¿𝐐𝐮é 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫?
Trece chicas siempre se preguntaban lo mismo al ver pasar personas con sus enamorados. Se lo preguntaban cuando sus amigos hablaban de ello. Se lo preguntaban al leer una historia. Se lo preguntaban al ver a sus padres...
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Lisa
Entre a la cocina encontrando a la mayoría haciendo el desayuno, mire alrededor para buscar a Jennie pero no estaba.
—Hola, Manoban—me acerqué a Jeongyeon cuando me saludó.
—¿Dónde está Jennie?—pregunté.
—Dijo que tomaría un poco de aire—asentí y salí de la cocina, caminé hacia la parte trasera donde ayer había hecho la llamada, busqué con la mirada a Jennie pero no estaba, me senté en el sofá sacando mi celular para volver hacer la llamada de ayer.
—Hola—sonreí al saludarla.
—Hola bebé, ¿te divertiste ayer?—mordí mi labio, escuchar su voz me hacía sonreír.
—Lo hice, ¿puedo verte hoy?—pregunté esperanzada.
—Por supuesto, hoy tengo todo el tiempo para ti—asentí como si ella me viera.
—Ya quiero verte, te he extrañado mucho—le dije poniéndome de pie.
—Yo también te extraño, cariño. Puedes venir a la hora que quieras, aquí estaré esperándote—me di la vuelta encontrando a Jennie con sus ojos llenos de lágrimas que aún no salían, sus puños estaban cerrados y me miraba.
—Te tengo que dejar—hablé y sin esperar repuesta colgué—. No es lo que crees—me acerqué a ella.
—Claramente es una mujer, le has dicho que la extrañas—se alejó para que no la tocará—. Ayer estabas sentada donde mismo y sonreías al hablar, ¿era la misma chica?
—Jennie, sé lo que tu pequeña mente está pensando y quiero decirte que no es eso—expliqué.
—¿Entonces que es?—preguntó en grito, claramente enojada, los pasos de las chicas se hicieron escuchar y llegaron para ver porque el grito de Jennie.
—¿Qué está pasando?—preguntó Rosé acercándose a ella.
—Estaba en una llamada, Jennie piensa que estoy hablando con una chica—les dije.
—La irás a ver, te escuché—suspiré.
—Sí, iré a verla y tú vendrás conmigo—ella rio sin humor.
—¿Por qué mierda iré a ver a esa chica?—preguntó casi queriendo matarme.
—Porque es mi mamá y quiere conocerte—el silencio reino en el lugar, ella me miraba con la boca abierta.
—Ok, momento incómodo. Vámonos—sugirió Tzuyu y después todas se fueron dejándonos solas.
—Lisa yo... —negué escuchándola—. Perdón, yo no sabía.
—Pudiste preguntarme antes de suponer cosas que claramente no son—ella se acercó a mí, paso sus brazos por mi cintura y escondió su rostro en mi pecho.
