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Eran 10:30 de la mañana y TaeYong apenas abría los ojos, fastidiado de la luz del sol.

Buscó a su novio sobre las sábanas sin tener éxito. Abrió los ojos nuevamente, no había nadie, sólo él.

Se sentó y tomó su móvil para mandarle un mensaje al japonés, sin embargo su atención fue hacia un chat de un número desconocido. Lo abrió y se encontró con una imagen, la misma que le habían enviado a Yuta.

— Oh, mierda —. Murmuró bajo y suspiró pesado. Comenzó a vestirse rápidamente, tomando su casco y llaves para salir del departamento.

Iría a buscar a Yuta con SiCheng, y si no estaba con él, con sus demás amigos. La había cagado, después de la noche anterior tan linda que fue. Ya no habría más al parecer.

Mientras que en un lugar sobre la tierra, en la casa de HanSol específicamente. Se encontraba el susodicho y Yuta hablando del por qué de su visita.

— Vaya, aunque por alguna extraña razón sentía que ambos estaban mal —. Respondió el rubio mientras le daba un sorbo a su chocolate caliente.

De pronto el cielo se nubló, y con él, una lluvia le había acompañado.

— Sí, supongo que a ti no te lo pude esconder —. Se encogió de hombros el japonés, dejando la taza caliente a un lado.

— Ujum —. Asintió el alto dejando la taza de lado igualmente.— Creo que ambos sabemos el por qué —.

De pronto la tensión se volvió incomoda, ó al menos para Yuta lo era. Y es que hablar de su amorío durante el primer año de preparatoria era algo inusual.

— Sol, se suponía que ya no íbamos a hablar de esto —. Aclaró Yuta mientras le miraba vacilante.

— Lo sé, no pude evitarlo. Pero, te veías muy feliz conmigo —. Murmuró mientras soltaba un suspiro. Yuta tomó su mano y le sonrió.— Lo siento, me quedaré como tu mejor amigo si eso quieres —.

— Gracias por entender —. Fue lo único que dijo antes de beber de su chocolate y quedar en un silencio ya no incómodo.

Tocó nuevamente la puerta de manera estruendosa mientras se despojaba de su casco, y ahora por fin habían abierto.

— Hola, SiCheng —. Saludó TaeYong sin saber que decir y sólo yendo al grano.— Perdón por interrumpir lo que sea que hayas estado haciendo. Pero, ¿de casualidad Yuta no está aquí? —.

— No, la última vez que lo vi fue ayer —. Musitó preocupado, su expresión cambió a una amenazante.— No le has echo algo, ¿cierto? —.

— No, no. Para nada. Sólo que no sé a dónde fue —. Respondió de manera rápida y nerviosa. Sabía lo que el chino era capaz de hacer por su mejor amigo.

— Bien, seguramente fue a la casa de HanSol —. El enojo del pelinegro se encendió de manera rápida, y sin despedirse sólo se colocó nuevamente el casco y salió disparado hacia la dirección del otro mejor amigo de su novio.

Yuta no sabía que hacer, pero definitivamente no quería volver a donde TaeYong. Sabía que caería nuevamente y se molestaría con él mismo. Sabía que con sólo un par de cariños sin amor volvería a sus brazos y se aferraría más a él. No podía volver.

Uno, dos y tres toques se escucharon en la puerta principal. HanSol se encontraba en la cocina preparando algo para almorzar, así que decidió ir a abrir. Dio vuelta a la perilla y abrió la puerta sin saber lo que encontraría al otro lado.

Estaba TaeYong, con la ropa empapada y el cabello mojado. Su rostro demostraba ira y celos a lo máximo. Ahora se arrepentía de no preguntar antes de abrir que quién era.

˗ˏˋ No manners ︔ YuTae. ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora