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Maratón 2/3

La mesa con copas medio vacías, platos con resto de comida, la chimenea aún encendida y nadie que se percate de ellos. Sus anteriores ocupantes ya no estaban ahí para ver aquello, ni nada que ocurriese ahí. Ellos estaban en una habitación con más pétalos que formaban un corazón en el suelo, y en la cama, antes de que ellos cayesen con sus besos y caricias, un "Te amo".

[•••]

Uno recorría el cuerpo otro con deseo y excitación, hacía más calor allí que donde estaba la chimenea. El silencio reinaba alrededor de ellos, salvo por el viento batallar contra los cristales de las ventanas que dejaban ver aquel hermoso campo, pero pronto empezó a interrumpirse por los jadeos y gemidos de ambos.

La pasión los abrazaba y les impedía detenerse, él se deshizo de la ropa de ella y ella de la de él con más lentitud que la vez anterior, y es que los dos sentían que aquella vez debía ser algo más importantes que las típicas veces.

Ella lo miró y pudo ver la dulzura de aquellos ojos color verde-azulados que le recordaban al chico que parecía en televisión y que siempre le sacaba suspiros desde el fondo de su corazón.

-Te amo -dijo él sobre sus labios.

Ella le acarició de manera tierna el cabello.

-Te amo -él beso sus labios y se entregó a ella con amor y pasión. Él sabía que ella era la mujer de su vida y que lo amaba.

Aquella noche hicieron el amor incontables veces, como si dos o tres no les saciara, para que a las tantas de la mañana quedaran profundamente dormidos.

Cuando Hero vio como su mujer comenzaba a cerrar los ojos que le daban vida, se acomodó a su lado y ella se recostó en su pecho, sintiendo que aquello era mejor que su almohada habitual. Luego Hero subió la sábana blanca y fina para ocultar sus cuerpos.

A la mañana siguiente, ella estaba completamente sobre de él con el rostro hacia un lado. Hero beso su frente con ternura y creyó que estaba despierta. Al sentir unos leves golpecitos en su abdomen bajo sonrió pícaramente, y le acarició el rostro.

Los golpes empezaron a ser más duros dentro de lo que cabe y la joven no se movía. A Hero le comenzó a incomodar.

-Mi amor para -.

-Mmm... -gimió ella moviendo el brazo aferrándose más a él.

Fue entonces cuando Hero observó que ella no podía estarle dando en el abdomen, si tenía los brazos por el pecho de él, bajo su cabeza.

Su rostro se iluminó y su mirada igual, aquellos golpes no provenían de _______ exactamente, provenían de aquel que se mantenía dentro de ella. Él se movió un poco y ella quedó boca arriba. Con delicadeza y sumo cuidado colocó su mano sobre la abultada pancita que su mujer tenía, y como había supuesto, aquellos golpecitos eran de su futuro hijo, que ya deseaban salir.

_______ parpadeó y divisó a Hero con una sonrisa luminosa tocando su vientre.

-¿Qué haces? -dijo con voz apagada y adormilada.

Él solo la cayó y llevó la mano de ella hasta su barriga. La joven no sabía que hacer, era una sensación increíble.

-Le gustas más que yo -.

-¿Qué? -dijo confusa.

-Haz puesto la mano y ha pateado aún más fuerte -.

-Será que sale tan fuerte como tú -.

-No sé porque tú manía de no saber hasta el final si es niña o niño, así nunca le puedo decir. ¿Cómo estás, campeón? O ¿Qué tal está mi princesa? -.

Ella lo miro con ternura. Realmente le gustaría saber, que sexo tiene, a ella también, pero ni siquiera sabía que estaba embarazada hasta hace unas semanas atrás.

Cuidado con lo que deseas || Hero Fiennes TiffinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora