Capítulo 8. (Final)

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3 años después.

Tras un día bastante agitado, Lena finalmente llegó a casa, había tenido un millón de reuniones y una montaña de trabajo, lo que le había provocado una leve migraña que había persistido durante toda la tarde, por lo que lo único que deseaba era darse una ducha caliente y dormir junto a su novia.

Lena entró por la puerta de la sala y soltó un suspiro cansado, finalmente estaba en casa.

—Cariño, ya llegué —Alzó la voz y se quitó los zapatos altos de inmediato—. ¿Kara? ¿Estás en casa?

Echó una mirada furtiva al no recibir respuesta de la rubia, eran casi las 9 de la noche, por lo que le pareció un poco extraño que su novia no estuviese en casa, ya que la rubia le había indicado que saldría más temprano del trabajo.

Lena no recibió respuesta alguna y la sala se veía totalmente desierta, pero entonces escuchó unos pasos que se acercaban con velocidad.

—Hola, bola de pelos —Lena se agachó al momento que un enorme Husky se acercaba rápidamente hacia ella, para posteriormente lamer todo el rostro de la ojiverde, haciendo a Lena reír, mientras acariciaba el pelaje del perro.

Kara y Lena habían estado en una relación por casi 3 años, tras su reencuentro en L-Corp, tan sólo habían bastado algunas citas para formalizar las cosas y empezar a salir oficialmente.

Al principio fue difícil, ya que Lena recién empezaba su carrera como CEO y verla de la mano con una mujer no favorecería en lo absoluto su imagen, por lo que siempre lo mantuvieron en secreto. Sabían que el mundo aún no estaba listo para entenderlo y por mucho que quisieran besarse en público o tomarse de la mano, sabían que lo mejor era mantener su relación oculta. Por fortuna, tanto Nia, como Sam y Andrea, las apoyaron en todo momento, ya que para ninguna era un secreto lo mucho que se habían anhelado Kara y Lena durante años.

A pesar de todas las complicaciones y el miedo, la relación avanzó bastante rápido y tan sólo bastaron tres meses para que Lena le confesara a Kara que la amaba, a lo que la rubia confesó que la había amado desde la primera vez que sus labios se tocaron.

Cuatro meses después de haberse confesado que se amaban, Kara se mudo a la casa de Lena, lo cual no fue sorpresa para nadie, ya que las cosas de la rubia siempre estaban en la casa de la CEO.

El tiempo transcurrió más rápido de lo que ambas hubieran querido y a pesar de que estaban en la mejor época de su vida, también hubo cosas bastantes malas. El mundo aún no estaba listo para aceptar que una mujer podía llegar a la cima del éxito, por lo que ambas tuvieron que soportar momentos bastantes malos con sujetos bastantes misóginos, eso sin mencionar todo el odio que veían constantemente hacia las personas homosexuales o transexuales, lo que las deprimía profundamente y también las llenaba de miedo, por fortuna siempre se tuvieron mutuamente y se dieron cuenta que si estaban juntas, el mundo no era un lugar tan malo.

Sin embargo, Lena no pudo reparar el corazón de Kara cuando Streaky falleció debido a la leucemia felina que había desarrollado. Para Lena era bastante frustrante ver a su novia llorar y no poder hacer absolutamente nada, tan sólo podía limitarse a abrazarla durante horas. Lena sabía que no importa lo que hiciera, nada podría reemplazar al gato de la rubia, sin embargo, se le ocurrió adoptar un perrito y se lo dio cómo regalo de Navidad a su novia, afortunadamente, la llegada de Krypto pareció animar a Kara, y aunque a Lena jamás le habían gustado los perros, amaba a Krypto con cada fibra de su corazón.

—¿Qué tienes ahí, Krypto?

Lena frunció el entrecejo al ver que el perro tenía una pequeña rosa roja en el collar, Lena llevó sus manos hasta el collar del perro y la quitó, acariciando suavemente los pétalos rojos, miró a su alrededor con confusión, ¿A qué estaba jugando Kara?

Shooting Star - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora