°•𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐•° | YiZhan °•♡•° [MPreg]

8. Reencuentros Inesperados

—¿Te has repuesto de la enfermedad? —preguntó Chen Emn. Wang Yibo negó con la cabeza —venga, que con algo de trabajo te recuperas.

Wang Yibo tenía una lista de pendientes enorme. En los días de ausencia, la agencia había firmado nuevos contratos y cada uno estaba cargado de proyectos.

Ya no tenía ganas de trabajar. Pareciera como si todo su esfuerzo y ganas se hubieran perdido después de encontrarse con Xiao Zhan.

Por la tarde, después del trabajo, regresó a casa, cabizbajo. Si no hubiera ido tan distraído, quizás habría notado que alguien le esperaba junto a la parada de autobús.

—¡Wang Yibo! —gritó Xiao Zhan.

El mencionado se giró despacio, reconociendo la voz que le llamaba. Se encontró con esa sonrisa única, con la que soñó durante mucho tiempo.

—¡Wa Ibo! —gritó la pequeña nena que acompañaba al pelinegro.

—Amor, ¿Recuerdas lo que hablamos en el avión? —preguntó Xiao Zhan a la pequeña —entonces sabrás que él es...

—Mi otro papi —concluyó la niña.

—Así es. ¿Puedes correr a él? correr y abrazarle fuerte...

La niña obedeció y soltó la mano de Xiao Zhan, corriendo hacia el castaño.

Aunque era muy pequeña para entender las cosas de adultos, comprendió que aquel hombre guapo era su otro padre. Aun no sabía por qué no le había conocido antes, pero si Xiao Zhan le pedía que fuera buena con él, ella obedecería.

Xiao Zhan se acercó a ellos y el primer acto que hizo fue arrojarse a los brazos de Wang Yibo, atrapando sus labios cuando tuvo la menor oportunidad.

—Tengo mucho que decirte, ¿Nos invitas a pasar?

Un poco atónito, Wang Yibo aceptó y llevó dentro a Xiao Zhan y su pequeña. 

Estaba confundido, un par de días atrás el pelinegro le había dicho que lo mejor era no volver a verse, y de repente aparecía ahí, con una de sus hijas y le pedía pasar a su hogar.

—¿Y bien? ¿Qué tienes por decirme? —preguntó Yibo, cuando estuvieron en el interior.

—Antes que nada... tienes que creerme, ¿de acuerdo?

El menor asintió y quedó atento a lo que Xiao Zhan estaba por decir.

°•♡•°

Mientras Xiao Zhan y Wang Yibo hablaban de los malentendidos, en otra parte del país, Li Qin también cogías sus maletas y las de su pequeña. Esa misma noche, ella también dejaría esa vida que le había atado las alas.

Li Qin espero a que fuese la media noche para salir de la casa sin que sus padres se diesen cuenta.

Ella y Xiao Jing cogerían un vuelo, lejos de esa ciudad y empezarían de nuevo. Li Qin esperaba que Xiao Zhan también hiciera lo mismo.

°•♡•°

Más tarde, en la cama de Wang Yibo, él, Xiao Zhan y Xiao Ying dormían juntos por primera vez como familia.

El menor aún no procesaba la idea de que fuera padre.

Había pasado cuatro años desde que vio por última vez a Xiao Zhan siendo un chico lindo, y ahora, a su regreso, ambos eran padres.

—¿Qué tanto piensas? —preguntó Xiao Zhan en medio de la noche.

—Lo has notado... —hizo una pausa antes de hablar. Sintió a la pequeña A-Ying abrazarlo y sintió una punzada linda en el corazón —en lo increíble que es todo esto. Jamás creí... Zhan... Me hace tan feliz saber que te puedo recuperar.