Reencuentro 🗝

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Tarde un poco en dormirme, pero Seiya logró que me volviera a relajar entre sus brazos para descansar juntos hasta la mañana siguiente. Mi mente vagó por los recuerdos sobre ChibiUsa, pero también sobre todo lo demás hasta regresar finalmente a Seiya y como nos conocimos, ya no había miedo o dolor en esos recuerdos porque sentir sus brazos a mi alrededor me calmaba de una manera que nunca antes había sentido.

Sentí cuando Seiya se despertó porque estaba dormida sobre su pecho y en cuanto salió de la cama lo noté, pero no me desperté por completo —incluso cuando sentí y disfruté del suave beso que me dio como despedida—. Solo unas horas después comencé a abrir los ojos y sonreí ante la suave luz que entraba por las ventanas.

La caricia de la luz solar se sentía como magia contra mi piel y me levanté aún en pijama para salir a asomarme por la ventana —jadeé sorprendida al notar que no era una ventana, sino un balcón lo que Seiya tenía en su habitación—, miles de flores de un tono fuego me saludaron mientras mi mirada recorría todo el jardín del palacio. No sabía si era el único jardín, porque no me había fijado en lo que nos rodeaba cuando llegamos, pero podía decir que todo lo que estaba al alcance de mi vista era casi mágico.

Feliz por las vistas y la energía positiva a mi alrededor, baile de regreso a la habitación sin caer en la mirada zafiro que me recorría con cariño y ternura.

—Bombón —salté ligeramente al escuchar la voz de Fighter y me giré hacía ella, mi mirada recorrió inevitablemente su cuerpo como siempre. Y no oculté el sonrojo que se formó suavemente en mis mejillas al notar la diversión en su mirada—. Venía a despertarte, pero veo que no es necesario. ¿Quieres algo de ropa?

—Estaría bien —aparté ligeramente la mirada, porque sinceramente debía reconocer que Seiya tenía razón en lo que había dicho ayer. Ya no éramos las adolescentes que habíamos sido y mi cuerpo, así como mi mente, reaccionaban de maneras curiosas a su cercanía, más después de compartir momentos tan íntimos con ella, aunque realmente no hubiéramos hecho nada más que besarnos y mimarnos mutuamente—. Prometo conseguir ropa propia pronto, yo...

—Shh... —sus brazos me rodearon antes de que supiera que se había movido hacía mí y me giré para mirarla a los ojos—: Puedes usar todo lo que quieras, no me importa y esta tarde, Healer las acompañará a comprar ropa mientras que Maker y yo nos quedamos organizando todo lo necesario para que su estancia aquí sea lo más cómoda posible.

—¿Qué necesitas organizar? —pregunté haciendo una mueca curiosa, aunque de hecho me sentía bastante curiosa sobre tus funciones en general pues no sabía cómo era vuestra vida aquí realmente—: ¿Qué tareas realizáis en palacio?

—Seguimos encargándonos de la seguridad de la princesa y del palacio —Fighter me dio un toquecito en la nariz que me hizo cerrar los ojos con suavidad—, no renunciamos a nuestras tareas, aunque digamos que somos un grupo independiente y, por si se daba el caso de que nos fuéramos como ahora, autónomo. Aunque informamos a las demás Sailor de la princesa al comenzar el día de los sectores o tareas que tomaremos para que lo tengan en cuenta —asentí hacía ella, mientras que sentía como sus manos jugaban suavemente en mi cintura—. Tenemos que hacerte un ciudadano de Kinmonku, Bombón. Tanto a ti como a las chicas, y Maker ya está trabajando en los equivalentes para sus estudios etc para que si quieren tener una vida normal más allá de ser Sailor puedan, así que la ayudaré...

—Hum... —me estiré y te besé los labios suavemente—: ¡Te estás escaqueando de ir de compras!

—¡Touché! —tu sonrisa se hizo más grande que antes mientras que acercabas peligrosamente tu rostro al mío—: No me gusta la ropa femenina, Bombón. Te lo dije en la Tierra, normalmente es Yaten la que compra todo lo necesario para eventos en los que tenemos que ir con ropa civil, pero de etiqueta. Mis compras normalmente son ropa cómoda...

Amor CósmicoWhere stories live. Discover now