendo.

— sí, es buena idea lo que dices —. Admitió con una pequeña sonrisa, a lo cual el chico le dio la libreta que siempre guardaba para las partes de su amigo. TaeYong comenzó a escribir, enfocándose en lo que quería transmitir.

Un bostezo salía de los finos labios del castaño, mientras que servía un americano para un cliente. Le colocó la tapa a el vaso y dio vuelta, sin darse cuenta que alguien estaba tras él y haciéndole sobresaltar.

— mierda, donghyuck. Te he dicho miles de veces que no me espantes así —. Se quejó el japonés, rodeando al chico para entregar el café y cobrar este.

— pues estás muy callado el día de hoy —. Comentó el menor, esperando a que el cliente se fuera.— ¿estás bien? Te noto muy cansado —.

— estoy bien Hae, no hay de qué preocuparse —. Murmuró el alto, sentándose en una mesa mientras esperaba a otro cliente.

— mh, no lo creo. Te ves muy normal, y mira que no lo somos —. Soltó una pequeña risita el moreno, sentándose junto de Yuta.— vamos a hacerte un cambio de look cuando termine el turno —. Comentó emocionado, juntando ambas manos como colegiala.

— ¿eh? Pero, no traje dinero y no tengo tiempo para eso —. Se excusó rápidamente el azabache, a lo cual el contrario sólo chasqueó la lengua e hizo un ademán restándole importancia a lo que dijo.

— oh vamos Yuta. Si quieres yo te presto, pero vamos a ir hoy sí o sí —. Asintió frenéticamente Donghyuck, ganándose una resignación de su acompañante.

Y así como lo dijo HaeChan, se encontraban en una estética algo cara. Ambos sentados frente a un gran espejo y dos hombres comenzando a cortar su cabello.

— ¿no crees que nos cobrarán hasta el asiento, Hae? —. Preguntó bajo el japonés, a lo que el menor soltó una carcajada.

— ¡No seas así, Yuta! ellos me conocen, así que ya soy cliente. Tranquilo, no pasará de lo que traigo en mi bolsillo —.

Se miró nuevamente al espejo, cerrando sus ojos y disfrutando el momento. No tenía la intención de darse un tiempo para él mismo pero ya que hubo oportunidad de, lo disfrutaría mucho así como su acompañante lo estaba haciendo.

Comenzaron a recomendarles a ambos colores de tintes que contrastaban con su piel. Así que no eligieron el mejor que les pareció.

— Veremos sí Mark me ama más que con este cabello pelirrojo —. comentó el menor, mirando su cabeza ser cubierta por un gorrito de plástico.— Y también si Tae vuelve a caer a tus pies como la primera vez —. Canturreó sonriendo divertido.

Un Yuta confundido mantenía su vista fija hacia sus pies. ¿Tae, caer a sus pies? Es como si hubieran pasado miles de años, recuerdos que apenas y recordaba vagamente. Para ser sinceros, ni siquiera se le pasó por la cabeza el echo de que TaeYong le dijera algo sobre su nuevo look. Anteriormente no lo había echo y supuso no lo haría.

— Si, Hyuckie. Claro —. murmuró sonriendo débilmente, mientras ambos esperaban a que el tinte se impregnara en su cabello.

Un capítulo de relleno, no hay más que decir.
Espero que se encuentren bien estos días.
Lian fuera.

˗ˏˋ No manners ︔ YuTae. ˎˊ˗Where stories live. Discover now