2.

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Él no era el más antisocial ni el más nerd.

Ella no era la más popular ni la más hueca.

Eran dos segundos lugares destinados a encontrarse.

Claro que ninguno de los dos recuerda-o ninguno de los dos quiere recordar- la primera vez que se habían hablado.

-Haz mi tarea- le exigió ella un día soleado mientras Al leía en silencio bajo la sombra de un árbol- Ugh, "Canción a mí mismo" ese libro debería de ser quemado.

Al no levantó su cara del libro hasta que terminó unos cuantos versos más. Ella seguía allí. Mirándolo furiosamente. Al sonrió cuando ella cambio al modo "perra"

-Haz mí tarea de cálculo.

-¡Ja! Lo siento señori...Espera, ¿Todavía eres señorita o Jack ya te dió un pase largo?- Al sólo hizo una mueca parecida a una sonrisa y continuó leyendo.

Ella corrió enojada, no sin antes amenazarlo.

-Jack te pateará el culo hasta Nueva York.

Al cerro el libro mientras se reía.

Esa chica era estúpida.

Aún cuando ella se alejaba él le gritó sabiendo que lo escucharía.

-¿Estamos en Alabama y tu mejor metáfora de "al infinito y mas allá" es "Nueva York"?- seguía riendose muy fuerte y ronco- Chica, en realidad estás perdida.

Volteó hacia él, como si no le importara.

Más bien, como una zorra. Ondeó su melena negra mezclada con mil tintes. Hizo un movimiento tan antinatural con su cadera que Al llegó a preguntarse donde aprendería a hacer eso. Movió ambas piernas como solo una porrista podría.

Al la estaba mirando.

No.

Al estaba mirando sus piernas.

-Chica no. Lacey. Apréndetelo, por que lo llorarás.

Repitiendo el mismo proceso con su cuerpo, ella se fué.

Al sonrió y continuó leyendo.

Digamos que flechazo a primera vista, no fué.

Las lágrimas de Al.Kde žijí příběhy. Začni objevovat