°•𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐•° | YiZhan °•♡•° [MPreg]

10. Nuevo Destino Final

°•♡•° Un año después °•♡•°

Zhan se acomodó en los brazos de Yibo y dejó un último beso en sus labios.

Acababan de hacer el amor por segunda vez en la noche y aún no querían terminar, no querían dejar de ser uno solo.

—Mi corazón va a estallar —dijo el pelinegro, mientras escuchaba el latido acelerado de Wang —el tuyo también. Va muy rápido.

—Provocas que se acelere con sólo tenerte a mi lado —Xiao Zhan se sonrojó por las tiernas palabras de su prometido. 

Habían pasado una temporada tan lida en los últimos meses que finalmente Wang Yibo había decidido dar el paso final a la siguiente etapa de su vida: el matrimonio.

Contaban con la linda bendición de su pequeña Xiao Ying, quien enseguida se puso contenta con la unión de sus padres. 

En esos mismos meses, Xiao Ying se había encariñado con Yibo casi de la misma forma que con Zhan. A veces, prefería que el castaño le ayudase a cepillarse el cabello, y otras le pedía a él que le contase su cuento favorito antes de dormir.

La conexión entre ellos dos se fue reforzando hasta el día que Wang Yibo le pidió matrimonio a Xiao Zhan en una bella cena en familia. Cuabdo cumplían un año de haberse reencontrado.

Ahora con la boda a la vuelta de la esquina, la pareja disfrutaba de cada oportunidad libre, pues la mayor parte del tiempo la ocupaban en trabajar, en cuidad de A-Ying o de planear la boda.

En la lista de invitados, figuraban únicamente familiares de Wang Yibo. Por parte de Xiao Zhan sólo iría Meng Ziyi con su esposa e hijo. Li Qin prefirió no asistir al evento. Quería ver la felicidad del que alguna vez fue su esposo y extrañaba a la pequeña A-Ying, mas  no quería arruinar la paz que tenía en Kunshan con su propia hija.

Los amigos de Wang Yibo que hizo en México también asistirían. Recién se había enterado que Stiff y Carlos se habían echo pareja luego de que ambos se fueron a vivir como roomies a Nueva York. Yibo estaba feliz por ellos. Desde la carrera siempre supo que se traían algo.

A Xiao Zhan le hubiese gustado que su hermana también asistiera. Lamentablemente jamás lo haría. Después de mucho tiempo se enteró que la constructora X&X se había ido finalmente a la quiebra. Lo último que supo fue que su hermana vendió la casa de sus padres, los coches y se fue del país. ¿A dónde? No lo supo, sólo esperaba que le estuviese yendo mejor. A pesar de todo el mal que le hizo en el pasado le deseaba lo mejor.

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—Yibo —dijo entre murmullos Zhan —¿Podemos hacerlo de nuevo?

—¿Mi conejito quiere más? —preguntó el castaño, sintiendo como algo entre sus piernas se endurecía. Zhan asintió —entonces le daré más.

Moviendo su cuerpo con velocidad, Yibo quedó encima de Zhan. Sus cuerpos seguían calientes y el de Xiao Zhan húmedo. Con demasiada facilidad entró en él. 

Los movimientos duros pero lentos del castaño provocaban que Xiao Zhan se mantuviera aferrado a su espalda y que sus piernas no perdieran la fuerza para estar enredados a él.

Cada beso y cada caricia de esa noche era la muestra de pasión que se tenían el uno por el otro.

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A la mañana siguiente, Xiao Zhan se levantó con un pequeño dolor corporal. Sus piernas estaban agotadas. Era como si hubiese corrido diez kilómetros de ida y de vuelta. Y las caderas... de esas estaba seguro que tenían los dedos de Yibo marcadas.