Aclaraciones

351 43 36
                                    

Maker pov's

A pesar de toda la situación que nos rodeaba, estaba disfrutando de estar aquí. De hecho, me distraje hasta el punto de no notar cuando Healer se fue y seguramente, si no llega a ser por Fighter avisándome de que se iría a buscarla por qué nuestra hermana había estado ausente durante demasiado tiempo, seguramente hubiera seguido sin notarlo.

En ese momento, me sentí un poco mal. Aunque la mirada tranquila de Fighter me tranquilizo, cómo si ella entendiera por qué estaba disfrutando tanto de esta actividad, cosa que era posible. No podía estar segura, Fighter podría ser la más expresiva en algunos casos, pero también sabía guardar sus emociones o conocimientos bajo llave.

Después de que ella se fuera en busca de nuestra hermana, volví a prestar atención a todo lo que nos rodeaba. Aunque por un segundo me distraje al sentir una mirada sobre mí, pero cuando me giré no vi a nadie mirándome específicamente, aunque si noté como un chico de aproximadamente nuestra edad se iba. Por un segundo pensé que era Yaten y estuve a punto de llamarle, pero el muchacho giro levemente su rostro y pude ver unos ojos azules, así como un rostro que no conocía.

Agradecí que Mika me cogiera por la manga de la camisa justo en ese momento —pues sin saberlo había impedido que llamará la atención de un extraño y posiblemente de más gente—, así que le sonreí y devolví toda mi atención a la jovencita que se suponía que estaba cuidado. De hecho, ambas nos quedamos unas horas más en la convención de videojuegos, pero cuando empezó a anochecer le dije a Mika que nos fuéramos a casa. Justo en ese momento alcancé la realización más sorprendente que había tenido hasta ahora —miré a la joven a mi lado y sus ojos, tan parecidos a los de mi hermana, me devolvieron una mirada curiosa y yo sonreí, mientras lo que acababa de pensar se instalaba hasta mi corazón—: había considerado como mi casa a un apartamento en el que apenas habíamos residido unos días, y lo más curioso es qué estaba segura que no era por el apartamento en sí, sino por estar de regreso en la Tierra.

Después de caminar un rato en silencio, pasamos por un restaurante que conocía de nuestro anterior viaje y le hice una señal a Mika para que me acompañara. Sabía que Seiya no estaría muy contenta con mi idea para la cena, por qué ella prefería una buena hamburguesa, pero quería que Mika conociera algo más que eso y, además, había comida muy interesante aquí que en nuestro planeta no existía.

A pesar de que caminamos con mucha calma y le fui comentando cosas sobre lugares concretos que pasábamos, no fue muy difícil notar en cuanto entramos al apartamento que estábamos solas aún. No entendía dónde se habían podido meter las otras dos, pero estaba comenzando a preocuparme.

Seguía dándole vueltas a todo, mientras dejaba la comida en la cocina, pues no la sacaría de sus envases hasta la hora de cenar con las demás, pero la voz de Midnight me saco de mis pensamientos.

—Maker —su voz me hizo salir de la cocina con curiosidad, y me sorprendí al ver la intensidad de su mirada—. Creo que sabes o supones que yo no vine solo por estar con mi hermana, ¿verdad?

—¿Eh? —me sorprendí por su confesión indirecta, aunque no era una novedad, todas pensábamos que había algo extraño en su deseo de viajar con nosotras, pero nunca pensé que me lo diría—: ¿Qué quieres decir, Midnight?

—Vine por orden de Kakyuu —sus mejillas se tornaron rosa, y varias preguntas saltaron a mi cabeza—. Antes de que digas nada, ella no me mandó a vigilarlas ni mucho menos, pero si me dio algo para que les entregara y creo que es el momento.

Amor CósmicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora