El comienzo

300 9 5
                                    

Tomé una copa de champagne del primer camarero que cruza por mi lado, lo bebo todo de un solo sorbo intentando calmar los nervios y concentrarme en la conversación en la que poco estaba incluida, al notar que Jonathan no me prestaba atención recorro con la mirada el salón donde varios grupitos se habían formado, estaba a punto de decirle a mi acompañante que saldría afuera a tomar un poco de aire cuando unos ojos azules aparecen en mi campo de visión, mi corazón comienza a palpitar de una forma desenfrenada y los nervios de que crea todo lo contrario hace que mis pies avancen hacia él rápidamente, el se gira y sale del salón dirigiéndose hacía la vereda. Al llegar junto a él no se me ocurre nada mejor que preguntar

—¿Que...que haces aquí? —estaba nerviosa al ver sus ojos mas oscuro y un ligero color rojo alrededor de sus parpados me dió a entender que estuvo llorando.
Una sonrisa pequeña curva sus labios—Lo mismo te pregunto yo a ti Victoria—su voz sonaba bajito como tratando de contenerse y no gritar.
—Yo...yo puedo explicarte esto... —me apresuro a decir.
—¿Explicar que? Dime cariño que quieres explicarme —quería decirle algo pero nada salía de mis labios, ¿Cómo supo que estaba yo aquí? Aunque eso es lo que menos importa, por que nada justifica que lo deje plantado en lo que seria nuestra cita despues de aceptar volver a intentarlo con él.
—Escucha...no es lo que parece —balbuceo sintiendo el nudo característico en mi garganta —Yo sólo quería...
—Mejor no digas nada —me interrumpe—ya nada importa ahora, ¿porqué sabes de que me di cuenta? —asiento sintiendo unas lagrimas traicioneras rodar por mi mejilla —¡Que eres una mujer igual a la mayoría de esas que están en ese maldito salón!—abro mis ojos sorprendida y antes de poder hablar continua— eres súper inteligente, guapa, con una belleza extraordinaria no lo vamos a negar, pero sumamente cobarde —sus palabras dolían —cobarde para  amar, para volver a arriesgarte, a intentar, dices ser fuerte pero no lo eres... ¡e echo hasta lo imposible por ti Victoria!—su voz se escucha rota, sus ojos azules se ven mas oscuro mientras se inundan en lagrimas que como si de una cascada se tratase caían sin parar por sus mejillas —Todo... te demostré, lo mucho que me importas, te espere, te di lo mejor de mi y... y  ¿así me pagas?
—Yo —intento hablar pero tiene razón, fue el único que supo entenderme, los últimos meses fueron lo más hermoso de mi vida—Tuve miedo...—admití secando mis lagrimas—no sabía que hacer...
—¡Si lo sabías! —levanta la voz —¡Te pedí que fueras a mi casa! ¡Aceptaste! ¡Te esperé una hora y nunca apareciste, te preparé una cena yo mismo! ¡Quería ser un puto detallista contigo! ¡Quería hacerte sentir especial pero tú prefieres esto! —señala el salón —gente con dinero! ¡gente como el imbécil de Jonathan, no a alguien como yo...!—solloza 
—¡No! No es eso...
—¡Eres una maldita mentirosa! ¿Por qué me haces esto?
—Yo no quería que esto pasara... déjame decirte el por que estoy aquí por favor...
—¡No quiero más escusa! ¡No quiero escucharte más! —se seca las lagrimas de forma brusca con el puño de su camisa —Esto se acabo,  no quiero volver a saber de ti Victoria, no quiero volver a saber nada de una mujer tan hipócrita... al parecer el amor que yo siento por ti jamás va a igualar al amor fingido de un millonario...
—Escúchame —suplico sintiendo un dolor punzante en mi pecho que me impedía hablar con claridad, quise tocarlo pero se alejo, mirándome con aquellos ojos azules que tanto amaba, ¡Joder sí lo amaba! ¡y lo amaba mucho! 
—Se acabo Victoria—repitió—Espero de todo corazón que Jonathan te haga feliz, por que aunque odie lo que siento, no puedo evitar amarte, y a pesar de todo sé que lo seguire haciendo hasta que me muera, por que eres la única que siempre quise desde el primer momento en que te vi, desde aquel maldito momento no pude arrancarte de mi mente y muchos menos de mi corazón.

—Royer —susurro sintiendo las lagrimas rodar por mi mejilla, que estúpida fui al no querer afrontar mis miedos, esto me estaba pasando por pensar que él me haría lo mismo que el idiota de mi ex, ¿en que momento pude llegar a pensar que Royer era igual que él? Soy idiota con todas las letras.

—Adiós Victoria —dice y con esto se aleja, dejándome allí sola en la penumbra de la noche, la lluvia no tarda en dejar caer esas gotas, que como si estuvieran enojados conmigo golpeaban con fuerza mi rostro, pero no sentía dolor, no quería moverme de allí, sentía que de nuevo mi vida quedo vacía, y se preguntaran ¿Qué habrá pasado? Para esto tendremos que remontarnos a tres años atrás donde toda mi vida comenzó a cambiar...

Hola a todos!! vengo a dejarles MI PRIMERA HISTORIA EN WHATTPAD  espero les gustes...

Cicatrices del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora