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2 años antes...

Junio había empezado, y con él las lluvias y días nublados durante toda la mañana y tarde.

Yuta, se encontraba sentando en una pequeña banca de aquel parque casi en ruinas. Dibujaba rostros sin ningún motivo aparente, solamente para pasar el tiempo y esperar a su novio.

Suspiró frustrado. Cerró la libreta que tenía garabatos en la portada, tomó sus cascos y se los colocó para escuchar un poco de música antes de recostarse sobre el césped húmedo. Definitivamente no le importaba mojarse la ropa.

Cerró sus ojos y se dispuso a escuchar “Leave out all the rest” de Linkin Park. Aunque fuera rock, le hacía tranquilizar aquellos sentimientos revueltos que sentía cada vez que pensaba en su vida.

Segundos después una mano se entrelazó con su izquierda, sabía quien era y sin embargo no le iba hacer caso. Su música fue interrumpida y sin poder decir nada, unos labios se estamparon contra los suyos. Un sonido después de separarse sonó y por fin pudo ver a ahora su acompañante.

— Hola, Yu —. Saludó el de cabellos negros, mientras le observaba con una pequeña sonrisa.

— Hola, TaeYong —. Saludó de igual manera sin expresión alguna, sólo sosteniéndole la mirada.— ¿Qué tal te ha ido en tu trabajo? —.

— Bien. Te puedo decir que incluso podemos ir por alcohol, emborracharnos y tener sexo desenfrenado como hace mucho no hemos tenido —. Explicó el alto mientras miraba hacia el nublado cielo, manteniendo sus manos aún unidas.

— Vaya, qué novedad —. Rodó los ojos y se sentó, abrazando sus propias piernas mientras observaba hacia otro lado.

— ¿Qué?, ¿no te gusta mi idea? —. Preguntó TaeYong mientras le miraba, a lo que el japonés chasqueó la lengua.

— Es lo que siempre hacemos cuando te pagan bien, Lee. ¿no podemos ir a comer ó salir a pasear? —. Explicó el castaño en un tono cansado.

El azabache trató de abrazarle, a lo que su novio se levantó deprisa.

— ¿Sabes Tae? Creo que debo irme. Visitaré a un amigo y no creo llegar a casa, así que no me esperes —. Tomó su libreta, sus cascos y su mochila para caminar lejos de él.

TaeYong, enojado y frustrado sin saber qué hacer sólo se quedó ahí durante minutos. Decidió ir sólo por una botella y así dirigirse hacia el departamento en donde vivían Yuta y él.

Presente.

El departamento era todo un desastre, botellas de cerveza completas y otras rotas por doquier. Las sillas de madera tiradas, ropa desgarrada y tirada hacían un camino hacia la habitación gris.

El sol no entraba en la recámara, pues le molestaba a ambos. Sus cuerpos se encontraban uno sobre otro, sus respiraciones eran pausadas. Las sábanas manchadas de sangre y líquido blanco y espeso.

Estaban abrazados uno a otro, Yuta mantenía su cabeza sobre el pecho de TaeYong, mientras que éste le abrazaba por su delgada cintura.

La piel blanquecina del japonés mantenía pequeños moretones, algunos rojizos debido a su temprana creación, otros eran ya morados y algunos más verdes. Mientras que TaeYong tenía el labio inferior roto y con apenas un poco de sangre, rasguños sobre su pecho y en su espalda ni se diga.

Ambos estaban cansados y golpeados. Así era su sexo, salvaje y rudo. Así se desquitaban uno a otro y no decían nada.

Creció un odio, eso ya no se podía negar en ambos. Pero trataban de no hacerlo notar con los demás, pues sus amigos aún pensaban que estaban sobre una nube color rosada mientras corazones salían de ambos.

Era amor y odio, una combinación nada convincente.

Ambos despertaron, y así como despertaron comenzaron a alistarse, cada uno a su respectivo trabajo de medio tiempo. Yuta tomaba clases de baile alternativo y TaeYong mantenía un grupo de raperos y vocalistas.

No se despidieron uno del otro, ni siquiera se miraron, tampoco se abrazaron y mucho menos se besaron.

Yuta tomó el autobús que lo dejaba en frente de su trabajo, una pequeña cafetería con estilo hogareño.

Mientras que TaeYong se dirigió con su moto hacia su trabajo en un local de tatuajes. Era muy popular aquel local que ahora dinero no faltaba.

Yuta saludó de manera amable a su jefe, éste le devolvió el saludo de igual manera. Tomó su mandil y comenzó a ayudarle a otro trabajador, DongHyuck a preparar cafés. Ya que la clientela comenzaba a llegar.

Por otro lado, el pelinegro saludó a su mejor amigo, Mark Lee. Éste chocó sus puños mientras bebía una soda y le mostraba algunos nuevos diseños, además de nuevas letras de canciones. Ambos habían creado el grupo y era responsabilidad de los dos hacer las letras.

— Sólo haz tu rap y las demás partes que faltan. Si quieres modificar algo hazlo —. Explicó el menor mientras acomodaba su gorro color negro sobre su rubio cabello, mirando al mayor mientras fumaba un cigarrillo.

— Está bien, en unos días estará lista —. Aclaró mientras sonreía apenas un poco.

Era la hora del almuerzo y Yuta lo sabía. Sacó de su mochila con dibujos que él mismo él había echo un sándwich, un jugo de caja y una manzana. Comenzó a comer en silencio mientras escuchaba una canción.

You're a sunflower, you're a sunflower —. Cantaba en un tono bajo mientras movía su cabeza de un lado a otro. Sin percatarse de que su acompañante de trabajo le observaba.

— Ay, qué bonito. No sabía que te gustaba los soundtracks de spiderman —. Le habló con una pequeña sonrisa. El japonés saltó en su lugar, y bufando, le miró serio.

— ¿Acaso no vas a almorzar, HaeChan? —. Le preguntó esta vez, el chico negó y sin dejar que hablara le dio la manzana que traía.

— Al menos come eso antes de que te mueras —.

— Te iba a decir que ya había desayunado en mi casa, pero gracias por la manzana —. Le dio una mordida a la fruta.

El móvil del más alto sonó. Lo sacó de su bolsillo y rodó los ojos al mirar quien era, sin ganas respondió.

— Debe ser muy importante para que me llames, habla Lee —. Respondió sin rodeos, dirigiéndose hacia el baño para encerrarse ahí.

— Lo sé, y de echo lo es. Si no lo fuera, ni siquiera te llamaría —. Aclaró el pelinegro.— En fin, sólo quería avisarte que vamos a salir con los chicos. Mark me ha invitado a una reunión en su casa y vamos a ir —.

— Has dicho que a ti te ha invitado, ¿por qué debería de ir? —. Le preguntó incrédulo y con uno de sus brazos en su cintura.

— Porque es tu deber como mi novio y debes de acompañarme, no te queda opción —. Explicó TaeYong sin más al otro lado del móvil.

— ¿Pues sabes qué? Sí me queda una opción, irme a mi clase de baile y quedarme en casa. Ve tú si quieres, pero yo no voy —. Después de su última palabra colgó.

TaeYong guardó de mala gana su móvil, y saliendo del baño le dedicó una sonrisa a su mejor amigo.

— ¿Qué pasó?, ¿si irá? —. Preguntó el rubio ansioso, a lo que el mayor asintió.

— Pero claro que sí, es algo importante y vamos a ir los dos —. Se sentó en uno de los sofás que había ahí.

Estaba enojado en demasía, que juraba golpear a su novio si no iba con él.

Qué toxico todo.
Pero así les gusta, jeje.
Kil fuera.

˗ˏˋ No manners ︔ YuTae. ˎˊ˗Where stories live. Discover now