Capítulo 6.

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Tras un mes bastante agitado y lleno de estrés, Kara se enteró que había sido aceptada en la Universidad de National City, había sido un proceso largo, le había costado noches sin dormir y bastantes lágrimas debido al estrés al que se había sometido, pero todo había salido de maravilla. ¿Lo mejor de todo? La universidad de National City permitía que sus alumnos tuviesen mascotas, con la única condición que los animales no hicieran destrozos en el campus y tenían horarios bastantes específicos en cuanto a dejarlos salir a pasear, a pesar de todas las reglas, Kara no podía estar más feliz, no pensaba ir a la universidad si no podía llevar a su mejor amigo con ella.

En Midvale no había hecho muchos amigos, pero se despidió de su vecina, la señora Eriksen, quien le hizo un pay de manzana a modo de despedida y le apretó con bastante fuerza las mejillas, también se despidió de J'onn, el dueño de la librería, quien le deseó toda la suerte del mundo y le obsequió varios libros.

Al llegar al campus, Kara se sintió tal y cómo si ella fuese un extraterrestre recién llegada a la Tierra y tuviese que adaptarse a un nuevo planeta totalmente diferente.

La rubia a veces podía ser una persona extremadamente tímida y con una gran dificultad para hacer amigos, por lo que tener una roomie le ponía los pelos de punta, esperaba que al menos pudiesen llevarse bien o de otro modo aquella situación sería totalmente incómoda.

Cuando Kara llegó a lo que sería su nueva habitación, se dio cuenta que su compañera aún no había llegado, cosa que agradeció bastante. La habitación era bastante espaciosa, tenía dos camas individuales, una enorme ventana, un par de escritorios de madera bastantes bonitos y un gran armario con una división.

Pasó un rato acomodando todas sus cosas del lado izquierdo del armario, lo cual sirvió para quitarle un poco de tensión de los hombros, y tras un rato decidió ir por una soda y a recorrer lo que ella consideraba el lugar más importante de la universidad: la cafetería.

Media hora más tarde, con el estómago lleno de sándwiches y con una soda de naranja, Kara regresó a su habitación, cuando abrió la puerta de su dormitorio se encontró con una chica castaña que acariciaba con felicidad a Streaky. Su roomie había llegado.

—Hola... —Saludó la rubia, aún en el umbral de la puerta, totalmente nerviosa.

—Hola. Tú debes ser Kara... yo... lo siento, es que tu gato es muy bonito... bueno... espero que sea tu gato, porque si no es tu gato significa que ha llegado sólo y... —Su voz derrochaba nerviosismo y empezó a juguetear nerviosamente con sus manos.

—Tranquila, es mío —Kara rió con suavidad y se adentró en la habitación, un poco menos nerviosa—. Su nombre es Streaky.

—Streaky. Que bonito nombre —Sonrió y volvió a acariciar la cabeza del gato, haciéndolo ronronear—. Umm... por cierto, soy Nia.

Sin saberlo, Kara había encontrado a su mejor amiga.

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Las primeras semanas no eran fáciles para ningún universitario y Kara pronto descubrió que adaptarse sería mucho más difícil de lo que ella esperaba. Para su desgracia, Nia estudiaba marketing, por lo que no compartían ninguna clase, además, en el salón de Kara tan sólo había hombres, ella era la única chica, lo cual la ponía un poco nerviosa y la hacía sentirse algo sola.

El primer semestre fue un verdadero reto para la rubia, afortunadamente ese semestre no tuvo que preocuparse por el dinero, pero fue bastante difícil adaptarse y no tirar la toalla, cuando Kara tenía ganas de rendirse, siempre leía la carta de la ojiverde, la guardaba como un verdadero tesoro y la había leído tantas veces que el papel ya se había comenzado a desgastar, pero aquello era el impulso que le ayudaba a seguir esforzándose.

Shooting Star - SupercorpWhere stories live. Discover now